Sebastian Girona: «A veces, lograr pasar una infidelidad puede mejorar el vínculo de la pareja»

Asegura que estamos en «temporada alta de separaciones y divorcios». Y él se dedica a evitar ese desenlace. Autor de libros como No te aguanto más y Cada cual por su lado, Sebastian Girona (Buenos Aires, 1975) dice que la «sobreexposición del verano con el telón de fondo de una pandemia es un cóctel explosivo».

-Se vaticinaba una oleada de separaciones. ¿Fue así?

-El covid desestabilizó a muchas parejas. La que venía con problemas, se vio empujada a la crisis. La que venía bien, lo superó perfectamente. La pandemia no tiene tanto poder como para destruir una relación buena, pero sí tuvo el de agravar un vínculo que venía regular o mal.

-De las dos o tres horas que convivían juntas al día muchas parejas entre semana, se pasó todo el día. ¿Estaba la gente preparada para eso?

-No solamente es que nos hizo estar todo ese tiempo juntos , sino que además nos quitó apoyos placenteros, como ir a un restaurante a cenar, acudir al fútbol o el teatro o simplemente pasear. Nos sacó placer y nos expuso a un vínculo para el cual no necesariamente uno está preparado para estar tantas horas por día

-Dice que una pareja que está en crisis «siempre está a tiempo de repararlo». ¿Si uno de los ya ha dado el paso para separarse hay vuelta atrás?

-Cuando la decisión está tomada, no. En ese sentido, los hombres y mujeres lo manejan de diferente forma. La mujer puede esperar más tiempo y esperar a la recuperación. Pero una vez que decide dar el paso es mucho más difícil volver atrás. El hombre a veces decide más rápido y esa decisión puede ser más volátil. En todo caso, ninguna pareja se separa de un día para otro, sino que se van presentando señales que van en ese camino. ¿El problema? No siempre se perciben.

-¿Cuáles serían?

-Hay cuatro etapas que encienden las alarmas de forma gradual. La primera es cuando uno de los dos integrantes empieza a ser consciente de que los problemas que hay en la pareja son graves, que se instalan y se sostienen en el tiempo. Lamentablemente, eso lo percibe uno y se le hace difícil lograr que el otro lo vea. Suele ser la mujer la que lo ve. La segunda etapa que marca la crisis es empezar la desestimar la posibilidad del diálogo, porque no sirve para cambiar nada. La tercera se da cuando uno de los dos empieza a hacer demasiados cosas por separado y se empieza a generar lo que se llama el desenganche emocional

-¿En qué consiste?

-Se manifiesta cuando lo que le pasa al otro ya no te interesa. Eso agrava todo. Y luego llega la cuarta fase: empezar a sentir soledad a pesar de estar dentro de un vínculo. Dormir en la misma cama y sentir a la otra persona a kilómetros de distancia. Eso genera desconfianza. Como telón de fondo de cualquiera de estos momentos puede aparecer una infidelidad, por parte de uno o de los dos integrantes del vínculo.

-¿Es posible seguir juntos tras la infidelidad de uno de los integrantes de la pareja?

-No digo que sea fácil, ni lo más común del mundo, pero a veces las parejas que logran pasar una infidelidad pueden hasta mejorar el vínculo. Por supuesto, en un primer momento es algo traumático y doloroso, pero si después podemos ponernos a pensar por qué ocurrió eso, la pareja tiene la oportunidad de revisar algo.

-Habla del fondo de reserva emocional. ¿Qué es?

-Muchas personas pueden tener una cuenta en el banco en donde van ahorrando cuando les va bien para cuando quizá no les vaya tan bien. El fondo de reserva emocional de una pareja no tiene que ver con el dinero, pero sí con cuestiones psicológicas y emocionales que va juntando la relación cuando pasa un buen momento. Ahí se encuentra la esencia de la pareja y también su capacidad de resiliencia. Si la pareja sabe que lo tiene, el pronóstico mejora.

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