Los hosteleros quieren que se exijan test o inmunización también en bares y restaurantes

SOCIEDAD

ANGEL MANSO

El sector del ocio nocturno, satisfecho con la nueva medida, se muestra decepcionado con el comportamiento de la población

21 jul 2021 . Actualizado a las 11:34 h.

Donde hay quien ve un incordio -hacerse un test, incluso vacunarse-, los hosteleros gallegos ven una oportunidad para levantar cabeza. Lejos de entender como un obstáculo la medida que a partir del próximo miércoles regirá para todo el ocio nocturno de la comunidad, reclaman lo mismo para ellos. Pretenden así convertirse en un lugar seguro, dejar de estar condicionados a los contagios. Quieren bajar la persiana a la misma hora independientemente de que aumenten o disminuyan los casos, disfrutar de sus aforos al completo y dejar de cerrar y abrir en función de la incidencia acumulada. «Estásenos limitando o noso dereito a traballar sen ter por que, hai outras medidas coas que nós si podemos seguir abertos con seguridade; estar seguros nós, os nosos empregados e os nosos clientes», razona Cheché Real, presidente de la asociación hostelera de Lugo.

Cada vez son más los países europeos -Francia ha sido el último en sumarse a la lista- que exigen acreditar estar libre de virus para poder llevar a cabo cualquier tipo de actividad social, una postura con la que no solo se alinean los empresarios del ocio nocturno gallego, satisfechos con el nuevo requisito consensuado con la Xunta, sino también los dueños de bares y restaurantes, partidarios de que si se ponen condiciones, se pongan para todos. ¿Echará para atrás al cliente? Todo lo contrario, entienden. «É unha seguridade. Pero ti sabes en que circunstancias estamos a vivir? Que van máis de cen mil mortos... —recuerda Real—. Todo o que sexa en beneficio de todos é asegurar calidade. Ti podes desfrutar de tomar unha cervexa, un pincho, unha ración... o que ti queiras con seguridade, porque sabes que os que están ao teu arredor non teñen ningún problema».

Los hosteleros de la provincia de Pontevedra están incluso decididos a presentar un recurso judicial para paralizar la aplicación de las restricciones que entrarán en vigor el sábado. «Estamos empezando la temporada de verano, hay un porcentaje de vacunados muy alto, casi no hay ingresados en los hospitales y estamos sacando al personal de los ERTE.... ¿y ahora tenemos que cerrar porque los chavales se están contagiando? Es muy injusto», considera el presidente de la asociación provincial, César Sánchez-Ballesteros. Como Cheché Real, defiende las medidas tomadas para los pubs, discotecas y bares de copas. «Pueden decirnos que es injusto que atendamos solo a vacunados, pero lo injusto es cerrar», subraya.

«No hay otra vía»

Coincide con este diagnóstico el sector del ocio nocturno, contento con poder seguir abierto -«no había otra vía, los clientes deben concienciarse: o tomamos medidas o cerramos», sentencia Luis Diz, presidente de Galicia Noite y gerente de sala Pelícano-, pero convencido de que esta fórmula funcionará mejor si se fija para todos. «Habrá gente a la que no le compense hacerse la prueba solo para ir a un local nocturno -sostiene el presidente de Apemer, la asociación de locales nocturnos de la provincia de Pontevedra, Carlos Rodríguez-. Hay a quien le da pereza, quien no acude a los cribados porque tiene miedo de dar positivo y tener que aislarse, pero si se exige para otras actividades lúdicas, para ir a un bar o para entrar en el cine, seguramente sí acabaría haciéndosela un mayor número de personas. Sería más fácil y factible para nosotros».

En general, los empresarios de la noche se muestran satisfechos. «Vamos a ver cómo va evolucionando la cosa, pero está claro que a peor no va a ir», asume Diz. «Después, cada empresario debe decidir si le resulta rentable abrir o no abrir», añade. Hay, sin embargo, otra sensación compartida en el sector: la decepción. Esta vez no con las administraciones, que «por fin», celebra Carlos Rodríguez, han puesto el foco en las reuniones privadas y en los botellones, sino con el comportamiento de la población. Luis Diz lamenta que «después de 16 meses la gente no haya aprendido nada». «Las imágenes de la noche de San Juan ponen los pelos de punta», comenta. Igual de indignado está Cheché Real con la «falta de empatía e solidaridade», con que a estas alturas se sigan viendo besos y abrazos, rostros sin mascarillas. «Xa está ben, non é tolerable».