Josefa Rico, vecina de Narón: «Oito días antes de vacinarme tiven un trombo, se fora despois pensaríamos que fora a vacina»

SOCIEDAD

Jesús Hellín

Le pincharon con AstraZeneca y no ha tenido ninguna reacción. Tanto ella como su marido tienen claro que es más peligroso el virus

18 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La vecina de la parroquia de Sedes, en el municipio de Narón, Josefa Rico López, de 75 años, recibió la primera dosis de la vacuna del covid-19 el pasado domingo, día 11, en el vacunódromo habilitado en las instalaciones de FIMO, en Ferrol. Esa noche tuvo algo de dolor en el brazo en el que recibió el pinchazo, sin mayores consecuencias. Y su caso no tendría más relevancia si no fuera porque unos días antes había sufrido una trombosis venosa en una pierna, una afección que se está relacionando mucho últimamente con la vacunación y que incluso ha llegado a paralizar la administración de los preparados de algunos laboratorios.

«Oito días antes de vacunarme tiven un trombo, se fora despois pensaríamos que fóra a consecuencia da vacuna, pero non foi así», comenta Josefa, que se muestra tranquila y contenta de tener ya la primera dosis de la inmunización del temido coronavirus. Según explica, comenzó a sentir mucho dolor en una pierna, que no le remitía con la crema que ya había utilizado en otras veces, y notaba las venas muy duras, por lo que llamó al Centro de Salud de Narón. Le daban cita para dentro de ocho días, por lo que volvió a llamar al servicio de Urgencias del propio centro, y la médico que la atendió, tras relatarle lo que le estaba pasando, decidió remitirla al servicio de Urgencias del Hospital Arquitecto Marcide de Ferrol.

«Fixéronme analíticas e unha ecografía, confirmándome que se trataba dun trombo, polo que me mandaron para a casa. E desde entón estoume pinchando na barriga con heparina e encóntrome bastante mellor», manifiesta. Pero en ese intermedio la citaron para la vacuna y el pasado domingo acudió a FIMO, con la sospecha de que, a lo mejor, no le podían administrar la primera dosis de la inmunización. «Comenteilles o que me pasara, e dixóronme que non había ningún problema, polo que me inyectaron a vacuna, e, de momento, non tiven ningunha reacción».

Josefa explica que ya no es la primera que sufre un trombo, en el año 2018 ya le habían diagnosticado otro, también en una pierna. En aquella ocasión, además de la heparina, le habían pautado el Sintrom, con el que estuvo a tratamiento seis meses, pero después se lo retiraron.

Tanto para ella como para su marido, Carlos Guerrero, lo ocurrido ahora en vísperas de su inmunización es una anécdota que se debe contar, porque consideran que hay excesivo miedo, por casos que se relacionan con la vacunación y que podrían haber ocurrido igualmente, sin guardar relación con la administración de los preparados de Pfizer o AstraZeneca. Los dos comparten la creencia de que es más peligroso el coronavirus, por lo que esperan ansiosos que los citen, dentro de tres semanas, para administrarles la segunda dosis.