El segundo San Xoán de la pandemia se celebró en la intimidad

La Voz REDACCIÓN

A CORUÑA CIUDAD

La limitación de las hogueras públicas en toda Galicia condicionó la fiesta

24 jun 2021 . Actualizado a las 11:55 h.

No hubo la muchedumbre de siempre en la playa de Riazor en A Coruña, ni en la de Samil en Vigo. Tampoco el duelo que en Palmeira enfrenta los promotores de la hoguera del puerto y a los organizadores de la fogata de la isla A Tixosa. Ni la verbena sin fin que tradicionalmente acoge Carballo. Por supuesto las grandes hogueras públicas desaparecieron y todo se menguó. Hay fiesta sí, pero muy lejos de lo que ocurrió en el 2019.

Casi todo lo de este San Xoán tiene lugar de puertas para dentro, con pequeños chispazos callejeros, algunos locales haciendo más fiesta de lo habitual pero, en general, bastante tranquilidad. La de este miércoles a jueves fue la segunda noche mágica de la pandemia del covid-19. A nadie ya le cogía por sorpresa, tras lo vivido el año pasado. Por eso, en esta ocasión se armó la fiesta dentro de lo que permitían las normativas locales.

Básicamente todas coincidían en lo mismo: prohibición de hogueras públicas para evitar las aglomeraciones, permiso para cacharelas privadas y apelación al sentidiño en estos tiempos de restricciones. Por si no lo hubiera, las policías locales de cada localidad vigilaron que no hubiera accesos a los arenales. En el caso de A Coruña, en concreto se valló y se desalojó a las 21.00 horas.

En algunas localidades, como Carballo, donde San Xoán es el patrón, fueron totalmente explícitos en ese sentido, apelando al lema A festa levámola dentro. Podía extenderse a toda Galicia que, eso sí, en este San Xoán no tuvo una avalancha de ingresos por quemaduras y borracheras en los hospitales. Y las playas no amanecieron cubiertas de restos de la fiesta