Albert Einstein tenía razón sobre el campo magnético de la Tierra

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Se publica una carta que escribió el físico en 1949 en la que proponía que las aves se orientan por las líneas magnéticas

24 may 2021 . Actualizado a las 09:41 h.

Albert Einstein tenía un sexto sentido para desvelar los secretos de la naturaleza. Un don que le permitió explicar en la teoría de la Relatividad el origen de la gravedad, algo que ni el propio Isaac Newton había podido entender. Era un científico, además, adelantado a su tiempo. Un verdadero visionario, aunque algunas de sus propias predicciones ni él mismo se las creía. Pero el universo sigue dándole la razón. 

Ahora, un documento publicado en la revista Journal of Comparative Physiology A demuestra la increíble capacidad del genio alemán para entender el lenguaje oculto del mundo natural. Se trata de una carta que escribió en 1949 al ingeniero inglés Glyn Davys. En ella Einstein teoriza sobre la posibilidad de que las abejas y los pájaros tengan una cualidad aún por revelar para orientarse cuando realizan las grandes migraciones.

La carta también prueba que Einstein se reunió con el premio Nobel Karl von Frisch, un destacado investigador que propuso que las abejas navegan de manera más efectiva utilizando los patrones de polarización de la luz dispersada desde el cielo. «Es concebible que la investigación del comportamiento de las aves migratorias y las palomas mensajeras pueda algún día conducir a la comprensión de algún proceso físico que aún no se conoce», escribió Einstein.

Y el físico, una vez más, estaba en lo cierto. En las últimas décadas, la investigación científica ha descubierto que las aves viajan por el mundo guiándose por las líneas del campo magnético. En el 2008, un trabajo sobre zorzales equipados con transmisores de radio mostró, por primera vez, que estas aves utilizan una forma de brújula magnética como guía de orientación principal durante el vuelo. Una teoría del origen del sentido magnético en las aves es el uso de la aleatoriedad cuántica y el entrelazamiento. Ambos conceptos de física fueron propuestos por primera vez por Einstein. «Siete décadas después de que Einstein propusiera que nueva física podría provenir de la percepción sensorial de los animales estamos viendo descubrimientos que impulsan nuestra comprensión sobre la navegación y los principios fundamentales de la física», subrayó profesor Adrian Dyer, de la Universidad Real Instituto de Tecnología de Melbourne, el responsable de la publicación de la carta. 

Hoy se sabe que otras especies también usan la brújula magnética. La última conocida es el tiburón. Un artículo reciente publicado en la revista Current Biology señala que recorren los océanos en busca de alimento siguiendo las líneas invisibles del campo magnético, que además de ejercer de gps también lo hace de escudo. 

Si la Tierra puede presumir de ser el único mundo habitable del sistema solar se debe a la atmósfera, que crea un clima habitable, y al campo magnético. En interior del planeta hay un núcleo sólido y a su alrededor circula metal fundido. Esta circulación produce el magnetismo, que se extiende cientos de kilómetros y nos protege de las partículas cargadas que proceden del Sol.