Dulceida, un juguete roto de las redes

SOCIEDAD

Dulceida
Dulceida Jon Nazca

28 ago 2021 . Actualizado a las 10:00 h.

Juguetes rotos del espectáculo los hubo siempre. Los ejemplos son infinitos entre las bambalinas putrefactas de la tele, del cine o de la música. Pero hoy a ese show, a ese cementerio de vidas mediáticas que se quiebran demasiado pronto ante demasiado éxito, se le suman otros: los de las redes.

Las redes sociales son como las de una telaraña. Quienes se han pasado media vida tejiéndolas desde edades precoces, creyéndose que les amortiguarían del golpe que siempre acaba propinando la vida real, un día pasan a enredarse en ellas. A ser devorados por la araña de la falsedad, de la sonrisa permanente, del selfi, del filtro. De esos hotelazos que solo multiplican la dureza de estar solo. De esos brunch que son incapaces de saborear sin antes hacerles una foto. De esa sonrisa posada, forzada, para disfrute de sus desconocidos. En definitiva, de ese teatro en el que son títeres de sí mismos.

Dulceida es el último de esos juguetes rotos. Toda ella, en sí misma, es una marca. Saltó a la fama como influencer y logró una legión de seguidores en Instagram. Lo mismo diseña colecciones cápsula para firmas de moda que se atreve a debutar como actriz y a celebrar un festival de música propio. Lo que ocurre es que la vida casi nunca es un festival, ni para Dulceida ni para nadie. Menos aún, cuando es de mentira.