Implantan por primera vez un riñón de un grupo sanguíneo incompatible a una niña de ocho años

DOMENICO CHIAPPE MADRID COLPISA

SOCIEDAD

SANT JOAN DE DÉU

Se trata de un procedimiento de alta complejidad desarrollado por el Hospital Sant Joan de Déu (SJD) y el Hospital Clínic de Barcelona

18 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Candela tiene ocho años y desde que tenía dos padecía una enfermedad renal. Con cuatro años debía someterse a diálisis. «Un tratamiento como éste permite tener una calidad de vida adecuado para el día a día, pero con repercusión para la salud del paciente y a largo plazo no es sostenible», dice su padre, Alberto. «Hemos intentado normalizar la situación, que la patología no sea el centro de nuestras vidas. Pero han sido seis años de sacrificio compartido».

La niña se había sometido a un trasplante de riñón, sin éxito. Aquella primera vez su joven organismo reaccionó generando una gran cantidad de anticuerpos que hizo que el riñón donado dejara de funcionar. «Hace cuatro años se levantó una señora en una conferencia y me dijo que su hija había rechazado el trasplante a las 24 horas. Era la madre de Candela», recuerda Antonio Alcaraz, jefe de servicio de Neurología y Trasplante Renal del Clínic, que ahora ha sido unos de los médicos que ha logrado realizar el primer trasplante renal cruzado pediátrico con incompatibilidad de grupo sanguíneo. «Un procedimiento de alta complejidad», resume Miguel Bons, director médico del Hospital Sant Joan de Déu (SJD), centro médico que junto al Hospital Clínic de Barcelona han realizado la operación a finales de 2020. Tres meses después, se considera exitosa. «Es un hito científico, tecnológico y humano», mantiene Antoni Castells, director médico del Clínic. «Un acto de generosidad y colaboración».

El caso de Candela, según sus médicos, era complejo. Con el riñón de su padre hubo incompatibilidad y él no pudo donarle su órgano. «Debíamos dar un paso más allá», reflexiona Ignacio Revuelta, nefrólogo y coordinador de la Unidad de Trasplante Cruzado del Clínic. «No darle respuesta era un gran error. Era una niña que necesitaba todo lo que pudiéramos ofrecerle. Rompimos las barreras para encontrar lo que ella necesitaba».

Candela ha sido la paciente número 110 en ser trasplantada con un donante de grupo sanguíneo incompatible. Pero es la primera en edad pediátrica. «Lo que hace pionero a este trasplante es que se ha hecho en una niña», especifica Alcaraz. «Es el primer trasplante cruzado en un receptor pediátrico. Esto añade complejidad. Cuanto más pequeños son los receptores, la posibilidad de trombosis y que el riñón no funcione se multiplica porque las arterias son más pequeñas».

El trasplante implicaba otros retos añadidos. La paciente tenía muchos años en diálisis, cuando lo mejor es que se haga antes de llegar a ese punto; su hipersensibilidad debía tratarse con medicamentos para evitar un nuevo rechazo al injerto y así «remover los anticuerpos de su grupo sanguíneo»; había que superar su estado de «hiper coagulabilidad» y cuando apareció el órgano, adaptar ese riñón de un hombre adulto al espacio más pequeño de una niña sin desarrollar. «Ha sido un trabajo intenso y conjunto», sostiene Yolanda Calzada, adjunta al Servicio de Nefrología Infantil del SJD.

Con los donantes perfectamente coordinados en dos puntos de España, comenzó la intervención. «Recibimos un riñón de Sevilla perfectamente compatible con Candela, que nos puso en un dilema quirúrgico, porque era grande para una niña pequeña, aunque ella tenía los kilos necesarios», admite Alcaraz. «Además nos habíamos propuesto evitarle una nueva cicatriz, aprovechar la incisión anterior». La historia ha tenido un final feliz, y Candela ha dejado la diálisis y lleva una vida tan normal que pasea en bicicleta por su barrio de Esplugas. Pero hubo complicaciones intermedias. Cuando la pequeña estaba en la UCI sufrió una hemorragia interna. Se volvió a intervenir para remediarlo. «Candela salió adelante, que era lo que todos queríamos. Ahora está fantástica, llena de energía y vitalidad», celebra el padre.