Sanidad se prepara para la ofensiva final de los antivacunas

Melchor Sáiz-Pardo COLPISA

SOCIEDAD

Javier Carrión | EUROPAPRESS

Con el incremento de inmunizados se dará la aparente paradoja de que el mayor número de casos será entre la población inoculada

09 ago 2021 . Actualizado a las 18:33 h.

Es cuestión de simple estadística: si la gran mayoría de la población va a estar vacunada en las próximas semanas, lo esperable es que, obviamente, crezca el número de contagios entre esos inmunizados y que aumente también el peso de estos en las estadísticas totales. Y ello, porque la protección total no existe y, por poco o grande que sea el escape vacunal, va a haber casos de infectados entre esa inmensa mayoría de inoculados.

Pero ese razonamiento no es tan evidente para los antivacunas.

De hecho, en el Ministerio de Sanidad preocupa, y mucho, la esperable campaña de los negacionistas, que desde hace años -mucho antes de la aparición de la covid- usan esa aparente paradoja como uno de sus principales arietes en las fases finales de las inmunizaciones colectivas.

El lunes la secretaria de estado de Sanidad, Silvia Calzón, en su rueda de prensa inauguró esa campaña pedagógica que Sanidad va a intensificar en las próximas semanas para intentar contrarrestar cualquier iniciativa de los antivacunas. Todo ello, en un momento crítico, en el que España -según las propias estimaciones de Salud Pública- va a necesitar acercase mucho al 90% de población total inmunizada para conseguir la ansiada inmunidad de rebaño, dado el mayor escape a las profilaxis de la variante Delta, que ya roza el 80% de los casos secuenciados en el país.

«Imaginemos la vacuna triple vírica frente al sarampión, que funciona muy bien. En un colegio hay 100 niños, 95 se vacunan y 5 no. Imaginemos que el virus entra e infecta a 7 de los vacunados y a los 5 no vacunados. Si nos fijamos en los casos se podría afirmar, y sería cierto, que la mayoría de los casos se han producido entre los vacunados, pero si lo miramos como porcentaje de población, el 100% de los no vacunados se habría infectado, frente al 7% de los vacunados», fue el gráfico ejemplo de Calzón.

«Más frecuente»

«Todo depende de cómo se miren los datos. Estas vacunas tienen una protección muy alta, pero no es total. Conforme más avancemos la vacunación, será más frecuente que los casos estén vacunados, porque será mucho más frecuente en la población estar inmunizado», insistió la número 2 de Carolina Darias.

«Lo lógico es que, como la gran mayoría de la población va a estar vacunada, los casos se darán en la población vacunada», abundó por su parte María José Sierra, la mano derecha de Fernando Simón en el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias.

Dentro de esta táctica para neutralizar la campaña de los antivacunas que ya ha comenzado a moverse en redes sociales, en el Ministerio de Sanidad preocupa, y mucho, la forma de informar desde las administraciones sobre los contagios cuando España se acerque a umbrales muy altos de porcentajes de vacunación.

El problema es que la ministra Darias, el pasado 21 de julio, ya avanzó una fórmula que no era -a criterio de los expertos- la mejor manera de comunicar. Apuntó que solo el 5,5 % de los nuevos casos notificados de coronavirus en las últimas cinco semanas pertenecen a personas con la pauta completa de las vacunas, mientras que el 11,4 % son de ciudadanos con una sola dosis y el 83,1 % son de no vacunados.

En Sanidad, por el momento, no han vuelto actualizar esos datos, porque, evidentemente, con esa fórmula van a seguir aparentemente empeorando. La idea es presentarlos en breve, pero de una manera más fácil y comprensible para dejar el menor resquicio a los bulos contra las profilaxis.

«Mínimas»

En el Gobierno, por los datos del CIS y otros estudios internacionales e internos no publicados, no creen que vaya a haber problema en alcanzar el 90% de los vacunados una vez se autorice la inoculación por debajo de los 12 años por mucha campaña negacionista que se orqueste en esta fase final de la vacunación. Solo el 10% de los 10 millones de personas que quedaban por recibir la vacuna en España a principios de julio -las más jóvenes y menos vulnerables- decían ser contrarias a ponérsela, según el CIS del pasado mes.

Con esas proporciones «mínimas» de antivacunas y en descenso (según otra encuesta de Ipsos en octubre del años pasado solo el 64% de los españoles estaba dispuesto a vacunarse), Sanidad insiste en que no se plantean reformas legales para hacer obligatoria la vacunación.

Más dudas hay sobre si avalar de algún modo el uso del certificado covid para abrir las puertas a ciertos establecimientos una vez se haya dado la oportunidad al 100% de la población a vacunarse. Pero entre tanto -insisten en Salud Pública- la prioridad es llevar la inmunización todo lo más lejos que se pueda y para ello hay que desarticular todos los bulos.