En enero murieron en la comunidad 51 personas con menos de 69 años; el peso de los fallecidos más jóvenes en el cómputo total de víctimas ha subido un 30 %

María Hermida
María Hermida (Rodeiro, 1981). Licenciada en Publicidade e Relacións Públicas. Máster en medios de comunicación de La Voz. Traballou nas delegacións de Deza, Arousa, Ferrol, Barbanza e, actualmente, en Pontevedra

 Los sanitarios a pie de uci o en las plantas covid de los hospitales gallegos llevan advirtiéndolo desde que comenzó la tercera ola: «Ya no es infrecuente ver a personas de 50 y 60 años graves con coronavirus», dice Cecilia Mouronte, neumóloga del Chop. Y su opinión la comparten especialistas del resto de áreas sanitarias. Desafortunadamente, esas sensaciones de los sanitarios se han traducido en una durísima realidad: en enero aumentaron las muertes de personas menores de 70 años que habían sido diagnosticadas con covid en Galicia. En los 31 primeros días del año fallecieron un total de 51 pacientes con covid en la comunidad que no habían cumplido la citada edad. ¿Qué significa esto? Indica que, en la cifra total de fallecidos, el peso de los muertos menores de 70 años con covid es ahora un 30 % mayor que antes.

Desde que empezó la pandemia, quedó claro que el grupo de edad en el que se producían más muertes por covid era el de mayores de 80 años -tanto en Galicia como en España-. Concretamente, la más afectada es la franja que va desde los 80 a los 90 años. Así sigue siendo. Pero lo que ocurre en la tercera ola es que el porcentaje de personas menores de 70 años con coronavirus que mueren va en aumento. Habrá que ver qué ocurre con las cifras de febrero. Pero, sin necesidad de bucear en porcentajes, solo con los números absolutos, las datos de enero ya dan escalofríos. Así, desde marzo hasta finales de enero, fallecieron por la pandemia 171 personas que no habían llegado a los 70 años. De ellas, nada menos que 51 lo hicieron en enero.

De los fallecidos más jóvenes de enero, 39 tenían entre 59 y 69 años. Otros 10 estaban entre los 50 y los 59 años. Y dos, las víctimas más jóvenes, no habían siquiera cumplido los 50. En estos últimos casos se trata de un hombre de 46 años que falleció en A Coruña y de una mujer también de 46 años que murió en la residencia Pai Menni de Betanzos.

 Comparativa con España

Si se observan los datos de fallecidos de toda la pandemia en Galicia, se comprueba que los menores de 70 años que fallecieron representan el 9,63 % del número total de víctimas. Esto significa que los datos gallegos mejoran a la media española, donde los menores de 70 años suponen el 13,47 % de los fallecidos. Pero, en enero, las cifras gallegas se parecieron más a las del conjunto de España que a las habituales de la comunidad.

¿Por qué hay ahora un mayor porcentaje de muertos de menos de 70 años? Es la pregunta del millón. Aunque hay pistas de lo que pasa. Para empezar, hay que ponerlo en contexto. Enero fue un mes negro en cuanto a víctimas del covid en España y en Galicia. En el caso gallego, el único mes peor que enero en lo que se refiere a muertos fue abril. Por tanto, hubo muchos fallecimientos de todas las edades. A mayores, Adolfo Baloira, responsable del covid del Chop, señala: «En la primera ola e incluso en la segunda, las residencias, donde hubo muchas víctimas mayores, estaban menos preparadas. Ahora lo están más, se empezó a vacunar, hay muchos mayores que ya pasaron la enfermedad... no es lo mismo. También influye que muchos ancianos están confinados por decisión propia. En cambio, los jóvenes y de mediana edad, que en primavera estaban en casa, ya no lo están, trabajan, interaccionan, tuvieron contactos en Navidad... no es infrecuente que algunos lleguen al hospital y que un pequeño porcentaje fallezca».

Luis Vázquez, especialista en Análisis Clínicos y uno de los sanitarios que día tras día hace las cuentas del covid, apostilla: «Cuanta más gente se diagnostique, más va a la uci. Sobre el 1 % acaba en la uci. Tras los contactos de diciembre hubo mucho diagnóstico de personas jóvenes y de mediana edad, y eso se ve luego en las cifras de hospitalizados y también de fallecidos».

Hombre, de mediana edad y con sobrepeso: el perfil del fallecido que ya no es «una simple anécdota»

Ignacio Ramil, médico internista del Chuac, es otro de los sanitarios harto de advertir de que el hecho de que personas de mediana edad o jóvenes acaben en la uci con covid, e incluso fallezcan, ya no es «una simple anécdota». Indica que «ahora, la gente con más barra libre social son menores de 60, que siguen trabajando, que se mueven e infectan».

Se dan distintas situaciones: «Algunos llegan al hospital ya graves, tras aguantar demasiado en casa, porque no son conscientes de que su nivel de oxígeno es bajo. En ese sentido, hemos evolucionado mucho y ahora estamos más pendientes de las saturaciones», indica. Es lo que se ha dado en llamar la hipoxia feliz del covid. Es decir, una persona relativamente joven -los mayores son más conscientes de la falta de aire- a la que le baja el nivel de oxígeno mucho, tanto que compromete su vida, pero que no se siente tan mal, de ahí que no le parezca que está grave. No es habitual que esto suceda. Pero sí se ha dado algún caso.

Otros, también de mediana edad y con covid, acuden a tiempo al hospital. Lo habitual es que reaccionen bien cuando se les pone la mascarilla con oxígeno. Pero no siempre ocurre: «Hay patologías de base que están dándonos mucha guerra, sobre todo el sobrepeso. La hipertensión y la diabetes también. Todas ellas están relacionadas con una mala respuesta al coronavirus», explica Ramil. Otras veces, el problema llega cuando el paciente tiene que ir la uci y estar intubado: «Pueden aparecer complicaciones, desde infecciones en la sangre asociadas a catéteres, sobreinfecciones pulmonares por la ventilación mecánica, atrofia muscular... Y todo ello que puede provocar fallos en los órganos», remacha Ramil. Posiblemente, estas situaciones expliquen la muerte de algunas de las 51 personas menores de 70 años fallecidas en enero. De ellas, 41 eran hombres y 10 mujeres. Dos no tenían patologías previas.