La vacunación sin cita en los campus atrajo a 1.700 personas

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Un niño recibe la vacuna contra el covid-19 en Santiago
Un niño recibe la vacuna contra el covid-19 en Santiago Sandra Alonso

Acudieron estudiantes de otras comunidades, extranjeros y algún rezagado

14 sep 2021 . Actualizado a las 15:25 h.

Estudiantes de otras comunidades, extranjeros que no habían sido convocados hasta ahora y también rezagados -incluidos algunos mayores y niños- constituyeron el grueso de las personas que acudieron ayer a recibir la vacuna contra el coronavirus en los campus universitarios gallegos. Según datos provisionales del Sergas, pendientes de revisar ya que muestran contradicciones, se administraron algo más de 1.700 dosis: 441 en A Coruña, 363 en Vigo, 269 en Santiago, 206 en Pontevedra, 173 en Lugo, 148 en Ourense y 107 en Ferrol, de los varios miles que había reservadas y que se seguirán aplicando hoy.

En el auditorio Vidal Bolaño de la USC estaban disponibles ayer 1.200 dosis de Pfizer para vacunar sin cita a mayores de 12 años y se administraron 269 inyecciones. En muchos casos, estudiantes universitarios de otras comunidades a los que hubo de realizarles un alta rápida en el Sergas; jóvenes citados en otras ciudades gallegas que por asistir a clase optaron por vacunarse en Santiago; personas de distintas edades que no pudieron acudir cuando fueron citados, e inmigrantes que no habían sido notificados. Hoy martes estarán disponibles otras 1.200 dosis, de 9 a 20 horas.

En Vigo la Consellería de Sanidade reservó 1.500 dosis para ayer y otras mil para hoy, aunque por lo que se pudo ver en el pabellón de deportes universitario quedarán muchas sin poner. No se formaron colas en toda la mañana y a mediodía los sanitarios habían administrado poco más de sesenta vacunas.

«No sabemos cuánta gente puede venir porque el grupo etario al que va dirigido ya fue llamado en su momento», explicaba el coordinador del equipo de vacunación, que añadía: «Han pasado algunos estudiantes extranjeros».

También asistió en esas horas de la mañana una persona ajena a la comunidad universitaria que aprovechó la ocasión.

«A mi ya me habían llamado, pero entonces no pude ir y ya no volvieron a llamarme», explicaba un estudiante del último curso de Económicas.

«Me dijeron que para la segunda dosis me indicarían, a través de un mensaje, el lugar de vacunación; me dijeron que posiblemente fuese en el Ifevi», apuntaba otro de los estudiantes que se acercaron al pabellón.

En la Facultad de Veterinaria de Lugo tampoco se esperaba una participación masiva, y así fue. Tres enfermeras recibieron a los alumnos universitarios desde las 10.30 horas, pero estos llegaban con cuentagotas. «Ahora es cuando más tendremos, y ya ves», comentaba una de las sanitarias, señalando a los menos de diez jóvenes que esperaban sentados los 15 minutos de rigor tras recibir sus dosis.

«Se eligió la Facultad de Veterinaria porque aquí hay muchos alumnos de fuera de Galicia. Se está viendo que fue una decisión correcta, porque la gran mayoría de los que han venido eran de fuera de la comunidad y no habían recibido ni una dosis todavía», explicaban. Afirman que esperaban que se hubiera tomado esta decisión antes, «al menos cuando estaban vacunando al tramo de edad de los universitarios, hace unas semanas», dicen.

Con mejor ritmo arrancó la jornada en el Campus de Ourense, para satisfacción del equipo de dos administrativos, tres enfermeras, un auxiliar y un celador que componían el grupo asistencial al frente del operativo. «Estamos a bastante bo ritmo; levamos cincuenta doses postas. Tiñamos menos expectativas», reconocía la enfermera Laura Queija, que animaba a todos los que quisieran ponerse tanto primeras como segundas dosis de Pfizer a acercase hasta el Edificio de Ferro. La mitad de los que acudieron eran universitarios, pero también se presentaron adultos que nada tienen que ver con el centro, «e incluso tivemos algún maior e algún neno» a los que, por diversos motivos, se les pasó la cita en su momento. El equipo dispone de 100 viales para consumir en estas dos jornadas, y de cada uno de ellos salen entre cinco y seis dosis, así que, animan a todos los que deseen inmunizarse a acudir, porque por falta de vacunas, no será.

«Xa me chamaran antes, preguntei se era obrigatorio e como non, daquela non vin»

Marisa, una vecina de Cambre de 80 años, acudió a vacunarse junto a los universitarios 

A las puertas de Expocoruña, donde ayer había 7.851 vacunas disponibles, el paisaje era intergeneracional. Chavales en vísperas de estrenarse en el instituto para su segundo pinchazo desfilaron al lado de la cola para los sin cita, donde coincidieron desplazados de otras comunidades, alumnos extranjeros de la UDC, cuarentones que no pudieron acudir cuando fueron convocados los de su quinta, prejubilados reacios a vacunarse convencidos por la presión del entorno y Marisa, vecina de Cambre de 80 años. Preguntada sobre el porqué de su tardanza en ponerse la primera dosis, ella misma lo explicó: «Porque ó primeiro, cando me chamaron por teléfono, preguntei ‘É obrigatorio?’ ‘Non’. ‘Pois daquela non vou’». Eso fue hace ya tiempo, reconocía.

Con una salud «grazas a Deus boa, na miña vida nada tiven», Marisa también argumentó su cambio de parecer. «Pensei, tanto tempo con isto... Vai para largo, xa pon medo, vou ir. Se ma dan, ben; se non ma dan, tampouco pasa nada, non vou marchar triste», decía antes de entrar al recinto. Ese razonamiento y «tanto sentir a Feijoo que se podía vir, que tatatatá...», la decidieron a probar suerte a pesar de que «tampouco a dou de moi boa gana, pero bueno, ó ser para todos...». Así que allí se plantó, con dudas pero a la espera de un remedio contra el bicho que, hasta el 6 de agosto y solo en el área coruñesa, tampoco se habían puesto otros 3.700 octogenarios.

Información elaborada por Rosa Domínguez, Fina Ulloa, Jorge Lamas, Andre S. Zapata, Olimpio P. Arca y J. V. Lado