Entrevistamos al responsable de Loita Tag, el juego de láser combat que arrasa como alternativa de ocio y que recrea experiencias reales de combate de modo seguro y dinámico

ANTÍA G. POMBO

Loita Tag abrió sus puertas en Culleredo, en el Parque Empresarial de Alvedro, nueve meses antes de que estallara de lleno la pandemia. Gracias a que sus responsables son expertos en duras batallas como las que se disputan dentro de su nave, han sabido remar contracorriente para poder sacar a flote su negocio en el que tanto empeño habían puesto. «Aún a día de hoy no hemos podido reabrir con todo el aforo y sin restricciones. Sé que hay muchos compañeros que se han quedado por el camino y para nosotros es un logro que a día de hoy sigamos intentando sobrevivir», comenta Jaime, uno de los responsables de Loita Tag.

Su modelo de simulación de batallas lleva cerca de cuatro décadas empleándose en ejércitos profesionales. Es el sistema de entrenamiento militar más avanzado del mercado y lo emplean tropas de todo el mundo, como los US Marines, Seals, Royal Marines o Swat. Su impresionante decorado, inspirado en un poblado árabe, introduce a los jugadores en una experiencia bélica que te hará olvidar por unos momentos la verdadera guerra que estamos luchando desde hace más de un año. Adquiriendo un cupón de Oferplan podrás jugar una partida de una hora para cuatro personas en Loita Tag, con opción a ampliar a ocho jugadores.

Batallas para todos los públicos

«Nuestras batallas son distintas”, asegura Jaime. «Tenemos varias modalidades de juego en la que vamos subiendo el nivel de estrategia a medida que se suceden las batallas». El juego de Kills es el más básico y por el que se suele comenzar la partida. «Los jugadores, divididos en dos equipos, salen de dos bases situadas en puntas opuestas del circuito y simplemente hay que eliminar al oponente. Cuando eres disparado, vuelves a la base en la que hay un botiquín que te resucita para poder seguir jugando. Al concluir el tiempo de la partida, se hace recuento de kills -de ahí el nombre de este juego- para determinar qué equipo es el ganador». Este juego es el más sencillo, no requiere de nivel y es perfecto para romper el hielo al inicio de la partida.

Los juegos son siempre de equipo, aunque en las batallas de dos horas también tienen cabida algunos juegos individuales. Otros de los juegos es el de dominación, en el que hay mantener una caja especial -ubicada en un punto concreto- con el color del equipo el mayor tiempo posible. Tras la finalización de la partida, el equipo que haya conseguido que su color haya lucido más tiempo será el ganador.

Hay juegos de mucha estrategia como el del médico en el que un participante de cada equipo lleva su caja botiquín para ir reanimando a los integrantes de su equipo, por lo que el objetivo del equipo contrario es eliminar al médico. También hay juegos de invención propia y exclusiva de Loita Tag como el de “Asalta la base enemiga”. Aquí, el responsable de Loita Tag reconoce y agradece el apoyo de los monitores, gracias a los cuales «seguimos inventando y reinventándonos».

Para jugar no es necesario ningún tipo de ropa ni equipamiento especializado. «Lógicamente, no dejaríamos jugar a alguien que venga en chanclas por riesgo a posibles lesiones. Recomendamos que se venga lo más cómodo posible o con ropa deportiva».

Los clientes que repiten ya son unos expertos, porque vienen con su outfit más cómodo y funcional para que la vestimenta no sea un impedimento para ganar las batallas. «Vemos que hay una tendencia a traerse una mochila con una muda porque absolutamente todos los participantes salen sudando de la actividad».

Las batallas de láser combat son muy dinámicas y muy deportivas, de ahí su éxito. «Somos únicos también en la modalidad de armas que tenemos. Son armas reales de entrenamiento militar estadounidense, son las mismas con las que se entrenan los cuerpos de élite como los SWAT o los marines», asegura Jaime. Las armas son totalmente seguras, ya que funcionan con rayos infrarrojos, el mismo sistema con el que el mando a distancia nos permite cambiar de canal sin movernos del sofá. Son rayos totalmente inocuos. Además, los dos modelos de armas de que disponen, la M11 y la P90, son fáciles de llevar y tienen la misma forma, peso y ruidos grabados que el arma real.

Jaime destaca que el circuito está muy logrado, tanto a nivel atrezzo como de pintura. «Lo modificamos de forma habitual para que los grupos que repiten -que cada vez son más- no tengan sensación de monotonía y tengan que exprimirse la cabeza para trazar nuevas estrategias para derrotar al equipo contrario cada vez que vienen». La experiencia se hace más realista si cabe con efectos especiales como destellos de luces y máquinas de niebla y de humo que hacen la actividad más amena y única no solo en Galicia sino en todo el norte de España. Por cierto, ahora que llega el buen tiempo también ofrecen batallas outdoor.

«La gente está necesitada de ocio y se nota»

Medidas anticovid

En lo que respecta a medidas de seguridad, «hemos aumentado muchas y hemos reforzado alguna que ya teníamos». A las más básicas -uso de mascarilla, toma de temperatura con dispositivo láser instantáneo a todos los clientes, desinfección de manos con dispensador de pedal para evitar contactos con superficies al máximo- se unen otros equipamientos extra como mampara de metacrilato en recepción y dispensadores de gel hidroalcóholico por todos los rincones de la nave.

«Lo que más nos demora entre juego y juego es la desinfección minuciosa de todas las armas, que se higienizan con gel hidroalcohólico y unos limpiadores especiales. Además, las cintas que portan los sensores que cada participante lleva en la cabeza se cambian entre jugador y jugador y todos los días se las lleva un servicio especializado de lavandería», explica Jaime. Por supuesto, «todo el campo de batalla se limpia también entre juego y juego, además de ventilar durante unos minutos».

Sobre la reorganización de espacios, «ya no se usa la sala de espera en la que antes familiares o amigos de los participantes podían divisar el juego o incluso hacer fotos». Se hace tanto para evitar que pasen más tiempo del necesario en el recinto como por temas de aforo.

Buena respuesta del público

Tras el levantamiento de algunas de las restricciones vigentes contra el coronavirus, «sí que es verdad que desde esta última reapertura -hace aproximadamente un mes- estamos notando una gran afluencia, sobre todo los fines de semana. La gente está necesitada de ocio y se nota». En ese sentido, el responsable de Loita Tag cree que «entre todos lo estamos haciendo muy bien y eso se agradece. Creo que vamos por el buen camino».