La ciencia mundial de la salud alza la voz sobre la crisis climática

SOCIEDAD

Yves Herman

Publicaciones tan influyentes como The Lancet o Nature alertan sobre un «daño catastrófico»

07 sep 2021 . Actualizado a las 18:26 h.

El ser humano capta mucho mejor un mensaje cuando apela directamente a su bolsillo o a la salud. Por ello, las 220 publicaciones médicas más importantes del planeta acaban de publicar una carta conjunta en la que alertan sobre el impacto de la crisis medioambiental en el ámbito sanitario. «Un aumento de 1,5 grados por encima del promedio preindustrial y la pérdida continua de biodiversidad corren el riesgo de generar un daño catastrófico para la salud que será imposible de revertir», reconoce el documento apoyado por revistas tan influyentes como The Lancet, Nature y The British Medical Journal.

La publicación advierte que ningún ascenso de la temperatura global es seguro porque el calentamiento actual ya está generando muchos problemas en el ámbito de la salud pública. «En los últimos 20 años la mortalidad relacionada con el calor entre las personas mayores de 65 años ha aumentado en más del 50 %.También la deshidratación y pérdida de la función renal, neoplasias dermatológicas, infecciones tropicales, problemas de salud mental, complicaciones del embarazo, alergias y morbilidad y mortalidad cardiovascular y pulmonar», apunta.

Los expertos recuerdan en el artículo que la amenaza de la crisis medioambiental va más allá de los efectos que provocan en el organismo las altas temperaturas. «La disminución del rendimiento de los principales cultivos ha caído un 5,6 % desde 1981. Esto, junto con el agotamiento del suelo, está obstaculizando los esfuerzos para reducir la desnutrición», lamentan.

La comunidad médica mundial reconoce, además, que los esfuerzos y las promesas que se han hecho hasta ahora son completamente insuficientes para evitar un deterioro de la naturaleza irreversible. «Es probable que las temperatura superen los 2 grados, un resultado catastrófico para la salud y la estabilidad ambiental ya que aumenta la posibilidad de alcanzar puntos de inflexión en los sistemas naturales que podrían encerrar al mundo en un estado sumamente inestable. Esto afectaría críticamente nuestra capacidad para mitigar los daños y prevenir un cambio ambiental catastrófico y desbocado».

El editorial también advierte sobre los efectos de la pérdida progresiva de la biodiversidad que favorece que sean más frecuentes las zoonosis, cuando los virus dan el salto de la naturaleza a los seres humanos, tal y como ha ocurrido con el covid-19. «Los ecosistemas prósperos son esenciales para la salud humana, y la destrucción generalizada de la naturaleza, incluidos los hábitats y las especies, está erosionando la seguridad alimentaria y del agua y aumentando las posibilidades de pandemias», señala.

Los investigadores sanitarios piden asumir la amenaza ecológica con la misma ambición que la del coronavirus. «Muchos gobiernos enfrentaron la pandemia con una financiación sin precedentes. El problema ambiental exige una respuesta de emergencia similar. Se necesitarán grandes inversiones, más allá de lo que se está considerando o entregado en cualquier parte del mundo. Pero tales inversiones producirán enormes resultados económicos y de salud positivos».

Los científicos aseguran que el reto del cambio climático requiere de grandes dosis de solidaridad porque nadie estará a salvo hasta que todo el mundo lo esté. «Los países ricos deben cumplir e ir más allá de su compromiso pendiente de proporcionar 100.000 millones de dólares al año, compensar cualquier déficit en el 2020 y aumentar las contribuciones a partir del 2025. La financiación debe dividirse por igual entre mitigación y adaptación, incluida la mejora de la resiliencia de los sistemas de salud».

La ciencia espera que en la COP 26, la conferencia de Naciones Unidas sobre cambio climático que se celebrará en noviembre en Glasgow (Escocia) se tomen medidas concretas para gestionar este desafío existencial.