La fibrilación auricular, la epidemia que viene y que ya afecta al 4,4 % de los gallegos

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La Voz y la Alianza BMS-Pfizer organizaron una mesa redonda sobre esta patología

02 mar 2021 . Actualizado a las 12:31 h.

El 4,4 % de los gallegos mayores de 40 años sufre de fibrilación auricular. «Se trata de la arritmia sostenida más frecuente. Consiste en que una de las partes del corazón, la aurícula, deja de contraerse de manera homogénea. La actividad mecánica se paraliza y empieza a trabajar de forma muy desorganizada, dejando de impulsar sangre durante la contracción, que se queda retenida. Cuando esto ocurre se puede producir un coágulo que termine creando una embolia en cualquier parte del organismo», explica Óscar Díaz Castro, adjunto de Cardiología del Chuvi y presidente de la Sociedad Gallega de Cardiología.

La Voz ha organizado junto con la Alianza BMS-Pfizer una mesa redonda para tratar este asunto de tanto interés para la comunidad, ya que el porcentaje de quienes padecen este tipo de arritmia se dispara hasta un 10 % a medida que avanza la edad. Y precisamente en Galicia hay una elevada población envejecida. En cifras redondas se estima que más de 70.000 gallegos la tienen y la tendencia es claramente ascendente. «La demografía juega en nuestra contra. Se espera que la población octogenaria en los próximos años se duplique. Es muy probable que asistamos a un verdadero despegue epidémico», reconoce Díaz.

Uno de los peores escenarios que puede desencadenar una fibrilación auricular es una afección directa al cerebro que provoque un ictus isquémico. En Galicia cada año se detectan unos 4.300 nuevos casos. «Una parte del cerebro se lesiona como consecuencia de la falta del flujo sanguíneo. Alrededor del 25 % de los casos están asociados a una fibrilación auricular, un factor que multiplica por cinco la probabilidad de sufrir esta clase de ictus, el más grave que existe. Los pacientes se mueren más, y los que no fallecen presentan secuelas muy importantes», subraya María del Mar Castellanos Rodrigo, jefa del servicio de Neurología del Chuac.

Al ser vulnerables a este creciente problema de salud, las personas con fibrilación auricular suelen ser anticoaguladas, que se medican para que la sangre no se coagule con facilidad y se prevengan embolias cerebrales o trombosis arteriales. En España hay más de un millón. «Creo que es importante destacar que el ictus es la enfermedad que mayor discapacidad genera. Una persona que se libra de la muerte, por lo general suele quedar muy afectada, algo que le cuesta a las familias una cantidad enorme de dinero y de sacrificio», lamenta Rafael Martínez, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados.

Coronavirus

La pandemia no ha golpeado a todos por igual. El covid-19 se ha cebado con las personas más vulnerables. Y los pacientes anticoagulados han sufrido con mucha más intensidad que el resto de la población los efectos de la crisis sanitaria ya que deben someterse a revisiones con cierta regularidad. «Todas las personas que han acudido al centro de salud para hacerse las pruebas necesarias han estado en un gran riesgo de contraer el virus. A mitad de año se decidió usar otro tipo de fármacos que no requerían tener que estar presencialmente en el centro. Sin embargo, al finalizar la primera ola, se volvió al viejo sistema. Además, hemos descubierto que un mal control aumenta la mortalidad en un 2 %», comenta Martínez. «Cuando la pandemia empezó a propagarse con fuerza hubo un temor muy importante por ir a los centros, ya que no eran lugares seguros. Afortunadamente desde hace unos diez años tenemos en el mercado una serie de anticoagulantes que son de acción directa y que actúan con el objetivo de evitar que sea necesario que los pacientes se vean obligados a tener que realizarse controles cada tres semanas», añade Díaz Castro.

Sin diagnosticar

Esta arritmia tan frecuente actúa en parte en silencio ya que existe un elevado porcentaje de los gallegos que no han sido diagnosticados. «Se estima que hasta el 10 % de la población desconoce que la tiene y, por tanto, no recibe tratamiento para prevenir las consecuencias», reconoce Díaz. «En estos momentos no existe ningún medio dentro del Sistema Nacional de Salud que nos ayude a prever la aparición de la fibrilación auricular. Al menos como ocurre con el cáncer de mama entre las mujeres. Cuando llegan a una determinada edad automaticamente se les envía una carta para que se sometan a unas pruebas que detectan si pueden llegar a tenerlo. Lo más habitual en nuestro caso es que se suelen detectar en la atención primaria, por una consulta sin importancia. Un médico está tomando la tensión a su paciente y observa que está fibrilando», comenta Martínez. 

«Hay que evitar el sedentarismo, el alcohol y el tabaco»

 

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Los personas que sufren esta arritmia piden más medidas que ayuden a detectar una enfermedad que permanece para toda la vida. «Es difícil de detectar porque no está presente de manera continua. La manera más eficaz es a través de electrocardiogramas, pero a menudo dan un resultado normal a pesar de que solemos tener una alta sospecha de que el paciente tiene de base una fibrilación auricular», asegura la doctora Castellanos.

Los expertos ponen el acento sobre la prevención. Y en este sentido resulta fundamental el comportamiento individual. «Si uno se esfuerza en controlar su tensión arterial, evitar el consumo de bebidas alcohólicas, el sedentarismo y la obesidad, la probabilidad de que se desarrolle fibrilación auricular se va a reducir de manera significativa», apunta Díaz Castro.

Y en cuanto a lo que se refiere a un diagnóstico precoz, la comunidad médica destaca la necesidad de realizar gestos tan sencillos como tomarse el pulso, que puede desvelar irregularidades. «La tecnología también puede ser una aliada. Cada vez hay más pulseras y relojes que automáticamente alertan al individuo de problemas con el pulso. A partir de cierta edad creemos que en el futuro se va a generalizar su uso porque aportan una serie de parámetros con bastante fiabilidad», sostiene Castro.

Los médicos también apuntan a la importancia de ciertos fármacos antiarrítmicos que puede ayudar a revertir la enfermedad. «No son eficaces al cien por cien, pero sí tienen un porcentaje alto de eficacia para disminuir nuevos episodios de fibrilación. Y más allá de lo mencionado, existen actualmente unas técnicas invasivas que reducen el riesgo de recurrencia. Pero, sin duda, lo más importante es centrarse en la prevención sobre los factores de riesgo que conducen a la aparición de la enfermedad», concluye.