Revertir la obesidad con una inyección, el hallazgo de un grupo de investigación gallego

Gabriela Consuegra
Gabriela Consuegra REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

iStock

El estudio, que usa nanopartículas naturales para transportar el fármaco al cerebro, se llevó a cabo en ratones y los resultados son prometedores

05 nov 2021 . Actualizado a las 11:12 h.

La obesidad se cobra más vidas que el hambre, por lo menos en la mayoría de los países del mundo. Por eso, ya se considera un problema de salud pública a nivel global. En España, el 22 % de la población sufre esta enfermedad crónica que, a su vez, desencadena otras: cardiopatías, ACV, diabetes y algunos tipos de cáncer. En los últimos años, el interés por encontrar un tratamiento farmacológico ha crecido debido a la poca efectividad atribuida a otras estrategias, como las dietas. Sin embargo, ha supuesto un reto para la ciencia, porque los mecanismos que regulan la masa corporal están en el hipotálamo, una estructura pequeña, ubicada en la base del cerebro y diseñada para ser prácticamente impenetrable.

A ese reto se enfrentó el grupo NeurObesity, que es parte del Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular e Enfermidades Crónicas y en el que colaboran profesionales de la Universidad de Santiago de Compostela. A la cabeza, Miguel López, investigador gallego, y Edward Milbank, de origen francés. Con el apoyo de la Fundación ‘La Caixa', desarrollaron un estudio que ha publicado sus hallazgos en la revista Nature Metabolism. Se trata de una forma de revertir la obesidad que podría suponer su cura definitiva, pero que además abre la puerta a tratar otras patologías relacionadas con el cerebro.

Puede parecer la historia de un innovador desarrollo científico, pero también es una clásica épica griega, porque desde hace una década este grupo de investigación ha librado su particular guerra de Troya. Se han enfrentado nada menos que al cerebro, y pocos espacios mejor amurallados. «Es una auténtica caja fuerte. Además, cualquier molécula que quiera llegar al cerebro tiene que atravesar un sofisticado sistema de transporte: la barrera hematoencefálica», explica López. «Esa estructura no solo actúa como un peaje, sino que regula la entrada de medicamentos», indica el experto.

De manera que, si la barrera hematoencefálica era uno de los mayores problemas, los investigadores se dedicaron a buscar la mejor estratagema para atravesarla. «Nuestro enfoque ha consistido en utilizar vesículas extracelulares, un tipo de nanopartículas naturales presentes en nuestro organismo, cuya ventaja reside en su tamaño: son tan pequeñas que se pueden colar a través de esa barrera. Sin embargo, son lo suficientemente grandes como para ser cargadas con otras moléculas, como un fármaco, y actuar como transporte», sostiene Milbank. Es decir: funcionan como un caballo de Troya.

Lo que han conseguido es revertir la obesidad en ratones muy obesos. A pesar de continuar consumiendo una dieta alta en grasa, los animales perdían peso. ¿Cómo es posible? Porque el grupo ha transportado, a través de las nanopartículas, versiones de un gen modificado que, al expresarse, inhibe la acción de la proteína AMPK [encargada de regular el metabolismo, entre otras cosas]. «Cuando se activa hace que comas más y cuando se inhibe hace que gastes más energía. Esta estrategia permite que se inhiba en un grupo pequeño de células y que, de esa forma, se queme más grasa», aclara López.

La clave ha sido el uso de las vesículas extracelulares, un campo en el que Milbank es experto. «Usamos las nanopartículas naturales para poner información genética dentro que modifique la función de AMPK», explica el investigador. Esta estrategia, aunque se usa para tratar otras enfermedades, nuca se había usado para tratar la obesidad ni otras patologías en el cerebro. «Tenemos en la cabeza seguir mejorando y desarrollar una vía de administración nasal. Tardará un poco, pero tal vez en 5 o 10 años se pueda ofrecer un fármaco», finaliza.