Un nuevo patrón de vientos está transformando la vegetación de la Tierra

SOCIEDAD

La laguna de A Lucenza, con agua y en primavera
La laguna de A Lucenza, con agua y en primavera CARLOS RUEDA

Una investigación internacional revela que las corrientes de aire se están debilitando en ciertas regiones del mundo y alterando los ritmos de la vegetación

14 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Si se le pregunta a una niña qué es el viento probablemente dirá «aire en movimiento». Pero ¿para qué se mueve? o mejor todavía ¿por qué existe?. El viento, como las corrientes marinas, es un efecto de la configuración de nuestro planeta. El eje inclinado de la Tierra de 23,5 grados provoca que la radiación solar sea más intensa en el ecuador que en los polos. Como la naturaleza tiende a compensar los desequilibrios, desplaza el aire cálido desde la latitud cero hasta los extremos del mundo y, al revés, el frío de los polos hacia ecuador. Esto origina las corrientes de aire, lo que llamamos viento.

Debido al cambio climático antropogénico el viento está cambiando su comportamiento. Básicamente porque ahora hay zonas más calientes que antaño y esto modifica el reparto de frío y calor y, en consecuencia, la distribución del aire. Un estudio internacional con participación de científicos del CSIC acaba de revelar que en las altas latitudes del hemisferio boreal, desde el Reino Unido hasta el extremo norte, los vientos se están debilitando, algo que está produciendo cambios en la vegetación, retrasando el envejecimiento y la caída de las hojas. «El viento seca las hojas y las lleva hacia la senescencia y caída típicas del otoño. Con menos viento este efecto disminuye y puede ser uno de los motivos que expliquen esta ralentización», comenta Josep Peñuelas, uno de los autores del artículo publicado en la revista PNAS

Según apuntan los responsables de este trabajo científico la calma de los vientos parece tener efectos positivos sobre la producción neta de los bosques y la vegetación, un hecho positivo para mitigar el cambio climático, ya que a medida que aumenta la vegetación, más dióxido de carbono retira de la atmósfera para producir troncos, ramas y hojas.

De hecho, el propio Peñuelas ya participó en un estudio publicado en el 2016 en la revista Nature Climate Change que desveló que la Tierra es hoy en día mucho más verde que hace 38 años. Ha ganado desde 1982 un total de 36 millones de kilómetros cuadrados de biomasa verde, fundamentalmente hojas. En el 2019 otro trabajo publicado en Nature Sustainability apuntó que el porcentaje de masa forestal ha aumentado un 5 % en los últimos 20 años. China y la India lideran actualmente este proceso de reverdecimiento, que parece que se va a mantener durante este siglo según las proyecciones de la NASA, sobre todo en las altas latitudes. Los científicos añaden que el mundo sería aún más cálido si no fuera por un aumento en el crecimiento de las plantas.

Sin embargo, los expertos advierten que el clima futuro puede ser más variable, con mayores cambios en la temperatura y las precipitaciones. «Predecir cómo cambiarán las velocidades del viento con un clima cambiante sigue siendo un reto, pero las pruebas sugieren que las velocidades de viento serán más extremas en varias regiones, aunque la velocidad media anual siga disminuyendo. La combinación de vientos extremos y crónicos tendría un impacto significativo en el crecimiento de las plantas, y estas consecuencias para la captación regional y global de carbono podrían llegar a ser negativas», alerta Peñuelas.