La hostelería pedirá el regreso paulatino de las barras, vitales para su supervivencia

SOCIEDAD

CARLOS CORTÉS

Alberto Núñez Feijoo no quiso poner fecha a su regreso, pero hace un año la Xunta lo permitió

01 jun 2021 . Actualizado a las 16:59 h.

La hostelería continúa en su agonía permanente y alimentada por el descontrol de los horarios que se solapan entre subsectores (como sucede en el caso de los bares y cafeterías frente a los restaurantes) y la restricción de aforos motivada por las medidas adoptadas contra la pandemia.

Uno de los elementos clave en la supervivencia de las familias que dependen de los negocios de hostelería es el uso de la barra, ya que la rotación que permite un consumo ágil significa un alto porcentaje de la viabilidad de muchos bares y cafeterías. Hace casi un año, la Xunta autorizaba de nuevo el uso de este espacio, después de muchos meses vetado. Hoy, con un discurso que invita a ver la luz al final del túnel, el Gobierno autonómico se niega a conceder el oxígeno necesario para uno de los sectores económicos más castigados por la pandemia. Es más, el presidente del Ejecutivo, Alberto Núñez Feijoo, en su comparecencia del pasado miércoles, vino a decir que todavía no toca hablar de las barras de los bares.

El sector encaja el golpe, intentando no caer a la lona definitivamente. Y saca fuerzas para pedir un regreso paulatino de una de las vías de ingresos más importantes. «Es importante que vayamos recuperando la normalidad en todos los aspectos. Hemos dado un pasito más con el aumento del límite de los grupos en interiores y exteriores, pero sobre todo lo fundamental es que no se den pasos atrás como sucedió en Oleiros, que es muy duro para los hosteleros», asegura Héctor Cañete, presidente de la Asociación de empresarios de Hostelería de A Coruña.

«Dicho esto, si tenemos que esperar por el uso de las barras, lo haremos, como siempre hicimos y dijimos que no pasaría nada, pero es muy cierto también que hay determinadas cafeterías y hosteleros para los que la barra supone el 50 o 70% de su facturación y lo necesitan cuanto antes...», analiza.

«Entendemos el bien común, pero en la medida de lo posible demandamos que se vaya pudiendo recuperar la normalidad cuanto antes, sobre todo cuando vemos imágenes de botellones y otras situaciones que nos sorprenden mucho», concluye.

Agravio comparativo

En la misma línea se pronuncia César Sánchez Ballesteros, presidente de la Federación Provincial de Hostelería de Pontevedra y secretario del Clúster Turismo de Galicia. «Es una cuestión de sentido común. Ahora que se tiene más conocimiento sobre la transmisión del virus no podemos aceptar que cuando se habla de restringir, lo que realmente se hace es restringir la hostelería», apunta. «También se producen contagios en el transporte, en las oficinas y en los comercios, pero con la hostelería no se toman medidas quirúrgicas sino que se va a cañonazos y el tema de las barras es un ejemplo. El uso de la aplicación de rastreo solo con nosotros es otro. O por qué no se aplica en las comidas, pero sí en las cenas. ¿Qué empresa puede trabajar con el 30 % de su facturación? Y si se nos obliga a ello, ¿por qué no se reducen los impuestos en la misma proporción?», se pregunta Ballesteros.

«Todo eso no tiene lógica. Porque el sector hostelero actúa con responsabilidad por lo general. Y cuando se saca una norma ni se mide su efecto. La barra, manteniendo todas las medidas preventivas y la distancia social, es segura», analiza, mientras defiende una futura propuesta a la Xunta para que discrimine la apertura de las barras en función de las condiciones de consumo.

«No todas las barras son iguales. La de la tasca en la que estás codo con codo, entendemos que no se abra, pero no tiene nada que ver con la del restaurante o la de otro local con otro perfil de cliente», describe.

Aunque Ballesteros agradece a la Xunta su predisposición al diálogo con el sector, reconoce que «el conocimiento del virus, incluso hoy, es limitado». «Pero de todos modos, habrá que empezar con las barras cuanto antes, pero también con el ocio nocturno, las ceremonias y eventos como bodas, bautizos y comuniones, donde podremos demostrar que tenemos capacidad de control y gestión de clientes, la que no le piden a otros sectores», concluye.

Importancia vital

El directivo de la Plataforma para a Defensa da Hostalaría Galega, Lois Lopes, opina que «a motivación da supresión do consumo en barra ven supostamente xustificado por evitar grupos de xente sen a distancia de seguridade necesaria, cuestión que non se acaba de entender, pois a barra pode ser considerada unha mesa única (en función do seu tamaño) e aplicarlle unha limitación de persoas coa distancia de seguridade establecida e coa limitacións de grupos establecidas».

«Isto ten unha importancia vital para establecementos onde a barra é a columna vertebral do modelo de negocio, que desta maneira queda totalmente inviabilizada. Non se entende como podemos estar facendo unha análise positiva da evolución sanitaria e, ao mesmo tempo, mostrarse inamovible nestas e outras cuestións. Parece realmente que non se corresponden con medidas prácticas que afecten directamente a cuestións sanitarias», concluye.