En el 2020 se hicieron en Galicia 1.500 cirugías menos de cáncer que en el 2019

SOCIEDAD

Sala para el tratamiento de quimioterapia en el HULA
Sala para el tratamiento de quimioterapia en el HULA ALBERTO LÓPEZ

Los oncólogos reconocen que la pandemia afectó, pero menos que en otras áreas

10 oct 2021 . Actualizado a las 12:48 h.

Durante los meses más duros de la pandemia, en pleno confinamiento, hubo hospitales madrileños dedicados al 100 % al covid. Sus oncólogos, salvo los de mayor edad, trabajaron en plantas de coronavirus. ¿Qué ocurrió con los enfermos de cáncer entonces? Uno de los casos más mediáticos fue el de la periodista y fotógrafa Olatz Vázquez. La pandemia y su juventud convirtieron su tumor en la tormenta perfecta, retrasos en las pruebas dejaron el peor de los diagnósticos, un cáncer gástrico del que falleció el pasado septiembre.

Pero, ¿qué pasó en Galicia? Los jefes de oncología admiten que hubo menos diagnósticos en los peores meses del virus, pero que es complicado cifrarlo. Se atreve Rafa López, responsable de este servicio en el CHUS, «aparentemente Galicia se comportó mejor que el resto de España y fuimos más afortunados, pero calculo que hubo un 20 % menos». La cifra coincide con un estudio realizado por la Asociación Española contra el Cáncer, que cifra en un 21 % la disminución de nuevos casos de cáncer en los meses del confinamiento.

El Sergas también tiene datos, que demuestran que 2020 fue un año de menos cirugías y menos diagnósticos, con porcentajes que oscilan entre el 8 y el 14 %. En el 2020 se hicieron unas 1.500 operaciones de cáncer menos, pasando de 10.631 en el 2019 a 9.155 en el pasado ejercicio. También hubo menos consultas (15.015 frente a 17.383), y pruebas (15.273 frente a 17.456).

En cuanto a las vías rápidas, fundamentales para detectar a tiempo un tumor, se atendió a 1.331 pacientes menos en el 2020. Esto, aclara Sanidade, no supone infradiagnóstico, sino menos pacientes con sospecha de cáncer. Pero las cifras son explicativas. Si en todo el 2020 se derivó a vías rápidas a 16.425 personas, solo en el primer semestre del 2021 se envió a 9.476.

Si durante unos meses críticos dejaron de detectarse tumores, bien porque se paralizaron los cribados, porque el paciente tuvo miedo de acudir a atención primaria y al hospital, o porque se retrasaron las pruebas, lo más probable es que estos cánceres lleguen en estado más avanzado. «O que non sabemos é cómo afectou iso á evolución dos doentes; porque nalgúns tipos de cancro dous ou tres meses non inflúen moito, pero noutros si», dice Jesús García Mata, jefe de oncología del CHUO. Es difícil por lo tanto saber cuánto va a elevarse la mortalidad por cáncer por este infradiagnóstico pero, explica Rafa López, hay estudios ingleses que calculan que dependiendo del tumor los fallecimientos se elevarán entre un 10 y un 20 %. Teniendo en cuenta que en el año 2019 fallecieron en Galicia por tumores 8.362 personas, con la cifra más conservadora esto supondría 800 muertes más en un año.

Los responsables de los servicios de oncología de Galicia son muy prudentes a la hora de cuantificar el efecto de la pandemia en el cáncer. Existe, hubo momentos de infradiagnóstico, pero «teríamos que comparar os datos reais da serie histórica 2018-2019 cos da de 2020-2021, e aínda non os temos», avanza García Mata. Además, aunque hubo semanas críticas sin apenas actividad, en cuanto esta se pudo retomar trató de recuperarse el tiempo perdido. Por ejemplo, en el Chuac, durante las peores olas, en marzo y abril del 2020 y en febrero del 2021, los pacientes nuevos descendieron un 10 %, «pero inmediatamente notamos un rebote de actividad de un 15-20 % en los meses siguientes; de hecho, globalmente en nuestro servicio la actividad del primer año del covid aumentó un 20 %», explica Rosario García Campelo, jefa de oncología de este complejo hospitalario.

En estos momentos el abordaje del cáncer ha vuelto a la normalidad en términos generales. «Sí vimos en la primera ola una reducción de las primeras visitas y después enfermedades más avanzadas, sobre todo en cáncer de pulmón, pero no al nivel de otras autonomías, y en el resto de las olas ya no se ha notado», explica Sergio Vázquez, jefe de oncología del HULA.

