La hostelería lucense pide un sistema de rastreo con garantías

André Siso Zapata
ANDRÉ S. ZAPATA LUGO / LA VOZ

SOCIEDAD

La presión hospitalaria dio un respiro a los lucenses este martes
La presión hospitalaria dio un respiro a los lucenses este martes ALBERTO LÓPEZ

Varios empresarios exigen que la herramienta sea «accesible» para todos

17 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La comparecencia de la Xunta en la que se explicaron varias de las medidas que les exigirían a los locales de hostelería en cuanto pudiesen abrir provocó multitud de reacciones. Sobre todo una de ellas, la recomendación de implantar un sistema de rastreo en los establecimientos, usando los datos de los clientes para dejar constancia de su presencia en el local. Esto se podría poner en marcha el próximo lunes en la provincia de Lugo, pero los hosteleros todavía no tienen clara la eficacia de su aplicación. Lo que es seguro es que deberán esperar, al menos, una semana más para poner subir la persiana de sus establecimientos completamente, y muchos hosteleros admiten que este último período de restricciones está siendo especialmente duro para el sector.

En el café bar Centro, uno de los más tradicionales de la Praza Maior, cuentan que esta etapa de reparto y envío a domicilio no ha ido mal en su caso. Para ellos, la implicación de los empleados ha surtido efecto. Sin embargo, no son tan positivos con respecto a las nuevas restricciones. Creen, por ejemplo, que la situación epidemiológica les acabará obligando a retrasar la apertura total hasta el mes de marzo. Además, en lo que respecta al sistema de trazado, lo ven como «algo difícil de cumplir», ya que no están todavía claros los supuestos que contemplaría. Además, esto provocaría, según ellos, tener que contratar a un empleado más para llevar a cabo esta tarea.

En la cafetería Dona, en la Avenida de Madrid, Julio Álvarez, el dueño, reconoce que han soportado mejor estos meses que otros negocios: «Nosotros vendemos casi 1.500 cafés a la semana. Entre eso y la bollería, vamos tirando, porque no tenemos tampoco muchos gastos». Ven las medidas de rastreo como «complicadas», ya que no saben hasta que punto le podrán pedir los datos a alguien «que viene a por un café y ya se va».

En Vilalba, Manolo Silvosa, dueño del bar Lembranzas, explica que «pedirlle á xente que use un código QR para fichar e que cumpran é algo impensable». Lo peor, para él, es que «a xente maior pode quedar desconectada».

La gerente del Guirnalda: «Ya usamos un sistema de trazado en el mercado navideño»

Lines, la dueña del centro de eventos Guirnalda, en Lugo, se adelantó a la sugerencia de la Xunta en casi dos meses. En su negocio ya saben lo que es utilizar un sistema de toma de datos y rastreo de sus clientes. El pasado diciembre, durante el tradicional mercado navideño, Lines contrató a una persona para que ejerciese este empleo durante la jornada en cuestión. «Esta persona se dedicaba a pedirles el DNI y el número de teléfono a todos los que entraban en el recinto, además de hacerles apuntar la hora de entrada y salida. También se aseguraba de que los clientes entrasen en orden y no se superase el aforo», explica. Según ella, la jornada fue «todo un éxito», e incluso recibió felicitaciones por el trabajo. Desde entonces, debido a las restricciones, han tenido que cancelar los eventos, pero asegura que implementará el mismo sistema en el mercado de primavera. «Hay que ser responsables. Aquí pusimos nuestro grano de arena en el evento, pero tenemos que trabajar juntos», concluye.

El dueño de Mesón Alberto, en concurso de acreedores: «Estamos pagando los platos rotos»

Alberto, el actual dueño del tradicional mesón lucense que lleva su nombre, reconocía que la situación les obligó a echar el cierre y a entrar en concurso de acreedores recientemente. A pesar de que no quiso hacer valoraciones directas sobre estos hechos, sí que explicó las dificultades que pasan muchos establecimientos con las restricciones actuales. Para él, es «casi imposible» resistir solo con las entregas a domicilio y la comida para llevar, y que solo pueden hacerlo «locales que puedan funcionar casi sin empleados y que no tengan muchos gastos». Cree, además, que la hostelería está «pagando los platos rotos» y que muchos negocios acabarán en quiebra. Los sistemas de rastreo sugeridos por Sanidade, en su opinión, son «algo excesivo», y no sabe hasta que punto podrían chocar con la ley de protección de datos: «Me parece algo desproporcionado, la verdad. No lo veo útil ni eficaz, porque mucha gente se va a negar».

Luis Latorre, presidente de Lugo Monumental: «El sistema de rastreo podría chocar con la protección de datos»

Con la incertidumbre todavía de si la hostelería lucense podrá abrir sus puertas el próximo lunes, son muchas las voces que critican la poca concreción de las restricciones adelantadas por la Xunta.

—¿Qué inconvenientes tendrían los sistemas de rastreo?

—No lo sabemos aún porque no han especificado cómo serían estas herramientas. Lo que está claro es que exigirle a los clientes que den su nombre o número de teléfono podría chocar con la ley de protección de datos

—¿Qué peticiones tiene el sector para esta nueva etapa?

—Nosotros estamos pensando plantear una reclamación formal para que indemnicen a los locales por los cierres. No queremos sacar beneficio, solo sobrevivir. Y esto no quiere decir que estemos contra los cierres, para nada. De hecho creo que la situación aún no lo permite, pero queremos que se nos compense.

Cheché Real, presidente da APEHL: «Nós non somos unha autoridade para pedirlle os datos á xente»

En medio dun intenso debate entre os hostaleiros para analizar as novas medidas que terían que respectar e levar a cabo a partir do próximo luns, o presidente da Asociación de Hostalería de Lugo (APEHL) amósase preocupado pola implantación dos sistemas de rastreo nos locais.

—Que problemas poden dar estes sistemas de trazado?

—Para empezar, nós non somos unha autoridade para pedirlle os datos á xente. Iso xa sería un gran problema. Haberá quen se negue a dar os seus datos, e estaría no seu dereito, claro. Ademais, o tema dos códigos QR e aplicacións telefónicas implica que todo o mundo debería telas, e tampouco podemos obrigalos a descargalas.

—Hai máis solucións?

—Eu creo que a instalación de sistemas de control do dióxido de carbono (CO2) axudaría moito, e non son caros.