Alemania recela del fuerte aumento de reservas para viajar a España

pablo l. barbero ESPECIAL / LA VOZPARÍS /EFE

SOCIEDAD

Turistas alemanes en la playa del Arenal, en Mallorca
Turistas alemanes en la playa del Arenal, en Mallorca ENRIQUE CALVO

El Gobierno acuerda prolongar las medidas restrictivas hasta el 18 de abril

23 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El gobierno alemán parece dispuesto a meter manos en los viajes a Mallorca, lugar de vacaciones por excelencia de los alemanes en el Mediterráneo. El pasado 12 de marzo las autoridades sanitarias alemanas sacaron de la lista de zonas de riesgo a las Baleares (junto a Extremadura, La Rioja, Murcia, Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha) tras comprobar la caída de la incidencia acumulada en estas comunidades autónomas.

Desde entonces las Baleares se han convertido en el destino predilecto para muchos alemanes ávidos de sol y playa que buscan sortear el estricto confinamiento que rige en el país desde noviembre. Que Mallorca ya no sea zona de riesgo implica que a su regreso a Alemania, los viajeros procedentes de esas regiones no precisan una PCR negativa en las primeras 48 horas ni una cuarentena de diez días, lo que representa un considerable ahorro de dinero y esfuerzo para los viajeros respecto a la mayoría de destinos.

Desde entonces las reservas de vuelos y hoteles en las islas a través de los principales turoperadores han experimentado un fuerte aumento de cara al inicio de la primavera y la Semana Santa. Un hecho que no es del agrado de Berlín, que ya avanzó que intervendrá para cambiar las reglas: la posibilidad de viajar para hacer turismo no solamente estará ligada a la incidencia de la pandemia en los países de destino sino también a la evolución de esta variable en Alemania.

La incidencia acumulada a siete días lleva varias semanas al alza en Alemania y ayer alcanzó los 107,3 casos por cada 100.000 habitantes. La media nacional rozó los 200 a finales de diciembre y desde entonces y hasta mediados de febrero había descendido de forma progresiva, hasta acercarse a los 50.

Tanto el tema de los viajes a Mallorca como el repunte de la incidencia del virus tuvo un papel relevante en la reunión que mantuvieron el lunes por la tarde la canciller Angela Merkel y los gobernantes de los 16 estados federados, que decidieron prolongar las restricciones a la vida pública y la actividad económica hasta el 18 de abril. Esto significa que las reuniones deben volver a limitarse a una persona además de los convivientes y que el comercio minorista, los museos y los centros deportivos tienen que volver a cerrar sus puertas apenas 14 días después de que se permitiese su reapertura.

La tercera portavoz del Ejecutivo alemán, Martina Fietz, señaló: «El levantamiento de la alerta de viaje no es una invitación a viajar». Añadió que el Gobierno «apela a todos los ciudadanos a evitar los viajes no imprescindibles, especialmente los turísticos».

La situación provocó una fuerte controversia no solo en España, donde los cierres perimetrales mantendrán a la mayoría de ciudadanos sin poder salir de vacaciones en Semana Santa, sino también en Alemania, donde el turismo interno está actualmente prohibido, lo que ha puesto en graves dificultades al sector.

El comisionado para el turismo del Gobierno alemán, Thomas Bareiss, calificó este lunes de «amargo» que sea posible viajar a Mallorca, «pero que un hotel en la Selva Negra o en el mar Báltico tenga que seguir cerrado».

El mercado alemán es el más importante para el turismo de las Baleares y en 2019 la cifra de turistas procedentes de Alemania superó los 4,5 millones.