Investigadores proponen retrasar 21 días la Semana Santa

Álvaro Soto MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Procesión de la Pasión en Viveiro
Procesión de la Pasión en Viveiro PEPA LOSADA

Creen que sería una cita «más segura» si se traslada el festivo nacional del 2 al 23 de abril

01 mar 2021 . Actualizado a las 08:59 h.

Mientras el Ministerio de Sanidad y las comunidades deciden las medidas que regirán sobre el país durante la Semana Santa, un grupo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid ha lanzado otra propuesta: retrasar esta festividad tres semanas y que así, el Viernes Santo, festivo nacional, se celebre el 23 de abril y no el 2 de ese mes, como establece el calendario actual.

Con esta medida se buscaría, sobre todo, que se pudiera celebrar la Semana Santa con más gente inmunizada aumentando «el ratio de vacunación de personas vulnerables cuando se produjera el periodo vacacional, y con ello la reducción muy importante del riesgo que se ha visto, que llevan asociados estos periodos festivos, como se observó en diciembre», aseguran los investigadores.

Los autores del estudio entienden que un cambio así conllevaría «dificultades de ajuste por la premura en la que se deberían realizar» (queda apenas un mes para estas festividades), pero recuerdan que una Semana Santa a partir del 20 de abril no es algo inhabitual («si el primer plenilunio de primavera hubiese acaecido del 18 al 20 de abril las festividades hubiesen coincidido con las fechas propuestas», apuntan) y añaden que esas fechas son «perfectamente aceptables por la sociedad, que ya ha disfrutado de esos periodos vacacionales, y más fácilmente adaptables en entornos educativos o laborales».

Los investigadores agregan que una Semana Santa «segura» podría ayudar a la población a sobrellevar la fatiga pandémica tras un año de virus y también favorecería a sectores económicos, como la hostelería y el turismo. «El aplazamiento (...) se trataría de una medida que simultáneamente conseguiría una mejora sustancial en el propósito de evitar la pérdida de vidas, al disminuir sensiblemente el riesgo, y además aliviaría el impacto económico y conseguiría un mejor bienestar del conjunto de los ciudadanos», concluyen.