Julián López, lutier: «Cada guitarra tiene su alma»

Ana F. Cuba LA VOZ

SOCIEDAD

CESAR TOIMIL

De la pasión y la destreza del carpintero aresano salen las guitarras eléctricas que comercializa bajo la marca Lía Custom Guitars. Desde 2019 se dedica profesionalmente a fabricar este instrumento

21 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Para Julián López Ramil (Ares, 33 años) hablar de un lutier «son palabras mayores». «Yo me dedico a fabricar guitarras eléctricas», insiste, por más que su pareja y socia, Ana Vilas Varela (Ares, 38 años), le muestre la definición del diccionario. Juntos montaron, en 2019, Lía Custom Guitars, la empresa y la marca con que comercializan las guitarras eléctricas. Lía es su hija, tiene seis años y vive rodeada de instrumentos musicales. Su padre toca la guitarra desde pequeño y empezó diseñando alguna para él, como afición. Hasta que un amigo que sabe de emprendimiento lo empujó a dedicarse profesionalmente al oficio. Él fabrica y su compañera contacta con los clientes y los guía, hasta dar con «su» modelo.

«Son piezas muy personalizadas, intentamos que la guitarra tenga un poco de todo lo que le gusta a quien la encarga, y eso requiere un conocimiento previo», comenta Ana. Son muchas horas de conversación con el cliente para dar con el diseño exacto, «casi tantas como de fabricación», apunta Julián. Antes de lutier era carpintero. «Las guitarras las fabrico con maderas nobles, caoba y arce son las que más usamos, de muy buena calidad. Las elegimos mucho, porque si tienen algún fallo, metes horas de trabajo y después la tienes que desechar...».

El cuerpo y el mástil son de madera. A mayores están los componentes eléctricos y los herrajes. «Los clientes tienen sus predilecciones, pero acabamos llevándolos a nuestro terreno, los guiamos hacia las dos marcas que nos gustan, que están en Alemania y Reino Unido, y lo ensamblamos todo, la electrónica y el hardware», explican. Todo influye en el sonido. «Que suene bien depende de muchos factores, desde cómo se construye el mástil al tipo de madera», dice Ana. «La parte mayoritaria, normalmente, es de caoba, y lleva algo de arce porque resalta unas frecuencias que la caoba no tiene, y así hace que no suene ni muy ronca ni muy chillona [...]. Hay que tener en cuenta las dimensiones, los equilibrios...», apuntala Julián.

En Lía Custom Guitars también hacen reparaciones y ajustes. «Una mala guitarra es imposible de ajustar», asevera Ana. «A veces nos vienen con guitarras compradas en AliExpress [portal chino de venta por Internet] y es imposible», remarca Julián. Sus precios oscilan entre los 1.700 y los 2.800 euros, con garantía de cuatro años y seguimiento: «Nos gusta revisarlas, ver cómo va todo y mantener la relación con los clientes. Cuando la entregas la sensación es agridulce, porque se va. Tardamos unos cuatro meses en hacerla y el precio es bastante ajustado, pero los momentos son los que son, y la pandemia ha afectado mucho al sector de la música. Hay marcas que fabrican en serie y cobran el triple».

Los pedidos vienen de toda España, de músicos aficionados (taxistas, hosteleros...) y profesionales, como los guitarristas de la banda madrileña de metal Hamlet, Javier Rojas (Chenoa) o Ángel San Juan (del grupo de heavy Tierra Santa). Los músicos son su mejor promoción, «porque los ve mucha gente y te dan una reputación que, si no, es muy difícil de conseguir». Antes de entregarla, Julián la prueba durante unos días para ajustarla: «Te da una sensación distinta, cada una tiene su alma y eso se refleja en el sonido. También suena diferente según quien la toque». Y cuando pueden, se acercan antes del concierto para poner a punto las guitarras.