La cantante Soraya, embarazada por segunda vez

J. D. / Arantza Furundarena MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Javier Ramírez | Europa Press

La artista, que saltó a la fama tras su paso por «Operación Triunfo», anunció recientemente que sufre estrés crónico

19 abr 2021 . Actualizado a las 14:05 h.

Soraya Arnelas reveló recientemente que padece estrés crónico, lo que hasta ahora le habría dificultado su deseo de tener otro hijo. Ella y su pareja, Miguel Ángel Herrera, tuvieron a su primera hija, Manuela de Gracia, en el 2017 y siempre han expresado su deseo de ampliar la familia. Sin embargo, la dolencia de la cantante parecía ser un impedimento.

«No es tan fácil quedarme embarazada. Me cuesta bastante. Ojalá que el año que viene o cuando sea me pueda quedar embarazada y ampliar la familia, porque yo he sido hija única y no me gustaría que Manuela estuviera solita», contaba la extremeña en diciembre del año pasado.

Ahora, parece que podría estar cumpliendo su sueño a tenor de las últimas publicaciones que confirman que la pareja estaría esperando su segundo hijo. Ella, sin embargo, se muestra prudente ante los micrófonos de los reporteros: «Esperamos poder confirmarlo pronto», aseguraba a su llegada a casa.

«Esto es un proyecto de familia. Llevamos muchos años intentándolo», añadía. «Tenemos muchas ganas de ampliar la familia», aseguraba aunque puntualizaba que «todavía no lo puede confirmar». Entretanto, la cantante no deja de trabajar y de preparar nuevos temas, «intentando salir adelante con la música», a pesar de la suspensión de conciertos y festivales.

Siempre inquieta, ante el parón de la música, la extriunfita lanzó en noviembre del año pasado su propia firma de ropa, con un polémico nombre: Chochete by MDG. La cantante aseguró hace meses que no es andaluza sino extremeña pero su pareja, el modelo Miguel Ángel Herrera, es gaditano, «y mi hija por lo tanto es mitad andaluza. Además -insistía la cantante, chochete, si vas al diccionario, también da nombre a las semillas de ciertos frutos y a un tipo de bordado». Lo cierto es que esas prendas (unas sencillas sudaderas con la marca bordada en la delantera) dieron mucho que hablar y no precisamente por su relación con unas semillas o un tipo de bordado... La extriunfita negó hace meses haber buscado la publicidad a través del escándalo, pero admitía que, como ironizaba Lola Flores: «La cosa es que hablen, aunque sea bien».

Consciente de los peligros que entraña mezclar amor y trabajo, Soraya contaba que optan por dividir las tareas. «Miguel Ángel lleva toda la parte técnica, los pedidos, etc... Y yo me encargo de la parte creativa. Reconozco -decía- que en casa ha habido últimamente tensiones y tiras y aflojas por el tema del negocio, pero nada que no sea pasajero». Su filosofía es vestir a toda la familia con prendas idénticas, como una forma de «recuperar valores». Porque asegura Soraya que cuando un padre y un hijo, o una abuela y una nieta o dos hermanos o dos cónyuges se visten con la misma sudadera «se crea un vínculo, una ilusión y es un lazo muy bonito».

Reinventarse es uno de los verbos que más ha conjugado Soraya en su vida. Sin embargo, quiere dejar claro que su incursión en la moda no es una manera de cubrir una necesidad económica. «Tengo mis ingresos como cantante, como colaboradora en varios programas y como imagen de campañas publicitarias. Si me reinvento no es porque me falte el dinero, sino porque soy curiosa, inquieta y no me pongo límites».

A sus 38 años, una edad en la que, como ella dice, «una mujer sabe perfectamente lo que quiere», lanzó recientemente junto a Chenoa un single. Se titula Rompecabezas. «Las piezas que me sobraban las he ido quitando -confesaba la extremeña-. No es un secreto que una de mis exparejas era un ser realmente nocivo, una persona que causaba más pena que alegrías. Para mí fue una etapa triste, incómoda. Pero lo bonito ahora es poder cantar, hablar de esa situación y ver que después de una historia turbulenta siempre se acaba viendo la luz». La conjunción de dos mujeres con tanto temperamento como Chenoa y Soraya parece anticipar un choque de trenes. No obstante, se llevan muy bien. «Chenoa es mayor que yo y tiene más experiencia de la vida. Con ella siento que estoy siempre ante una maestra. Ella es más rockera y yo soy un poco más ñoña, todavía me queda mucho que aprender».