El Gobierno elige Galicia para presentar el Plan Nacional de Inteligencia Artificial

SOCIEDAD

De izquierda a derecha: Senén Barros, Carmen Artigas y el rector de la USC, Antonio López
De izquierda a derecha: Senén Barros, Carmen Artigas y el rector de la USC, Antonio López CITIUS

El modelo español quiere distanciarse del chino y del estadounidense y situar a las personas en el centro de la estrategia digital

18 feb 2021 . Actualizado a las 07:38 h.

El Gobierno dio a conocer ayer la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (IA), dotada con 600 millones de euros para el período 2021-2023 y que representa el pilar fundamental sobre el que se apoyará el Plan Digital 2025. El documento ejercerá como hoja de ruta para guiar las acciones del Ejecutivo en lo referente a la aplicación de esta tecnología disruptiva. «La recuperación económica tiene que ser digital», señaló Carme Artigas, Secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial.

La presentación virtual, a la que asistieron Universidades, empresas e instituciones públicas de toda España, se realizó desde el Centro Singular de Investigación en Tecnoloxías Intelixentes (CiTIUS) de la Universidad de Santiago. «O noso é un dos poucos centros que hai en todo o territorio español especializado na IA e somos modélicos no sentido de transformar as nosas investigacións académicas en iniciativas empresariais. Estamos moi contentos de que escolleran o noso centro», reconoce Senén Barro, director científico del CiTIUS.

El rector de la USC Antonio López, fue el encargado de inaugurar el acto. López recibió el respaldo de Artigas para la creación de un grado de inteligencia artificial en Santiago. Precisamente, el objetivo de esta estrategia vertebradora pasa porque actúe como una tecnología transversal, en lugar de sectorial. Es decir, que se aplique en todos los ámbitos, tanto a nivel educativo como en la administración. «Ademais, é importante destacar que o desenvolvemento non poder ser unicamente tecnolóxico, senón que ten que chegar tamén ás humanidades e ás ciencias sociais e debe ter un impacto beneficioso sobre a vida das persoas», sostiene Barros.

En el mundo existen diferentes conceptos sobre lo que debe ser la inteligencia artificial. El modelo chino, por ejemplo, esta muy vigilado por el Gobierno, mientras que el estadounidense está siendo desarrollado básicamente por las grandes empresas y startups. La visión de España se ajusta al modelo europeo, centrado en poner a las personas en el centro.

«Isto querer dicir que temos que tratar de minimizar os malos usos que se lle poida dar á IA en aspectos relacionados coa privacidade, por exemplo. Ademais, ten que ser unha tecnoloxía para innovar os postos de traballo, non para substituílos», apunta.

Otro asunto que requiere atención es la cantidad inmensa de información que hay disponible en el mundo digital sobre cada uno de nosotros. El historiador israelí Yuval Harari, autor de Sapiens, siempre dice «encárgate de conocerte bien a ti mismo antes de que lo haga la inteligencia artificial». «O gran problema é que xestiona moita máis información da que realmente podemos manexar de xeito racional e pode acabar coñecendo certos hábitos e comportamentos que para nós son inconscientes», sostiene Barro.

En definitiva, España, al igual que Europa, entiende la IA como un aliado para resolver problemas. Eso sí, antes, los investigadores deben tratar de entender algunas cosas que solo esta tecnología puede hacer y, además, ayudarle a desarrollar la habilidad para compartir el conocimiento. «En Estados Unidos unha IA analizou dous millóns de electrocardiogramas e deseñou unha rede neuronal que é capaz de predicir mellor que calquera cardiólogo o risco de morte nun horizonte temporal dun ano. Que foi o que descubriu a máquina para ser capaz de facer iso aínda non se sabe», concluye.