A Octavio Villazala le detectaron un cáncer de colon en un reconocimiento rutinario. Los médicos insisten en que el 60 % de las muertes por este tumor en España son evitables
22 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El cáncer de colon sigue siendo actualmente el segundo en número de defunciones y el primero en diagnóstico. El año pasado se cobró la vida de 1.219 gallegos y se registraron 2.700 nuevos casos. La comunidad médica insiste en la importancia de la detección precoz. El caso de Octavio Villazala, famoso divulgador del mundo de los perros y director de la escuela canina Montegatto, es un buen ejemplo. Hace ocho años, cuando tenía 48, decidió someterse a un chequeo rutinario. «Como mi padre tuvo cáncer de colon decidí empezar por hacerme una colonoscopia. En la consulta estaba bromeando con los médicos hasta que se hizo un silencio del que nunca me olvidaré. Al principio me dijeron que habían encontrado un pólipo, pero las siguientes pruebas revelaron que se trataba de un tumor en Estadio II», explica.
Detectar el cáncer en una fase temprana permitió que Octavio pudiese someterse a una polipectomía, que básicamente consiste en extirpar un tumor que ya empezaba a enraizarse. «El tiempo que pasé esperando fue realmente horrible. Como no se sabía muy bien cuál era el estado real del cáncer, solo pensaba en que me iba a morir. Afortunadamente todo fue bien» apunta Octavio.
Los médicos descartaron aplicar quimioterapia y Octavio trata de pasar página. La normalidad duró tres años exactamente, hasta que le diagnosticaron un nuevo tumor en el hígado. «Estaba asustado, pero no tanto como la primera vez. Lo peor fue la quimioterapia, una experiencia realmente horrible», asegura.
La segunda batalla también la ganó Octavio y hoy puede contar su propia historia y animar a otros dar el paso para realizar las pruebas de cribado voluntarias. «Si no me hubiese hecho aquel chequeo probablemente hoy estaría muerto. Cuando existen antecedentes en una familia, con 45 años debe hacerse una colonoscopia y por encima de los 50 años todo el mundo, sin excepciones», advierte.
Hoy Octavio vigila su estado de salud y realiza constantes pruebas por si las células cancerígenas se reproducen. Sin embargo, solo tiene buenas palabras para definir el momento actual. «Ahora entiendo el significado de la frase no es lo mismo vivir que estar vivo. Yo antes tenía miedo a vivir y hoy no. Veo la vida desde otro punto de vista. Creo que soy más sabio, en el sentido humilde de la palabra y trato de saborear cada día», subraya.
Pruebas de cribado
La Asociación Española de Pacientes con Cáncer de Colón estima que en Galicia 6 de cada 10 muertes podrían haberse evitado si se hubiera detectado en un control de cribado. Unas económicas, rápidas y precisas pruebas que la UE ya recomendaba hace más de una década como la mejor forma para combatir la enfermedad. La comunidad científica fija en el 65 % de la población de riesgo, entre 50 y 69 años, la tasa óptima de participación en este tipo de programas de salud pública. Un porcentaje que contrasta con el registro de Galicia, donde solo el 44 % de las personas a las que se les invita participa en esta clase de pruebas.
La Unión Europea calcula que hasta 80.000 vidas podrían salvarse al año si se aumentaran los diagnósticos en Estadio I, pasando del actual 14 a un 50 % sobre el total de los casos. Por otro lado, se estima que la mortalidad en estadios avanzados se incrementará en los próximos años un 12 % como consecuencia de los retrasos que en algunos casos superan los 12 meses en la detección de la enfermedad. En países como el Reino Unido elevan la mortalidad adicional debida a los retrasos en la suspensión de cribados entre un 15 y un 21 % a lo largo de los próximos cinco años.
El coste de un tratamiento metastásico de cáncer de colon no detectado a tiempo triplica el que supondría un diagnóstico en un estadio inicial, pudiendo alcanzar un coste medio de 150.000 euros una vez el cáncer ya ha entrado en fase de metástasis. El evidente ahorro que supondría para la sanidad gallega la extensión de políticas sanitarias más enfocadas a la prevención como es este tipo de pruebas así como una mayor sensibilización que condujera a mayores cribados por parte de la población de riesgo, permitiría solo en la comunidad el ahorro de 313 millones de euros en los próximos 30 años.