—¿Con qué frecuencia se ve a sí mismo en la pantalla?
—Cuando envejeces, te tranquilizas. Creo que me parezco más a mi padre porque ahora me divierto más que antes. Las ambiciones murieron y tengo más oportunidad de disfrutar.
—¿Se siente menos ambicioso?
—Solo en cuanto a mi carrera de actor. Cada uno marca sus prioridades en la vida; al principio mi carrera fue lo primero y la familia lo segundo. No creo que puedas encontrar nunca un equilibrio entre los dos. No creo que haya manera. Cuando he tenido suficiente experiencia profesional, he entendido la importancia de mantener una familia unida. Hoy trabajo con otras prioridades.
—¿Qué le divierte de su carrera?
—La interpretación te da la oportunidad de seguir desarrollando personajes y eso me encanta, pero también hacer otras cosas dentro de la industria. Cuando lees algo bueno, tienes la oportunidad de producir el proyecto que te gusta y como productor trato de buscar contenido relevante.
—¿Cuál es el secreto de un proyecto exitoso?
—Siempre el guion. Lo que hace buena a una película es tener una estructura sólida, ya sea que te asuste o sea emocionante... La miras y ves que la estructura funciona, luego la ejecutas lo mejor que puedes extendiendo una situación hasta ver cómo el corazón cobra vida. A veces los actores se preocupan solo de sus personajes y tienden a olvidar la historia, pierden el sentido de lo que sucede, y entonces, a menos que tengas un elenco muy bueno, el resultado es desastroso.
—¿Qué le gusta de Mallorca cuando va de vacaciones?
—Hay una gran cultura, hay encrucijadas preciosas, una maravillosa historia, es una isla donde confluyen muchas civilizaciones.