La pandemia del coronavirus pasa factura al colectivo médico, con más trastornos mentales

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

JOSE PARDO

El 5 % de los casos que atiende la Organización Médica Colegial a través del programa Paime son de Galicia. La mayoría de las usuarias son mujeres y las especialidades más vulnerables, psiquiatría y anestesiología

28 oct 2021 . Actualizado a las 21:35 h.

La pandemia de coronavirus ha resultado ser una matrioska. No solo hay que combatir el covid, sino también sus consecuencias. A la espera de ver cómo se recupera el sistema asistencial de la presión del último año y medio hay que sumar también los efectos que han tenido en la evolución de otras patologías un sistema volcado en el covid-19 y la otra pandemia: la de la salud mental. Y el colectivo médico es uno de los más afectados.

Que la crisis sanitaria ha hecho mella en la salud de los profesionales de la salud lo refrendan las cifras del Paime, un programa de atención integral al médico enfermo de la Organización Médica Colegial. En los últimos dos años, los nuevos casos que llegan al programa han crecido un 37 % en el conjunto de España y el ascenso ha sido especialmente acusado en Galicia, que tiene el 5 % de todos los casos de España, solo por detrás de Cataluña, Madrid, Andalucía y el País Vasco.

En el caso de Galicia, con 33 nuevos ingresos en el programa en el 2019 y 28 en el 2020, el incremento no solo se achaca a la pandemia, sino que es probable que tenga que ver con una mayor difusión del programa. Lo aclara Manuela García Romero, coordinadora nacional de Paime y vicepresidenta segunda de la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial. «Se ve un importante ascenso, pero puede ser que haya aflorado una necesidad que estaba ahí. Que antes no se utilizara el programa y ahora sí», por ejemplo por la promoción.

Pero el impacto de la pandemia en términos generales es indiscutible. «No se puede perder de vista donde hemos estado inmersos, de la situación que hemos vivido y seguimos viviendo, que ha sido muy dura y especialmente para los médicos». Como las olas, el colectivo médico ha ido pasando por diferentes fases: con la primera ola predominaba la incertidumbre, el miedo al contagio, las dudas sobre el tratamiento, protocolos cambiantes en función de la evidencia. «Además de eso fue muy fuerte el número de muertes, el enfrentarse a dilemas éticos» que nunca habían tenido que afrontar o no de manera tan habitual y «ver caer a los compañeros en una vorágine en la que no podías parar de trabajar».

A medida que avanzaban las olas, había certidumbre, pero desgaste. Suponía un sobreesfuerzo de horas de trabajo, pero la atención estaba regulada y se trabajaba con normalidad. Y ahora, cada nueva ola, aparece la sensación de desgaste físico y psíquico.

Ahora, la preocupación se centra en la pospandemia, en la otra crisis: cómo gestionar la sobrecarga asistencial derivada de la crisis del coronavirus: listas de espera, patologías no urgentes que se han demorado para atender lo urgente, más pacientes...

«Creo que en el 2021 puede haber un incremento de casos que pueden estar secundados en la pandemia», reconoce Manuela García Romero.

Entre los datos aportados por el informe, el 30 % de los profesionales médicos han acudido o creen que deben acudir a un servicio de salud mental, ha aumentado el consumo de ansiolíticos y un 27 % duerme menos de seis horas diarias. Tres de cada cuatro casos que atendió Paime en estos dos años son trastornos mentales, que ha aumentado dos puntos (76,8 %) y otro 13,5 % son patología adictiva, fundamentalmente al alcohol (66 %). Las principales patologías son los trastornos adaptativos de estado de ánimo y la ansiedad.

Son las especialidades de anestesiología y psiquiatría las más vulnerables, ya que la prevalencia de usuarios de Paime es mayor, porque el colectivo es más pequeño. Y ocurre lo mismo con el colectivo de menores de 30 años, que también preocupa entre otras cuestiones porque están empezando su carrera. Al programa acuden más mujeres que hombres (60 %) y los responsables también han puesto de manifiesto que la mayoría de los que lo han hecho en estos últimos dos años ha sido por iniciativa propia, cuando antes era mucho más habitual que llegasen a través de otra persona: un familiar, un compañero, un jefe.... Se ha reforzado la información durante la pandemia y los profesionales colegiados la leían con interés, lo que ha impulsado el programa.

¿Son datos malos? «Pedir ayuda es siempre positivo», subraya la coordinadora nacional de Paime. Y más en un colectivo en el que el estigma de la enfermedad mental es más acusado si cabe.