Asegura que el lado oscuro de la fama le pasó factura cuando engordó 20 kilos por ansiedad. «Lo pasé muy mal, muchos contratos que tenía firmados se cayeron»
21 feb 2021 . Actualizado a las 10:06 h.Muchas cosas han cambiado en la vida de Tamara Falcó desde que, poco antes de cumplir 30 años, protagonizase con una gran melena y un look rompedor su anterior portada en Vanity Fair España en 2012. Este sábado, la nueva duquesa de Griñón ocupa la portada de esta revista en una nueva etapa de su vida y subida a la cresta de una ola que no tiene visos de atenuarse.
En ella, la colaboradora de televisión trata temas como el amor, la monarquía, sus proyectos laborales y la triste muerte de su padre, Carlos Falcó. Asegura que el lado oscuro de la fama le pasó factura en una época en la que atravesaba un momento de inestabilidad emocional y en la que su aspecto físico cambió y engordó 20 kilos. «Lo pasé muy mal, asegura», y describe su estado de ansiedad de una manera gráfica: «En esa época desayunaba filetes empanados». Su cambio físico fue difícil de asumir para ella misma, que en aquel momento confesaba: «No me reconozco cuando me miro al espejo».
Como consecuencia de ese cambio, varios proyectos laborales fracasaron, lo que la hizo sentir aún más insegura. «Muchos contratos que tenía firmados se cayeron. Algunas marcas me dijeron que mi físico no era el que requerían para sus productos. Me penalizaron. Mi hermano, -el cantante Enrique Iglesias- no lo comprendía: 'Tamara, ¡no te pueden dejar sin trabajo por haber engordado!'. Yo, en parte, entendía que habían contratado una imagen y ya no era la misma, pero tengo dudas sobre si eso era ético».
Hoy, acaba de conseguir un millón de seguidores en Instagram y en cada aparición en El Hormiguero (Antena 3), la ven una media de tres millones de espectadores, según los últimos datos de enero. «Tiene inocencia a raudales, es muy culta, cariñosa, ha conocido gente interesante y te ríes con ella. Por si fuera poco, es magnética. Cuando abre la boca, todo el mundo quiere saber que es lo que va a decir porque es muy imprevisible. O, lo que es lo mismo, libre», reflexiona el presentador Pablo Motos.
A esta colaboración se une su intervención los viernes por la noche en El desafío (Antena 3), donde ejerce de jurado. El espacio cosecha una media de dos millones de televidentes. Hoy su personalidad es el nuevo pilar central del negocio de ser Tamara Falcó, uno de los mas rentables de la industria del entretenimiento. El punto de inflexión en su carrera fue su participación en 2019 en el programa Masterchef Celebrity (TVE), en el que se proclamo vencedora. «Si no hubiera sido conocida, no me habrían llamado para aquello, y tampoco estaría haciendo esta entrevista ahora», ríe.
Otro de los temas sobre los que se sincera en la entrevista es la muerte de su padre. El aristócrata Carlos Falcó dejo escrito en sus ultimas voluntades que deseaba que fuera Tamara quien lo sucediera en el marquesado de Griñón, la distinción por la que era conocido en sociedad. «Fue una sorpresa para todos. En esas estamos. A ver si consigo hacerlo la mitad de bien que él. Él es mi referente», musita mientras se le empañan los ojos. Intenta reprimir sus sentimientos en público. «Los dramas no son elegantes».
¿Cómo ha digerido la muerte de su padre? «Fue un shock. Ha sido todo muy surrealista. Estas pasadas Navidades han sido muy duras. Él estaba planeando ir a una boda de una prima. Había 8.000 personas invitadas y le dije: '¿Pero como vas a ir?' No pudo asistir. Lo ingresaron a los pocos días. Formaba parte de esa generación que no se queja por nada».