Juanra Bonet: «¿Levantar la ceja? Eso es marca Sobera, no se me ocurriría»

J. Moreno MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Manuel Fiestas Moreno

El maestro de ceremonias de «¡Boom!» vuelve a «¿Quién quiere ser millonario?» y con concursantes famosos

12 mar 2021 . Actualizado a las 13:27 h.

¿Quién quiere ser millonario? vuelve a Antena 3 con su mecánica de siempre, pero incorporando a famosos como concursantes. En la primera entrega, este viernes, a partir de las 22.10 horas, Antonio Resines, David Broncano y Bibiana Fernández se sentarán en la silla para intentar ganar el millón de euros para una oenegé. Al frente repite Juanra Bonet (Barcelona, 46 años) como maestro de ceremonias, tras una temporada pasada en que alcanzó una media de casi dos millones de espectadores y un 16,2 % de cuota. El formato ya se ha convertido en uno de los clásicos de la pequeña pantalla.

-¿Ha aprendido a levantar la ceja?

-Eso es marca Carlos Sobera, y es intocable. Es suyo para siempre. Yo creo que Sobera inventó el GIF. Jamás me atrevería a hacer eso. Si lo he hecho alguna vez es porque se me ha escapado (risas).

-¿Los concursantes famosos son diferentes a los anónimos?

-No he notado ninguna diferencia. Pocas cosas hay más potentes que esa silla de ¿Quién quiere ser millonario?. Te desnuda totalmente, y es algo que todos comentan al acabar la experiencia de jugar. Antes de empezar, hablábamos con ellos y pasamos un ratito charlando, para romper el hielo. Muchos me comentan que habían mirado mucho el Trivial estos días, que vieron programas anteriores para ver el estilo de preguntas. Pero en cuanto se sientan, a los cinco minutos, desaparece el personaje que todos pensamos que es y aparece la persona. Eso era acojonante y mágico. Ya no ves a un participante famoso o anónimo; ves a una persona en tensión. Y es maravilloso. Es todo de verdad.

-¿Qué participante le ha sorprendido más?

-Es una muy buena pregunta para que diga algo que no puedo decir (risas). Lo que más me ha sorprendido es que veía que cuanto más percibía que se sabían la pregunta, más dudaban. Y cuanto más decían que no tenían ni idea de la cuestión, más decisión tenían a la hora de marcar una respuesta. Cuando dudas tanto, se te nubla todo. Y al revés, cuando dudas de todo, elegían respuestas con más rapidez y seguridad. Me sorprendió también la implicación emocional de los famosos. Al no jugar para ellos, y hacerlo con el premio para una oenegé, cambiaba mucho la historia.

-El formato regresó el año pasado al 'prime time' de Antena 3 y se convirtió en una de las sorpresas de la temporada. ¿Qué sintió tras recibir la confirmación del público?

-Nos hizo mucha ilusión a todos. Ya regresó a otros países y con mucha fuerza, pero teníamos dudas de cómo iba a funcionar en España. El formato va totalmente a la contra de la tele que conocemos ahora mismo, que son grandes espectáculos en prime time, en platós enormes, con muchas músicas y grafismos y con mucha gente haciendo muchas cosas. Y aquí son dos únicas personas lanzando preguntas y respuestas. Y ya está. Y con silencios. Es un programa muy arriesgado y valiente por parte de la cadena. Lo más mágico es que aguanta y engancha.

-Si fuera millonario, ¿qué es lo primero que haría?

-Primero enterarme bien de lo que tengo que aportar a Hacienda, para no llevarme un susto. Muchas veces dices 'ay, que soy millonario', pero espérate al año que viene. Enterarme bien de cuál va a ser mi aportación y luego, pues echar una mano en casa. Depende de la cantidad, claro.

-Se ha convertido en un hombre de concursos. ¿Cómo lleva esta etiqueta?

-Si me dicen cuando estudiaba teatro que algún día iba a ser etiquetado, pues lo firmo ya. ¿Sabes lo bonito que es que te reconozcan por haber hecho bien un trabajo durante un largo período de tiempo? Si en algún momento se me etiqueta como presentador de concursos, me parecerá una buena noticia, porque es un reconocimiento a mi trayectoria. Tenemos esa obsesión con que hay que cambiar constantemente, probar cosas nuevas. Pero bueno, déjame que haga una bien (risas).