Llega la hora de la verdad para los trabajadores vacunados con AstraZeneca

Melchor Saiz-Pardo / Álvaro Soto MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Una trabajadora sanitaria prepara una dosis de la vacuna de Vaxzevria
Una trabajadora sanitaria prepara una dosis de la vacuna de Vaxzevria ROLEX DELA PENA

Hay casi dos millones de personas que en muchos casos ya tenían que haber recibido la segunda dosis

17 may 2021 . Actualizado a las 17:57 h.

Ahora sí. Los cerca de 2 millones de profesores, policías, militares y bomberos menores de 60 años a los que el Ministerio de Sanidad mantiene en vilo desde hace más de 2 meses van a tener una respuesta. Y es que la Comisión de Salud Pública por fin esta semana va a anunciar qué hace con esos centenares de miles de «trabajadores esenciales» a los que inoculó la primera dosis de AstraZeneca pero a los que ha vetado el segundo pinchazo después de que a mediados de marzo se detectaran en Europa 228 episodios de embolias (169 cerebrales y 59 abdominales) entre vacunados de mediana edad, sobre todo mujeres.

En Galicia han recibido la primera dosis 62.385 trabajadores de los grupos esenciales y únicamente 2.324 de ellos tienen la pauta completa, con lo gran mayoría (hay un pequeño porcentaje que recibieron otras vacunas) están pendientes de la decisión que tome Salud Pública. Solo los mayores de 60 años saben que van a recibir AstraZeneca, el resto aguardan a saber si también se les administrará este suero o por el contrario recibirán la inyección de refuerzo con una de las fórmulas de ARN mensajero (Pfizer o Moderna). Junto a ellos también siguen en vilo los en torno a 15.000 ciudadanos de la población en general de entre 50 y 55 que fueron llamados para las vacunaciones masivas del segundo fin de semana de abril y se encuentran en la misma situación. 

La zozobra en estos colectivos es enorme, máxime porque en la mayoría de ellos el plazo reglado para la segunda dosis (12 semanas como máximo) ya se superó en la primera semana de mayo. Muchos de ellos, además, se preguntan por qué el Ministerio de Sanidad, que siempre prometió que iba a seguir las indicaciones de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), ha desoído claramente al regulador cuando en sus dos dictámenes tras los capítulos de embolias (el 18 de marzo y el 8 de abril) instó a los 27 a administrar la segunda dosis de Vaxzevria (nombre comercial del compuesto de AstraZeneca) y a no experimentar con «cócteles de vacunas».

España no solo no ha seguido las indicaciones de la EMA sino que ha decidido fiarlo todo (o casi todo) a un estudio propio precisamente mezclando profilaxis de diferente tecnología: el ensayo CombiVacs, puesto en marcha por el Instituto Carlos III a finales de abril y en el que participan 600 voluntarios menores de 60 años a los que ya se había inoculado una primera dosis de AstraZeneca y a los que se ha inyectado una segunda de Pfizer.

Las conclusiones de este estudio, que se conocerán en cuestión de horas, son las que van a servir de base, junto a otras investigaciones, para que el departamento que dirige Carolina Darias tome una decisión.

Los estudios similares apuntan que ese cóctel que no recomienda la EMA sin embargo no presentaría demasiados problemas y si ciertos beneficios.

Una investigación de la Universidad de Oxford publicada la semana pasada apuntó que los efectos adversos al combinar vacunas se triplican, pero que estos efectos secundarios siguen siendo siempre de escasa importancia, no se alargan en el tiempo y suelen remitir con simple paracetamol. Los análisis de la Agencia de Salud Pública francesa han zanjado, por su parte, que combinar dos vacunas «ha demostrado ser más eficaz que las inyecciones estrictamente idénticas durante los estudios de fase uno y dos en humanos».

Preferida por los políticos

Inocular con Pfizer el segundo pinchazo es, además, la opción preferida por los políticos de ministerio, que rechazan las otras dos opciones por su supuesta impopularidad entre la población: dejar a los afectados con una sola dosis o volver a administrar AstraZeneca.

Sea cual sea la opción final de Sanidad, va a encontrar apoyos y detractores. Francia, Finlandia o Suecia han optado por mezclar marcas. Dinamarca o Noruega han prohibido definitivamente volver a usar AstraZeneca. Y Alemania e Italia se inclinaron hace tiempo por pinchar la segunda dosis y evitar los 'cócteles'. La vía germano-italiana es la preferida de varias comunidades. Madrid, Cataluña, Murcia, Aragón o Euskadi vienen apostando hace tiempo por la segunda dosis de AstraZeneca, incluso amagando con desobedecer a Sanidad.