España vuelve a pinchar e Italia se lleva Eurovisión por la mínima

Laura Placer Breijo
Laura Placer REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Blas Cantó consiguió solo seis puntos a pesar de una actuación emocionante y delicada

23 may 2021 . Actualizado a las 11:27 h.

Los pronósticos para España se volvieron a cumplir por enésima vez. Las apuestas no fueron favorables para Blas Cantó durante la pretemporada eurovisiva y el mal resultado se terminó consumando ayer en Róterdam. El artista español actuó en el puesto 13 y el número hizo honor a su desafortunada fama. Con un total de seis puntos (todos del jurado, no consiguió ningún punto del televoto) el cantante murciano tuvo que conformarse con la 24ª posición de los 26 países participantes de  Eurovisión 2021. Repite así la posición alcanzada por Soraya en la edición del 2009. El Reino Unido nos dio dos puntos y Bulgaria cuatro. De esta forma, actualmente España es el único país que acumula seis años seguidos quedando por debajo del vigésimo puesto.

A la lucha por el micrófono de cristal, Blas Cantó concurrió con Voy a quedarme, una balada dedicada a su abuela, fallecida por coronavirus a finales del año pasado. Para presentar el tema ante el público europeo, el escenario de Eurovisión se apagó y el artista murciano empezó a interpretar la canción a capela rodeado de pequeñas luces que recreaban una noche estrellada. En esta atmósfera íntima complementada con humo y una luna gigante de seis metros de diámetro, el español hizo un alarde de delicadeza y emoción pero también de potencia vocal. Blas cantó, emocionó y se esforzó pero no le sirvió para sacar a España del pozo en el que lleva ya más de un lustro.

En unas votaciones de infarto, Italia consiguió alzarse con el micrófono de cristal valiéndose de una arrolladora victoria del televoto (fue la cuarta opción del jurado). El grupo italiano Maneskin encendió el estadio neerlandés con su tema rock Zitti e buoni. La potencia y la pirotecnia no faltaron en su actuación y les valió para llevarse el festival a casa tres décadas después de su último triunfo.

Francia se tuvo que conformar, a tan solo 25 puntos, con un segundo puesto. La francesa Barbara Pravi interpretó su tema Voilà apostando por el minimalismo. Con un pie de micrófono e iluminada por varios focos recibió una sonora ovación al final de su interpretación. Suiza, que fue la actuación favorita del jurado, fue finalmente tecera.

Por el escenario del Ahoy Arena pasaron anoche ángeles encadenados (Noruega), demonios (Chipre), bailarines invisibles (Grecia) y hasta manos gigantes (Alemania). Esta variedad escenográfica también se trasladó a lo musical y los millones de espectadores del festival pudieron disfrutar de temas bailables como el de Serbia, de potentes canciones con toques étnicos como la de Albania y del folk electrónico de Ucrania.

Festival atípico

Nadie quiso ni pudo contener la emoción de lograr celebrar la 65ª edición del Festival de Eurovisión tras la cancelación del evento del 2020 por la pandemia. Más de dos años tuvieron que esperar artistas y seguidores del formato para volver a escuchar la icónica melodía del certamen. La gala transcurrió con un equilibrio entre la celebración de los que estaban y el homenaje a los que se fueron y, sobre todo, resaltando que los valores originales del festival como la confraternización y la unión entre países pueden seguir vivos aunque haya que mantener la distancia de seguridad o incluso cumpliendo confinamientos.

Este fue el caso de Islandia, primer país en la historia del festival que compitió en la final con una actuación grabada. El positivo de uno de los miembros de la banda les impidió subirse ayer al escenario de Róterdam, sin embargo, al haber tenido la posibilidad de ensayar antes de detectar el contagio, tanto el jurado como el público pudo valorarlo como al resto de países participantes.