¿Un arcoíris en Marte? la NASA resuelve el misterio

SOCIEDAD

Una imagen tomada por la sonda Perseverance ha generado un gran revuelo en las redes sociales

07 abr 2021 . Actualizado a las 12:50 h.

Hace unos días la sonda Perseverance de la NASA tomó una fotografía de Marte que generó un gran revuelo en la redes sociales y dio pie a todo tipo de teorías. En el fondo de la imagen se aprecia algo parecido a un arcoíris. Hay un antiguo principio conocido como La navaja de Ockham que sostiene que «en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable». Ante el debate que se estaba generando la Agencia Espacial Norteamericana aclaró en su cuenta de Twitter el origen del fenómeno. «¿Es eso un arcoíris en Marte? No. Los arcoíris no son posibles aquí. Los arcoíris se crean por la luz reflejada en las gotas de agua redondas, pero aquí no hay suficiente agua para condensarse y hace demasiado frío para que haya agua líquida en la atmósfera. Este arco se trata, en realidad, de un destello de lente».

Donde sí se podrá observar este precioso evento de la naturaleza durante los próximos días será en Galicia debido a la configuración atmosférica. El viernes y el sábado se esperan días de chaparrones que siempre favorecen que aparezca. Para ver el fenómeno tienen que coincidir el sol y la lluvia. La luz debe situarse siempre por detrás del observador y las gotas por delante. Esto ocurre en una situación de chubascos, precipitaciones de carácter intermitente.

El proceso que da como resultado el arcoíris comienza por tanto en el astro rey. La luz blanca que sale de la estrella se descompone al cambiar de medio, del aire al agua. Tal y como descubrió en su día Isaac Newton mediante un experimento casero, la luz blanca está hecha de los colores que conforman el espectro visible, el único rango de las radiaciones electromagnéticas que puede captar el ojo humano. Esos colores son el violeta, azul, cian, verde, amarillo, naranja y rojo.

Después de que la luz blanca se haya dividido dentro de la gota se produce una reflexión total de los colores, que llegan hasta el observador. El fenómeno se presenta en forma de arco, pero su verdadera geometría es un círculo. El ángulo de refracción y reflexión genera un cono en el que el observador ejerce de vértice. Sin embargo, el horizonte impide que sea posible contemplar la esfera entera, solo la mitad. Únicamente desde una zona muy elevada, por ejemplo en un avión, se puede ver la circunferencia. Para ser justos con el fenómeno lo correcto sería referirse a él como círculo iris.

Además, si las condiciones lo permiten también se puede apreciar un segundo arcoíris ya que en realidad no se produce un cono, sino dos. El segundo aparece con menos intensidad y los colores invertidos. Tampoco se trata de algo que se pueda tocar. Cuántas niñas y niños habrán intentado alcanzarlo, pero por mucho que corran hacia él siempre estará a la misma distancia. Como otros eventos ópticos relacionados con la luz, el arco iris juega al despiste con nuestros sentidos.

En Galicia y en otras muchas zonas del mundo recibe el nombre de arco da vella. El término procede de las sociedades precientíficas que consideraban los fenómenos de la naturaleza como una presencia de los dioses en la Tierra. Antaño el agua que caía desde el cielo se asociaba con la fertilidad. Esto tiene su lógica ya que la lluvia era la responsable de que creciesen los cultivos. Así que las civilizaciones antiguas consideraban el arco iris como una figura femenina. Eso sí, una diosa de edad avanzada porque vinculaban su aparición con los meses del invierno. Cada cultura tiene un significado diferente. Aquí se ha interpretado como una diosa anciana de la naturaleza encorvada que descendía para coger el agua de los ríos y la llevaba para al cielo.