La comunidad sigue dando pasos hacia la normalidad, pero con cierto recelo hacia las barras e interiores en la hostelería
23 oct 2021 . Actualizado a las 22:17 h.El café y la caña, mejor en la terraza que en el interior. Y la barra se mira con bastante desconfianza. Así se vivió en Galicia el regreso al 100 % de los aforos en casi todos los ámbitos, entre ellos el de la hostelería, en un sábado en el que de nuevo mejoraron los datos del covid, con 413 casos activos (tres menos que en la jornada anterior) y un 1,1 % de positividad.
En Lugo se vieron terrazas llenas y barras vacías. Los hosteleros lo explican por el buen tiempo, pero también hablan de prudencia. En el bar Manolo, en Campo Castelo, el responsable explicaba que «moita xente aínda ten algo de medo e non lles apetece usar as barras. E tampouco temos moi claro como vai evolucionar a situación vendo o que pasa en distintos países». Él optó por no abrir la barra, aunque la estampa no difería mucho de la que se observaba en el Ho! Gruf, enfrente, que sí la habilitó, pero sin demanda.
Santiago vivió con animación el retorno al 100 % de aforo en bares y restaurantes, con una jornada de las que en palabras del presidente de la Asociación Hostelería Compostela, Thor Rodríguez, son idóneas para el sector: nublado, pero sin lluvia. Indica, no obstante, que con el mantenimiento de la distancia interpersonal ese pleno de ocupación no se alcanzará en todos los locales. Señala la alegría de los clientes por recuperar las barras, que muchos incluso reflejaron en sus redes sociales con fotografías de su consumición sobre el mostrador, una alegría compartida por los hosteleros: «Era una reivindicación que manteníamos. En la zona vieja de Santiago sin la barra se hacía difícil la rentabilidad, porque muchos son locales pequeños, sin espacio para meter un número suficiente de mesas. Y además, aquí la gente es muy de barra». Lamenta que la apertura de las barras haya llegado tras cerrar ya la participación de locales del certamen Santiago (é) Tapas, que bajó el número de locales a concurso por esa circunstancia.
Hosteleros de Barbanza señalan, en cambio, que «la gente prefiere continuar consumiendo fuera». Además, recalcan que con las directrices sobre la distancia personal es inviable que los clientes puedan realizar un uso de ellas como antes de la pandemia.
En Ourense, a los clientes también les cuesta arrimarse a la barra. En varios establecimientos no hizo uso de ella ningún cliente, al menos en las primeras horas. Fue el caso de la cafetería Vincent. «La gente se está sentando en las mesas o dicen que prefieren la terraza y se quedan fuera», señala su dueño.
Para el DKSA, en A Coruña, tener el aforo al 100 % «es una gran ayuda tras las restricciones». El local lleva cinco meses en A Gaiteira. «Antes no teníamos personas dentro, siempre estaban fuera. Los clientes se sienten raros porque ven la barra abierta, no están acostumbrados. Fue muy duro, porque solo estabas en la terraza. A la gente le da susto al entrar. Parecía que éramos los malos», señala Alberto. «Menos mal que permiten todo el aforo interior porque vienen las lluvias. Mucha gente no sabe cómo es nuestro local por dentro, solo entraban para ir al baño. Tenemos el lugar más grande de la calle con dos plazas y terraza. A ver si empezamos a usar todo por dentro», añade.
Esta casi vuelta a la normalidad apenas se notó en bares y restaurantes de Ferrol, porque, a pesar de que estuvo una jornada bastante fresca, la mayoría de los clientes optó por las terrazas. Tampoco aquí recobraron la actividad anterior las barras. Según fuentes del sector, la gente tenía bastante desconocimiento de que volvían a funcionar, por lo que estuvieron prácticamente vacías.
En Pontevedra, el cambio tampoco se dejó sentir mucho en los locales. Al menos, en los medianos y pequeños, cuyos dueños señalaban que «por mucho que aumenten los aforos si nos obligan a mantener 1,5 metros de distancia entre personas quedamos como estábamos». Así lo indica Pablo Liste, propietario del Savoy Restobar, un restaurante en el casco histórico. En su local, la capacidad seguía igual que en días anteriores al no tener sitio para meter más mesas y cumplir con la distancia. Y lo mismo pasaba en otros establecimientos emblemáticos como la Estafeta o el Borona. Rafael Rúa, que regenta dos cafeterías en Marín y Pontevedra, habla en términos parecidos: «En mis locales para cumplir con la distancia no puedo meter más mesas. No sé cómo hicieron esta última norma, pero nos quedábamos como estábamos». Marta García, de la tapería Meigas Fóra, cuenta: «Está todo el mundo confundido con las normas. Son tantos los cambios que ni nosotros ni los clientes somos capaces de saber cómo va cada cosa. Hoy podríamos aumentar el número de sillas. Pero no lo hicimos porque no había mucho movimiento».
Muchas terrazas del centro de Vigo se llenaron este sábado y a quienes no habían reservado se les hacía difícil encontrar sitio para cenar. Pero los dueños siguen reclamando, a través de la federación provincial de hostelería, una mayor amplitud de horario nocturno. Donde sí se reflejó la ausencia de aforos restringidos fue en la inauguración de la primera feria vegana de Galicia, en el Instituto Ferial de Vigo. Miles de personas visitaron el certamen. El único elemento que recordaba la pandemia fue la obligatoria mascarilla.
Teatros y mercadillos
Santiago estrenó el aforo del 100 % con el cartel de todo vendido en recintos como el Auditorio de Galicia: Chévere vendió todas las localidades para las funciones del sábado y el domingo de su espectáculo.
En el mercadillo semanal de Ribeira, donde la afluencia de vendedores ambulantes se mantiene en un 90 % debido a la obligación de mantener la distancia interpersonal. Explica la teniente de alcalde, Mariola Sampedro, que desde el Concello buscan la mejor manera para dar entrada de nuevo a la totalidad de los puestos respetando las normas.
Información elaborada con las aportaciones de A. Gerpe, M. Hermida, J. Lamas, C. López, L. López, M. Orozco, O. Pelayo y X. M. Rodríguez