«Nos volvimos locos para saber qué pedían para volver a Londres»

María Hermida
María Hermida REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

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Caos en los viajes hacia Reino Unido desde Galicia por los test de antígenos y el rechazo a las pruebas emitidas en gallego. «Fue horrible, hasta lloró la farmacéutica que nos hizo la prueba», dice una coruñesa que casi se queda en tierra

03 sep 2021 . Actualizado a las 18:07 h.

Aunque se bucee por documentos oficiales, no es fácil saber qué exige cada país para entrar con respecto al covid. La cosa no se arregla llamando a embajadas o consulados. El frenético cambio de las normas es tal en todos los países que, salvo preguntando a agencias de viaje, que son las que más luz arrojan porque pelean cada día con ello, los viajeros lo tienen complicado para conocer los requisitos. En ese contexto de por sí complejo para viajar, en Galicia la cosa se ha enrevesado aún más con los vuelos al Reino Unido. Porque para ir a Inglaterra, aunque se esté vacunado con la pauta completa, hay que presentar una prueba de covid negativa (antígenos o PCR) y los viajeros han empezado a mostrar como tal los test de autodiagnóstico que se hacen en las farmacias. ¿Sirven? En teoría, no. Pero en algunos casos se aceptan y en otros no. De ahí el caos.

En Galicia, las farmacias llegaron en el mes de julio a un acuerdo con la Xunta para que aquellos clientes que realicen un test de antígenos en la propia botica -se introducen el hisopo ellos mismos, pero la muestra la comprueba el profesional- puedan llevarse un papel que indique que dieron negativo. El problema es que este documento no tiene validez para obtener el certificado covid europeo o para utilizar fuera de la comunidad. Está solo pensado para su uso en Galicia. De hecho, se hizo cuando era necesario que los no vacunados presentasen un test para ir al bar.

Ayer el Sergas recalcó esta cuestión: que esos test de autodiagnóstico de las farmacias no sirven para viajar. Sin embargo, algunos ciudadanos, por desconocimiento o porque esta prueba resulta mucho más barata que la que se hacen en los laboratorios, están acudiendo al aeropuerto con ese papel entregado por los boticarios, que por defecto se emite en gallego -aunque puede imprimirse en castellano-.

Lo normal sería que les dijesen que no pueden viajar con él. Y que ahí se acabase el embrollo. Pero la cosa es más enrevesada. Los auxiliares de vuelo de alguna aerolínea, que son los que están controlando las pruebas, no le dicen a los viajeros que no admiten la prueba porque es un test de farmacia, sino que les indican que es inválida porque está redactada en gallego. Y, si consiguen que en la botica se la traduzcan al castellano, entonces sí les dejan volar, como ha pasado varias veces en los últimos días.

 En gallego no, en español sí

Esta cuestión ha levantado numerosas ampollas. Incluso la Mesa pola Normalización Lingüística exige explicaciones por ello. Porque lo cierto es que, más allá de lo que diga la norma, a viajeros con test de farmacia en gallego les pusieron problemas y a los que los tenían en castellano no. E incluso colegios de farmacéuticos como el de A Coruña auxiliaron a contrarreloj a algún pasajero que, o presentaba de inmediato el documento en español, o se quedaba en tierra.

Desde ese colegio profesional, Blanca González, miembro de la junta de gobierno, da con una de las claves del embrollo: «Yo informo al cliente de que el test, en principio, no sirve para viajar. Pero si me pregunta si lo están aceptando le digo que en algunos casos que sí, porque es lo que está sucediendo», manifiesta. 

«Deberían ser muchísimo más claros»

David García, hijo de emigrantes gallegos, volvió este verano desde Inglaterra a Galicia. Estuvo en Cee. Trabajador del sector turístico, se leyó toda la letra pequeña de la normativa antes de volar porque no quería tener problemas en los aeropuertos, máxime cuando iba a pisar varios, puesto que primero estuvo en Madeira y luego en Oporto, para finalmente recalar en Galicia. Completó el periplo sin problema, pero enseguida se percató de que para volver, quizás, aún tendría que cumplir más requisitos. «Nos volvimos locos para saber qué pedían para volver a Londres, la información del Gobierno británico es confusa, te ponen que debes presentar una prueba negativa aunque estés vacunado. Pero deber y tener que no es lo mismo. Deberían ser muchísimo más claros», indica este hombre ya desde Inglaterra. 

Estando en Cee, no lograba saber con detalle qué prueba de covid se le requería a él y a su mujer para entrar en Londres. Fue a una farmacia a ver si los test de autodiagnóstico servían. «Pero a nosotros el farmacéutico nos dijo que no, cuando había gente a la que parecía que sí le valían», dice. Se decantaron por ir a un laboratorio y pagaron 45 euros por cabeza por los test de antígenos. Viajaron sin problema.

«No nos lo creíamos cuando subimos al avión»

Marta Uciela, una coruñesa que reside en el Reino Unido, vino este verano a pasar mes y medio a su tierra con su marido y con sus críos. A la hora de regresar, se percataron de que además de demostrar que están vacunados tenían que llevar al aeropuerto una prueba negativa de covid. No leyeron en ningún lado que no pudiese ser el test de antígenos que se hace en las farmacias. De hecho, Marta sigue rebuscando en la normativa británica y no encuentra ningún dato al respecto. Así que ella y su esposo se hicieron sendas pruebas en una botica coruñesa, donde les emitieron un certificado de que habían dado negativo en gallego.

Llegaron al aeropuerto el día 27 de agosto y, antes de subirse al avión, un azafato les indicó que con ese documento no podían volar. «No nos dijo que el test no valiese por ser de farmacia, sino por estar en gallego», indica. A la desesperada, comenzaron a hacer llamadas: «Fue horrible, acabó llorando hasta la farmacéutica que nos hizo la prueba. El azafato, con el que se puso al teléfono, la acusó de negligencia por imprimirlo en gallego. Al final acabamos llamando al colegio de farmacéutico y, tras 45 minutos intentándolo, logramos tener el papel en castellano». Así, finalmente, les dejaron volar.

Señala que fue una odisea acabar rumbo Londres: «Tenemos dos hijos pequeños, con lo que viajar ya es un estrés, encima con lo que nos pasó... cuando nos subimos al avión no nos lo creíamos». Antes de despegar, ayudaron a una chica que lloraba en un mostrador del aeropuerto porque también tenía el test en gallego y no le dejaban subir. «Hay un problema de comunicación grave, la Xunta debería comunicar mejor este tema», remacha Marta.