Miles de españoles se echan a la calle para celebrar el fin del estado de alarma

La Voz

SOCIEDAD

Multitudinarias concentraciones en las plazas de las grandes capitales sin distancia de seguridad y, en algunos casos, sin mascarilla

09 may 2021 . Actualizado a las 18:18 h.

Miles de personas de toda España salieron esta pasada madrugada a la calle para celebrar el fin del estado de alarma. Las multitudinarias reuniones dejaron estampas de jóvenes bebiendo y bailando tras meses de prohibiciones, imágenes que han provocado una ola de indignación ciudadana en redes sociales y críticas de las autoridades políticas y sanitarias.

El estado de excepcionalidad cayó la medianoche del sábado al domingo tras 196 días de restricciones, más que suficientes, consideraron miles de españoles, para lanzarse a las calles, beber, bailar, gritar y estrenar libertad a golpe de codazos. Las imágenes impresionan: una plaza mayor de Salamanca en la que no cabe un alfiler, un macrobotellón en Malasaña, una suerte de rave bajo el Arco del Triunfo de Barcelona. La culpa se ese «caos», aprovechó para sentenciar este domingo el líder del Partido Popular, Pablo Casado, la tuvo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que deberá hacerse «responsable» en caso de que la jarana derive en quinta ola.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, confirmó que a lo largo de la noche se produjeron más de 450 intervenciones policiales en la ciudad. Los agentes incluso tuvieron que desalojar la Puerta del Sol. Otras plazas emblemáticas de la capital también se vieron abarrotadas por cientos de jóvenes sin distancia de seguridad y que no acataron el toque de queda aún vigente el sábado hasta las 23 horas. Pese al riesgo de multa, la gente consumió alcohol en las calles en grupos de más de seis personas, muchos de ello sin mascarillas y sin guardar las distancias de seguridad. 

Más de lo mismo ocurrió en otras ciudades como Barcelona, donde millares de personas se reunieron de madrugada en sus puntos más neurálgicos. Con los bares cerrados desde las cinco de la tarde y toque de queda a partir de las 22.00, la mayoría aprovechó esas horas muertas para encerrarse en grupo en domicilios particulares y empezar a calentar motores. La capital catalana recibió al domingo con petardos y gritos de alegría.

Diversas furgonetas policiales desalojaron finalmente muchas de las calles, aunque los jóvenes se dispersaron para continuar la fiesta en pequeños grupos. Algo similar ocurrió en el País Vasco, donde la  Ertzaintza se vio obligada a intervenir para evitar algunos botellones y aglomeraciones de personas. A las doce en punto, ya sin toque de queda ni restricciones de movilidad, miles de vascos invadieron las calles equipados con alcohol, refrescos y hielo, y la música a tope en plazas y parques.