No hay un solo motivo que explique por qué hubo un infradiagnóstico en pandemia. Uno evidente es que la atención sanitaria se centró en el covid, por lo que las personas aún no diagnosticadas tuvieron más problemas para acceder al hospital e incluso a la atención primaria. Pero hay más. La paralización de los cribados , y el hecho de que los propios enfermos rehuyeron acudir a los centros sanitarios por el temor al virus. Lo hicieron incluso los ya diagnosticados. «En el primer confinamiento hubo pacientes que no venían a la consulta y les pedíamos que por favor viniesen, si pasa eso con gente que ya está en tratamiento, imagínate...», dice Rafa López. En el Chuac se habilitó el Teresa Herrera como hospital limpio de covid, lo que permitió que los pacientes siguiesen viniendo, a pesar de que algunos «confesaron tener miedo y con toda probabilidad hubo casos que retrasaron su asistencia», añade García Campelo.

Aunque la mayoría de los oncólogos afirman que la situación se ha normalizado, hay profesionales menos optimistas, «todavía notamos menos casos nuevos, y otros más avanzados. No quiero ser pesimista pero creo que pasarán dos o tres años hasta recuperar la total normalidad», explica Rafa López, quien relata una situación muy descriptiva, «hemos visto algún cáncer tan avanzado que ya no podíamos hacer nada, es algo que los jóvenes no habían visto y los que tenemos años hace muchísimo tiempo que no veíamos».

El pulmón, el órgano más afectado

La pandemia afectó a todos los cánceres —y a otras enfermedades—, pero tanto Rafa López como Sergio Vázquez destacan el caso del pulmón, ya que suele tratarse de tumores agresivos a los que les afecta más un retraso en el diagnóstico, y además los síntomas pueden confundirse con el covid, «tuvieron que pasarlo muy mal», lamenta López.

Los profesionales piden que se aceleren los cribados para recuperar el tiempo

Se llama Time to act y es una campaña europea cuyo objetivo es precisamente que el covid no afecta al abordaje y tratamiento del cáncer. Y es el compromiso que los oncólogos quieren que asuman las administraciones. Por ejemplo, acelerando los cribados de detección de tumores —hay tres en Galicia— para recuperar aquella bolsa de pacientes que pudo verse afectada.

Lo cierto es que en Galicia los cribados se paralizaron poco tiempo y sí se están agilizando. Alguno, dice Sanidade, no se detuvo y el de mama se retomó el 25 de mayo del 2020, con lo que estuvo poco más de dos meses paralizado. En el caso del de cáncer colorrectal, las citas se recuperaron a mediados de mayo del 2020 aunque el envío de los test a domicilio se retrasó hasta noviembre del 2020.

En el de mama, de hecho, ya no hay retrasos en la actualidad, mientras que en el colorrectal se han recuperado los plazos máximos establecidos en los estándares de calidad, «pero sigue habiendo población pendiente de invitación y de envío de test», explica la Xunta.

Los efectos en el tratamiento

Cuando se habla de las consecuencias de la pandemia en el cáncer estas se centran en los posibles retrasos en el diagnóstico de una enfermedad en la que el tiempo es esencial. Pero hay otro aspecto poco abordado. Y es que los enfermos de cáncer también sufren el covid, «es algo que no habíamos pensado, pero en el último congreso de oncología se explicó que hay pacientes que tuvieron covid y quedan con secuelas importantes que les impiden el tratamiento», dice el jefe de oncología del CHUS. En concreto, un 15 % de las personas con cáncer que sufrieron coronavirus tienen secuelas que les dificultan o impiden el tratamiento.

En lo que va del 2021 el sistema ha sabido recuperarse, «se han dejado de hacer otras cosas, pero se ha dado prioridad al paciente con cáncer, sinceramente estoy orgullosa en este sentido», explica García Campelo. También García Mata, del CHUO, insiste en esta prioridad, aunque para mantenerla en los pacientes oncológicos admite que pudo haber demoras en otras patologías. Y es que todas sufrieron la pandemia, añade Rafa López, incluso en servicios tan delicados como cardiología o neurología.

Ahora, reclaman los médicos, es momento de analizar los meses previos y valorar el impacto en la supervivencia y la curación.