La Policía, contra los megabotellones incontrolables

SOCIEDAD

Luca Piergiovanni

«La gente debe plantearse autolimitarse», advierten responsables de seguridad pública

21 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Yo mismo tenía la intención de salir un momento, pero al ver cómo estaba la calle, di vuelta atrás». Es la confesión del concejal de Seguridade Cidadá del ayuntamiento de Ourense. Y eso. que la ciudad de As Burgas no fue, ni mucho menos, el peor ejemplo de la nefasta despedida del estado de alarma que se vivió en otras poblaciones de España, como Madrid o Barcelona.

«Espero que sea el bum de las primeras salidas y después vaya a menos, porque lo malo es si dentro de veinte días está el CHUO a tope», confía. «Si sucede eso, la gente debe plantearse autolimitarse», afirma.

Para el concejal, es la única manera de encauzar una situación irracional en plena pandemia: la de las reuniones masivas, en su mayoría con forma de botellón. «Sin efectivos de la Policía Nacional, la Local, aunque la refuerces, no puede hacer demasiado. La contundencia es lo menos indicado para evitar un altercado mayor. Este fin de semana, no hubo esas concentraciones en Ourense, pero donde las hubo fueron escandalosas. Si las hubiese, claro que se intentan controlar», analiza. «Se haga lo que se haga, siempre habrá críticas y la policía no puede actuar en base a ellas. Cuando muchas hay microrreuniones controladas ¿por dónde empiezas a actuar? Se intenta mostrar presencia, para disuadir y romperlas», explica.

El inspector jefe de la Policía Local de Lugo, Jesús Piñeiro, recuerda que «el botellón está prohibido y si se realiza, las patrullas deben intervenir para denunciar y disuadir, del mismo modo que en las tardes noches tratan de impedir su celebración y dispersar a los grupos». Piñeiro asegura que ese es el efecto en la mayoría de los intentos de botellón cuando detectan la presencia policial. «Saben que se arriesgan a fuertes sanciones. Hasta ahora no hubo problemas para manejar esas situaciones», concluye.

Tampoco los hubo en Santiago, donde su concejal de Seguridad Ciudadana, Gonzalo Muíños, asegura que, como mucho se junta una decena de personas, «pero cando ven á policía, escapan». Las llamadas de denuncia se centran en el consumo de bebidas en la vía pública y el exceso de no convivientes en el mismo lugar. «Realízanse certos percorridos onde sabes que pode haber estos comportamentos, como Belvís, a Alameda, Monte de Deus...», relata.

El portavoz de la Policía Local de Pontevedra, Manuel Omil, reconoce: «Es muy difícil desalojar a una amplia concentración de personas, por lo que tenemos como norma la prevención. Procuras estar antes de que lleguen los participantes en el botellón, que además está prohibido, o en posibles peleas, porque los disuades». «Hay que llamar a la responsabilidad individual. En otras ciudades se acaba en cargas, que es lo que nadie quiere», apunta. «En la plaza de A Verdura actuamos cuando se acumuló demasiada gente. La mayoría de los jóvenes responden yéndose cuando son advertidos. Ya está bien de criminalizar solo a este grupo de edad», concluye.

Carlos García Touriñán, director de Seguridad Ciudadana del ayuntamiento de A Coruña, explica que «cuando hay una incidencia de estas, se mide qué cantidad de gente y de fuerza pública hay». «Por ejemplo, como en un estadio de fútbol, si en una grada ultra se incumple la ley, no se actúa sino que se espera y cuando las fuerzas están reducidas se toma esa actitud en consideración y se procede a sancionar», explica. «La policía en número inferior puede provocar un tumulto o generar otro problema mayor que acarree violencia; además, al estar en minoría, algún policía puede verse comprometido y utilizar la fuerza más allá de lo normal y derivar consecuencias no deseables para nadie», abunda. Touriñán matiza que las autoridades barcelonesas no sancionaron a los integrantes de los botellones, sino que intentaron disuadir, «pero seguro que este fin de semana actuarán en consecuencia, sabiendo lo acontecido». «Para evitar esto, en A Coruña intentamos estar antes en zonas como el parque de Santa Margarita o la plaza de Vigo para que la gente no se concentre, porque una vez que lo hace, es muy complicado sacarla del sitio», concluye.

Multas de hasta 600.000 euros, según la ley de salud gallega recién aprobada

El Parlamento gallego aprobó el 23 de febrero la reforma de la Lei de Saúde de Galicia del 2008, en la que se incluye un régimen sancionador por incumplir las normas sanitarias y de interacción social establecidas para luchar contra la pandemia de coronavirus.

Según el texto, del que alguno de los artículos está impugnado por el Gobierno en el Tribunal Constitucional, las infracciones se encuadran en tres niveles (leves, graves y muy graves), de modo que se establecen multas que van desde los 100 euros por no portar mascarilla en un lugar público (y 200 para el dueño del negocio que lo permite, si es el caso), hasta los 600.000 cuando la infracción «supoña un dano moi grave para a saúde da poboación», como ocultar un positivo y no tomar medidas para evitar contagiar. En otro punto se engloban textos por confirmar judicialmente, como negarse a someterse a una prueba diagnóstica o a la vacunación, lo que acarrearía multas de hasta 1.000 euros (en el grado mínimo) y de hasta 3.000 (en el grado máximo y con agravantes).

Por otro lado, algunos concellos se sumaron al convenio entre la Xunta y la Fegamp para tramitar las sanciones de competencia municipal. Ya se registraron casos de propuestas de multas de 500 euros para cada uno de los participantes en una reunión excesiva de no convivientes en un domicilio particular en Lugo.