El desconcierto del plan de vacunación relega a enfermos de máximo riesgo

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

La ministra de Sanidad, Carolina Darias
La ministra de Sanidad, Carolina Darias EUROPA PRESS / J. Hellín. POOL

Uno de cada tres profesores queda fuera del siguiente grupo prioritario

11 feb 2021 . Actualizado a las 09:59 h.

Priorizar implica necesariamente relegar, y eso es lo que ha tenido que hacer la ponencia de vacunas de la Comisión de Salud Pública dentro del desconcierto generado en torno a la estrategia de vacunación con la llegada de las dosis de AstraZeneca y la decisión de aplicarla solo hasta los 55 años, algo que rechazan Madrid, Cataluña e incluso la OMS.

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, confía en que se pueda ampliar el rango de edad a finales de marzo, cuando termine el estudio con mayores que está en marcha en Estados Unidos, aunque incide en que esta última actualización de la estrategia de, la tercera ya, es para el mes de febrero, y que los expertos de la ponencia ya «están trabajando para darle entrada a las «patologías con riesgo de alta morbilidad» porque es «un grupo tremendamente sensible y tremendamente importante». Lo mismo opina el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, para quien «é unha prioridade adiantar a estes grupos, pero tamén o é adiantar os grupos que na propia ponencia se están a considerar».

En cualquier caso, a día de hoy lo que ha fijado la comisión es el grupo 3B, con otros profesionales sanitarios, fundamentalmente, además de los trabajadores de Instituciones penitenciarias; y el grupo 6, en el que están los profesionales de seguridad y emergencias y el personal educativo. Pero claro, no están ni los mayores de 55 ni aquellas personas que aún siendo más jóvenes sufran una inmunodepresión grave, «incluyendo cáncer en tratamiento quimioterápico, enfermedad cardiovascular no controlada y enfermedad hepática, renal, metabólica/endocrina o neurológica graves».

Por ejemplo, en la educación, según el último informe de la OCDE, con datos del 2019, el 27,3 % de los profesores de primaria y el 32,5 de secundaria tienen entre 50 y 60 años y en torno al 6 % más de 60, con lo que prácticamente uno de cada tres tendrán que esperar «a cuando les corresponda, bien por edad o bien por otros grupos», como dice Darias.

Además, priorizar a determinados colectivos, por más que nadie discuta que son «esenciales para el buen funcionamiento de la sociedad», supone dejar fuera a otros. Con lo que ayer, sin ir más lejos, se quejaron, al menos, los podólogos, los trabajadores de Correos, el personal de Justicia, los funcionarios de la Administración General del Estado o los sanitarios que trabajan en el sector de la estética.

«Dosis puesta dosis que cuenta»

Esta actualización de la estrategia, además de recomendar que se espere seis meses para vacunar a los que ya se contagiaron, incluye algunas recomendaciones destinadas a resolver dudas. Por ejemplo, aclara que «si por motivos de desabastecimiento o similares» la segunda dosis se retrasa más de lo recomendado, no se invalida la que ya se ha puesto. «Dosis puesta dosis que cuenta», explican los expertos de manera muy gráfica, que instan a poner la segunda lo antes que se pueda.

«En el caso de residentes y grandes dependientes en los que hay varios tutores legales que no están de acuerdo en cuanto a la vacunación, prevalecerá la decisión que la ciencia apoya como mejor opción para estas personas, que es la vacunación, salvo que haya algún motivo clínico que justifique no hacerlo», afirman tajantes los especialistas, que también quieren dejar claro que «se garantizará la vacunación de todas las personas independientemente del nivel de aseguramiento (mutualidades)».