«No veo factible que me vacunen en mi lugar de vacaciones. Si aquí ya es un follón...»

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN

SOCIEDAD

MIGUEL VILLAR

Las comunidades están divididas ante la opción de inmunizar a los turistas desplazados, una solución que conlleva enormes problemas de logística y sobre la que decidirá este miércoles el consejo interterritorial de salud

09 jun 2021 . Actualizado a las 11:48 h.

¿Y si me llaman para vacunarme cuando estoy de vacaciones?, ¿hago las reservas o espero a que me llamen no vaya a ser que pierda la cita? Son preguntas que ahora mismo se están haciendo muchas personas coincidiendo con el próximo inicio del período estival. Andalucía y Cantabria han propuesto poder recibir la vacuna en la comunidad donde se vaya a pasar las vacaciones, algo que, por ejemplo, ya se está llevando a cabo en la Comunidad Valenciana, que lleva días inyectando segundas dosis a turistas que permanecen más de un mes en su territorio. El debate, que iba a abordarse en el consejo interterritorial de esta tarde, ha quedado finalmente aplazado hasta la semana que viene.

Llegar a un acuerdo general tampoco parece fácil en este tema. Más que nada porque existe un importante problema de logística a la hora de planificar estas inoculaciones fuera del lugar de residencia, porque, a priori, las comunidades no saben qué cantidad de viales van a necesitar para inmunizar a personas desplazadas. Y ello, al margen de que las entregas semanales de inyectables a las comunidades por parte de Sanidad están «calculadas al milímetro», dependiendo de cada grupo diana a inmunizar en cada momento.

Comunidades como la turística Baleares o el País Vasco ya han formulado sus objeciones. En este último caso, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, dijo ayer claramente que en Euskadi no se plantean vacunar a turistas. Y en Baleares se calcula que la población flotante que podría requerir de las vacunas son unas 200.000 personas, lo que complicaría sobremanera la logística.

Otras comunidades también plantean dudas, mientras que en Galicia, el presidente Alberto Núñez Feijoo optó por plantear el tema desde una perspectiva general y abogó porque en España se ofrezcan vacunas a todos los turistas. «Pensamos que un país que tiene como objetivo recuperar hasta 85 millones de turistas debería tener dosis suficientes para ofrecer, a los que lleguen a España y que no estén vacunados, la posibilidad de hacerlo», dijo.

De lo que se decida o no dependerá el futuro más inmediato de Pedro —nombre ficticio porque prefiere permanecer en el anonimato—, un trabajador esencial menor de 60 años que fue vacunado con AstraZeneca y lleva 84 días esperando a recibir la segunda dosis. «El tema de las vacaciones —dice— es un follón y lo que me pasa a mi le pasa a muchos compañeros. ¿Qué hago? Porque si reservo ahora y luego me citan no me haría mucha gracia perder la vacuna. Tengo 15 días libres a partir del 20 de junio y no sé qué hacer». Tampoco le convence la opción de inmunizarse en su destino vacacional. «Es algo que no veo factible, porque si aquí ya es un lío cómo será en otras comunidades en las que tienes que gestionar la tarjeta sanitaria de desplazado. Y aparte hay otra cosa. Si tú vas de vacaciones y luego tienes alguna reacción, ¿qué?». Su solución sería que el Sergas activase cuanto antes el sistema de autocitas.