Los jóvenes descubren el empacho digital con el teletrabajo y el telecole

Alfonso Torices MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

MONICA IRAGO

Nueve de cada diez ejercieron de monitor tecnológico para su familia

16 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En los últimos meses se ha vivido lo impensable. Adolescentes y jóvenes guardando en el bolsillo voluntariamente los móviles o apagando durante horas los portátiles o las tabletas para descubrir el mundo presencial y formas de ocio distintas a lo virtual. Es el empacho digital.

Las horas y horas seguidas de teletrabajo o de telecolegio y de encierros involuntarios a las que ha obligado la pandemia han desembocado en sensaciones desconocidas entre los chicos y chicas de 15 a 29 años, como la saturación de pantallas o el cansancio tecnológico. Así lo ha desvelado el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud dentro de su chequeo anual, el Barómetro Jóvenes y Tecnología 2021.

La investigación revela que hasta el 47 % de los chicos y jóvenes afirman que, después de unos meses absolutamente intensivos en el uso de Internet y las redes sociales, cada vez valoran más y les produce mayor satisfacción el tiempo en el que consiguen realizar una desconexión digital. Uno de cada tres ha descubierto la saturación digital y el 37 % ya solo usa las redes y las conexiones de datos cuando lo necesita.

El espejismo de Matrix se ha roto y ha dejado paso a convencimientos como que la práctica totalidad de los estudiantes apuesten por la presencialidad como método más deseable y eficaz de enseñanza en colegios, institutos o universidades. «Han sido conscientes por primera vez de la importancia de la desconexión por saturación, agobio, cansancio o frustración», explica Beatriz Martín, directora general de FAD, la entidad que promueve el centro de investigación.

Pero el descubrimiento de los males del abuso digital no ha provocado ni desafección ni rechazo. Seis de cada diez jóvenes tienen claro, sobre todo tras lo más duro de la pandemia, que las tecnologías de la comunicación mejoran la calidad de vida de las personas y más de la mitad las ven como un instrumento útil para la participación social y política. En ambos casos son siete puntos más que en la época precovid.

Son «tecnoptimistas». Cuando observan los medios digitales ven sobre todo posibilidades de innovación, progreso y futuro, aunque también riesgos de brecha digital y de precarización laboral. La nueva realidad traída por el coronavirus ha supuesto un proceso acelerado de adquisición de conocimientos digitales. El 71 % de jóvenes estima que tiene unas competencias altas para desenvolverse con pantallas y dispositivos de todo tipo (seis puntos más) y, de hecho, en este último año se ha visto obligado a ejercer un nuevo rol. Nueve de cada diez chicos se han convertido en monitores tecnológicos informales con sus padres, tíos, abuelos o profesores, que precisaron de un manejo del que carecían para enfrentarse al teletrabajo, a las gestiones administrativas, a las compras o la mera relación digital con sus amigos y familiares.

Enorme brecha digital

Adolescentes y jóvenes valoran de forma positiva la formación online -les ha permitido continuidad en los estudios-, pero también han descubierto sus fallos, como un aumento del agobio, la saturación o la frustración, mayores niveles distracción, abundancia de falta de formación en el profesorado, y una enorme brecha digital (20 puntos de distancia entre quienes han dispuesto de los medios necesarios o no según nivel de ingresos). El resultado es su apuesta decidida por lo presencial.

En el teletrabajo la división es mayor. Cuatro de cada diez considera que lo ideal sería un equilibrio casa-presencial, pero el resto dice que, si hay que elegir, prefieren priorizar el online. Las ventajas son la comodidad, la autonomía y la ausencia de desplazamientos innecesarios y los peros la falta de preparación del centro de trabajo o las tareas difícilmente desplazables al hogar.

El smartphone sigue siendo el red de la conexión, sobre todo en las chicas, seguido por el portátil. Los usos más multitudinarios son de ocio (música, chats, o películas y series), pero también en otros muchos aspectos vitales (lecturas, documentación, procesamiento de textos).

Varios perfiles tecnológicos

Si se tiene en cuenta el grado de uso de las tecnologías y las preferencias se pueden distinguir al menos cinco perfiles entre los jóvenes. Una cuarta parte de ellos, sobre todo mujeres, serían audiovisuales, que se conectan de forma especial al móvil para su ocio. Los segundos, un 22 %, son los gamers. Sobre todo chicos, grandes usuarios de videojuegos, por lo que manejan especialmente videoconsolas y PC de sobremesa. Los terceros, el 20 %, son los básicos, con un dominio tecnológico escaso, poco acceso a dispositivos y un uso fundamental para apostar o entrar en app de citas. Entre ellos abundan los chicos en riesgo de exclusión.

Los cuartos, con un 18 %, son los prácticos. Se definen por unas altas competencias, por lo que gestionan casi toda su vida (trabajo, administración, compras, etc) a través de pantallas. El último grupo, 15 %, son los múltiples. Utilizan todo tipo de formatos de conexión, hacen mucho uso de la ofimática, pero también de las apuestas y las app de citas.