«Desinfectar superficies no vale para nada en la transmisión del covid-19»

María Hermida
María Hermida REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

José Luis Jiménez, en el laboratorio de la Universidad de Colorado, donde es profesor
José Luis Jiménez, en el laboratorio de la Universidad de Colorado, donde es profesor Mariana Pereira

José Luis Jiménez, experto mundial en aerosoles, señala que se puede compartir material escolar o juguetes sin mayor peligro

21 sep 2021 . Actualizado a las 09:57 h.

Natural de Zaragoza y profesor en la Universidad de Colorado, José Luis Jiménez se ha convertido en uno de mayores divulgadores del mundo en la transmisión del covid. Y lo ha hecho sin ser epidemiólogo, sino catedrático de Ciencias Ambientales y Química. Él, desde abril del 2020, figuraba entre de los científicos que trataban de decirle a la OMS, sin mucho éxito, que el covid se transmitía por el aire.

-Llevamos 18 meses de pandemia y persisten las dudas por la transmisión del covid, ¿por qué?

-Es normal que haya dudas porque hasta julio del 2020 no nos tomaban en serio a los que decíamos que la transmisión del covid por el aire era dominante, los que hablábamos de que el virus se pasaba de unas personas a otras por inhalación parecíamos conspiparanoicos. Desde entonces, las pruebas de que el covid se transmite por el aire son abrumadoras y ahora más o menos todo el mundo está de acuerdo en que se contagia así. Lo empieza a decir por fin la OMS, aunque debería ser más clara.

-¿Y qué pasa con las otras dos formas de transmisión contra las que más nos protegimos, sobre todo al inicio, la de las superficies o fómites y las gotículas?

-La transmisión del virus por gotas pesadas es posible si alguien te tose en la cara o te grita y te apunta con la saliva, pero los estudios van diciendo que no es tan importante. Y la transmisión por superficies, por tocar, podría ser posible, pero no se ha conseguido demostrar ningún caso. Está bien lavarse las manos, pero desinfectar superficies no sirve para nada. La mayoría de los contagios son por los aerosoles respiratorios que salen de algunos infectados, no de todos, cuando respiran, pero sobre todo cuando hablan, gritan, cantan o estornudan. Se quedan en el aire y contagian a otras personas, sobre todo si están en una habitación cerrada, porque el aire se queda atrapado y se respira una y otra vez. Y sobre todo si se está cerca del infectado y sin mascarilla, porque entonces está respirando su exhalación casi sin dilución, como si hablamos con un fumador o con alguien que ha comido ajo y le huele mucho el aliento. Te alejas y ya no respiras tanto ese humo o ese aliento a ajo. Con el covid es lo mismo, por eso la distancia funciona.

-Si no hay contagios demostrados por superficies, ¿pueden los niños compartir juguetes o material escolar, por ejemplo?

-Yo diría que sí, por lo que hablamos de las superficies. Esperaría para cosas como darse abrazos o acercarse, porque no están vacunados. En Estados Unidos se está hablando de que en octubre autorizarán la vacuna para niños de cinco a 12 años. Si lo hacen aquí, no creo que Europa tarde. Y si están inmunizados y no aparece una variante que escape de la vacuna, entonces sí habrá más normalidad.

-¿Que la prevención se centrase en superficies y gotículas y no en los aerosoles fue un desastre?

-Es que si esto se hubiese explicado rápidamente igual no estábamos en una pandemia. Es difícil saberlo, pero si desde el inicio nos dijesen que se transmite por el aire se hubiese podido parar la pandemia. Los confinamientos se sucedieron porque la prevención que nos recomendaban no funcionaba. Lo peor es que lo que te dicen al principio es lo que se graba en la cabeza. Si durante meses te dicen que mascarilla no, que lo que hay que hacer es lavarse las manos y desinfectar superficies y luego te van diciendo que mascarilla sí, que tal y que cual y hay debate... la gente está ya muy cansada cuando al fin se le cuentan las medidas que funcionan de verdad. Lo peor es que lo de los aerosoles ya se sabía cuando el virus estaba en China, allí ya vieron que en los hospitales necesitaban mascarillas para que no se infectasen los trabajadores. Pero la OMS lo escondió.

-¿Por qué ese error tan brutal al identificar la transmisión?

-Cuando aparece la pandemia hay un dogma de 1910 que predomina en la epidemiología. Llevan cien años pensando que la transmisión por el aire es casi imposible y que las enfermedades respiratorias se contagian por gotas grandes. Esto se lo creen y a los que decimos que esto va por el aire, que casi ninguno somos médicos y que somos muy pocos porque nunca se creyó en esto de los aerosoles y por tanto no se dieron fondos para investigación, nos llaman ignorantes. Nos lo llama la OMS. Y se crea una situación difícil porque hay que convencer a gente que tiene la sartén por el mango de que los aerosoles son los que provocan la pandemia. Y les suena a chino. El síntoma más claro de que esto fue así es que cuando la OMS forma un comité para ver cómo se está transmitiendo el virus invita a seis expertos en lavarse las manos, pero a cero expertos en contagios por el aire. Y hay quien sigue erre que erre sin ver la evidencia. Luego, a los gobiernos les parece más fácil lo de desinfectar superficies que el tema de la transmisión por el aire y fomentan la confusión. Es incomprensible, pero así ha pasado y pasa.

-Mascarilla, ventilación y distancia. ¿Esas son las claves?

-Primero, mascarilla bien ajustada y de calidad, hay que preocuparse de las mascarillas que llevamos. Segundo, distancia y luego aire libre siempre que puedas, el exterior siempre mejor que el interior. Y, en lugares cerrados, ventilación y, si no puedes, filtración. Yo centraría la prevención en esas cosas y por ese orden. La mascarilla buena y bien ajustada es fundamental.

-¿Habrá sexta ola o incluso más?

-En Estados Unidos sí, es un país que se resiste a las restricciones y tiene solo un 54% de vacunados, me sorprendería que no tuviésemos una o varias olas en invierno, salvo que la vacunación se acelerase mucho. En España la velocidad de vacunación ha sido buena. Y la población se ha prestado a poner sus brazos. En España, si no aparecen variantes peores que la delta y se vacuna a los niños pronto pues igual este invierno ya no habrá olas, serán casos residuales, creo yo.