Turistas bajo la lluvia y pocas aglomeraciones en el primer fin de semana sin estado de alarma

redacción LA VOZ

SOCIEDAD

Las malas condiciones meteorológicas impidieron que se produjeran grandes concentraciones de gente este sábado en Galicia

16 may 2021 . Actualizado a las 00:58 h.

La movilidad entre comunidades se disparó este fin de semana, el primero completo sin estado de alarma ni cierres perimetrales. La afluencia de turistas, muy elevada en otras comunidades, no dejó grandes concentraciones de turistas en Galicia, donde la lluvia ayer fue protagonista, y no animó a pasear ni a realizar actividades al aire libre. Aún así, en muchos lugares sí que se pudo notar la llegada de personas de fuera de la comunidad, como en la catedral de Santiago, que estrenaba, además, nuevas vistas de su fachada. Allí se produjeron discretas colas para entrar en el interior, y en el exterior los visitantes se protegían como podían de la lluvia y el viento, en una jornada muy desapacible para cualquier tipo de paseo.

En otras ciudades, como A Coruña, también hubo algunos valientes que se atrevieron a visitar la zona de la Torre de Hércules, a pesar de la lluvia. Nada que ver con una jornada soleada en la que se hubieran agolpado muchos más visitantes en la rampa de ascenso al emblemático faro. En Ourense, donde la lluvia no azotó con tanta fuerza, algunas familias paseaban algo perdidas por sus calles, a la espera de conocer algunos de sus múltiples rincones de interés. También llegaron algunos turistas a la zona de las Rías Baixas, protegiéndose de la lluvia, para conocer el paisaje y disfrutar de la gastronomía en Sanxenxo, Pontevedra o A Illa de Arousa.  

En el resto de España, aunque todos los ojos estaban puestos en las posibles aglomeraciones en Madrid, que celebró la festividad de San Isidro, los incidentes más notables sucedieron en Barcelona. Allí, la Guardia Urbana desalojó durante la noche en diferentes puntos de la capital catalana a 7.180 personas que no mantenían las distancias de seguridad. Las reuniones más numerosas ocurrieron en las zonas de playa, en el paseo Lluís Companys y en el Born, donde los agentes desalojaron sin mayores problemas las concentraciones que excedían el número de personas permitidas, seis, según las restricciones decretadas por el Govern. Además, los miembros del operativo recordaron a los participantes la obligatoriedad del uso de las mascarillas. Una parte importante de las personas desalojadas eran turistas.

En Madrid, por el contrario, la noche fue «muy tranquila», en palabras de la delegada del Gobierno, Mercedes González. La mayor presencia policial que la semana anterior sirvió como disuasión a los botellones, aunque la Policía Municipal disolvió a grupos de jóvenes que bebían en la calle.

El dispositivo de Madrid se centró en la zona de Las Vistillas, donde se celebran tradicionalmente los principales actos nocturnos de San Isidro. Los controles de los agentes buscaron «hacer cumplir la normativa sanitaria y evitar la venta ambulante y el consumo de alcohol en vía pública», informó el Area de Seguridad y Emergencias que dirige Inmaculada Sanz.

Al dispositivo habitual de 200 policías se sumaron el viernes 180 agentes municipales, el mismo número que reforzó ayer el operativo, centrado esta vez en la pradera de San Isidro. Y más allá de las grandes ciudades, todo el país notó ayer un gran movimiento de población, principalmente, zonas costeras, como la Comunidad Valenciana, Murcia o Andalucía, y también la costa cantábrica, que se llenaron ayer de personas que querían disfrutar del primer fin de semana completo con libertad de circulación por el país.