En el caso de la población pediátrica la conclusión fue prácticamente la misma. Antes de la pandemia el 12,4 % de las pruebas de gripe A, el 20,2 % de gripe B y el 23,7 % de virus sincitial fueron positivas, mientras que en las muestras posteriores solo hubo un positivo en el caso del VSR.
Distancia social y bloqueo entre virus
Las causas de este descenso en la presencia de algunos virus son varias. Por un lado, apuntan los investigadores, el distanciamiento social, la mascarilla y el cierre de las escuelas hizo que estos patógenos circulasen menos. Pero no es la única explicación. Y es que la infección por covid-19 también puede haber protegido frente a otros virus a través de la interferencia viral. Es decir, un virus bloquea temporalmente una coinfección de otro, algo que se observó por ejemplo con la gripe porcina del 2009. Aunque los científicos analizaron sobre todo estos tres virus, los más frecuentes, otros menos usuales también disminuyeron su incidencia. Lo más probable es que a medida que el coronavirus se vaya convirtiendo en una enfermedad estacional, la gripe y otras infecciones vuelvan a la normalidad en cuanto a incidencia.