Italia deja sin sueldo a los profesores que no presenten el pasaporte covid

Darío Menor COLPISA

SOCIEDAD

ALESSANDRO DI MARCO | EFE

Se registran revueltas multitudinarias en contra de las medidas que, además, obligan a partir de este viernes a presentar el certificado sanitario para acceder al interior de bares y espacios de ocio

06 ago 2021 . Actualizado a las 16:43 h.

Los trabajadores de los centros educativos y los estudiantes universitarios en Italia tendrán que mostrar obligatoriamente el pasaporte covid para poder acudir a clase a partir del próximo curso. Es un cambio, sin embargo, que comenzará a afectar sus vidas desde este mismo viernes, pues el pase sanitario se exigirá para consumir dentro de bares y restaurantes, así como en lugares cerrados de ocio. Por eso, ya ha sido descargado por dos de cada tres italianos.

Este certificado -que prueba que se ha superado el coronavirus, se ha recibido al menos una dosis de la vacuna o se cuenta con una prueba con resultado negativo hecha en las últimas 48 horas- también se exigirá a partir de septiembre para acceder a los trenes, aviones, barcos y autobuses de larga distancia. No hará falta en cambio para el transporte urbano.

El Gobierno de Mario Draghi quiere animar a la gente a participar en el proceso de vacunación para evitar a todo coste cierres y nuevas restricciones ya desde este verano. Por eso, tras una larga jornada de reuniones con los expertos y los representantes de las regiones, se aprobó el nuevo decreto que hace del pasaporte covid una herramienta imprescindible para la vida cotidiana en Italia.

A los profesores y personal no docente de las escuelas, además, les va el sueldo en ello. Si no presentan el certificado al presentarse a sus colegios, institutos y facultades quedarán suspendidos de sus empleos y dejarán de recibir sus salarios tras el quinto día de ausencia. Con esta mano dura, el Ejecutivo pretende garantizar las clases presenciales tras dos cursos marcados por la didáctica a distancia.

«Hacemos todo lo posible para que las escuelas puedan reabrir con seguridad en septiembre», explicó el ministro de Sanidad, Roberto Speranza, que también apeló a la seguridad para justificar la exigencia del pasaporte covid en lugares «decisivos» como son los medios de transporte de larga distancia.

La medida ha suscitado manifestaciones multitudinarias en todo el país, al entenderse como una obligación tácita de vacunarse, ya que quien no cuente con el documento queda prácticamente excluido de las actividades del día a día en Italia.

Pero también ha recibido críticas por su imprecisión. Los gestores de los 270.000 restaurantes y bares del país, por ejemplo, se quejan de que deberán hacer de «policías» con sus clientes y denuncian una serie de contradicciones en la puesta en práctica de la medida. Entre otras cosas exigen que no recaiga sobre ellos la responsabilidad legal del uso inadecuado del certificado, pues cabe la posibilidad de que la gente se lo preste, avisa la asociación patronal FIPE-Confcommercio.

Las restricciones aprobadas por el Gobierno italiano llegan en pleno repunte de contagios. Este jueves se registraron más de 7.000 infectados, una cifra inédita desde el pasado mayo. En la actualidad hay más de 100.000 casos activos de coronavirus en el país, una barrera que no se superaba desde hace dos meses.