Feijoo planteará a Sánchez un acuerdo sobre el uso obligatorio de las mascarillas FFP2 en determinados contextos

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Demandará que Galicia obtenga al menos el 8,2 % de las vacunas para los mayores de 80 años, y no el 5 % como ahora

27 ene 2021 . Actualizado a las 19:38 h.

Si Galicia tiene el 8,2 % de la población española mayor de 80 años, debería recibir, en consonancia, el 8,2 % de las vacunas que la Administración del Estado distribuirá a las comunidades autónomas para inmunizar a este grupo diana, y no solo en torno al 5 % como hasta ahora. Esta es una de las demandas que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, trasladará el próximo viernes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el encuentro que ambos mantendrán en Madrid, que también aprovechará para suscitar un nuevo debate: un acuerdo sobre el uso de obligatorio de las mascarillas tipo FFP2 en determinados momentos, en vez de las quirúrgicas o las de tela, por ser más efectivas para evitar los contagios de las nuevas cepas del virus. «Parece razonable que concretemos exactamente en que umbrais e en que contextos é necesario levar este tipo de mascarillas» explicó Feijoo, para después remarcar que «daría confianza que o Goberno aclare se a FFP2 pode ser obligatoria en determinados lugares ou condutas sociais. A nós parécenos que si».

Feijoo compareció este miércoles ante el Parlamento gallego, a petición del BNG, para dar cuenta de las medidas promovidas por la Xunta frente a la tercera ola de la pandemia. Repasó el catálogo de restricciones aplicadas desde la medianoche pasada al conjunto de Galicia, con efectos en el comercio, la hostelería y la movilidad, así como los datos de incidencia del virus, que mantiene a 178 pacientes luchando por sus vidas en las unidades de críticos de los hospitales, curiosamente la misma cifra que se registró en e pico máximo de la primera ola, registrado a principios del pasado mes de abril.

Pero también aprovechó la intervención para trasladar a la Cámara la agenda de asuntos que llevará al encuentro con Sánchez. Entre ellas figura la conveniencia de que España tome una decisión en torno al uso de las mascarillas FFP2, que Francia o Alemania ya introdujeron de manera obligatoria en el transporte público o en los comercios. Feijoo llamó a que se «avalíe este asunto a nivel de Estado», lo que tendrá implicaciones tanto en la disponibilidad de dicho material como de sus costes, pues el precio de estas mascarillas es muy superior.

El mandatario autonómico cree conveniente «concretar en que umbrais e en que contexto» se deben usar este tipo de mascarillas. «Debería ser obrigatoria no transporte publico?», se preguntó. «Na miña opinión si», añadió, antes de insistir en que hay que abordar de manera conjunta a nivel de Estado porque este tipo de mascarillas de los equipos de protección individual tiene un coste muy superior.

El plan de vacunación también estará sobre la mesa. Feijoo dijo que entendía que hay un «problema mundial» de suministro y que la Unión Europea se está encontrando con «moitos obstáculos», pero insistió en demandar «un calendario definido de principio a fin» y que las vacunas llegue «de maneira homoxénea» a cada grupo seleccionado. Compartió que, tras las residencias, los sanitarios y los grandes dependientes, el objetivo se dirija a vacunar a los mayores de 80 años. Y remarcó: «Se Galicia ten o 8,2 % dese grupo deberá recibir o 8,2 % das vacinas», porque de lo contrario se estaría penalizando a la comunidad, como ocurre ahora, cuando Galicia está obteniendo —señaló el mandatario autonómico— en torno al 5 % de los inyectables, y ni siquiera el 5,7 % que le corresponderían por población.

Buscar un consenso generalizado para regular el teletrabajo e insistir en la reforma del decreto del estado de alarma, para que se permita las comunidades adelantar el toque de queda, son otras cuestiones que Feijoo llevará en su carpeta a Madrid, al igual que otras dos cuestiones: construir un marco normativo, al margen del estado de alarma, para gestionar mejor la pandemia, y realizar la distribución de fondos a las comunidades siguiendo los criterios pactados en el sistema de financiación, pues eso le permitiría a Galicia obtener 570 millones de euros más de lo que ha recibido.

La oposición puso empeño en desmontar el discurso de la gestión responsable del que hace gala Feijoo. La líder del BNG, Ana Pontón, reprochó que el presidente de la Xunta fuera «incapaz» de anticiparse y detener la cadena de contagios, mientras que Gonzalo Caballero señaló que «a estratexia de salvar o Nadal fallou».

La dirigente nacionalista también deslizó críticas al Gobierno central, al que recriminó estar «facendo campaña» en Cataluña cuando la incidencia de la tercera ola está llegando a valores máximos, pero sobre todo se centró en la Xunta, en pedir un paquete de medidas, toda vez que «o virus corre sen control polo país con cifras récord». Pontón emplazó a Feijoo a aplicar un confinamiento mínimo de dos semanas, algo para lo que el propio Feijoo dijo carecer de competencias, del mismo modo que llamó a reorientar los presupuestos de la Xunta aprobados este martes para rescatar a los sectores más afectados por la crisis, a impulsar un novo modelo de funcionamiento de las residencias de mayores y a buscar «un trato xusto» en el reparto de los fondos europeos, para que no queden solo en manos de las grandes empresas.

Gonzalo Caballero, por su parte, emplazó a Feijoo a «baixar do pedestal», pues enumeró un catálogo de «erros» cometidos por la Xunta durante la pandemia, como los relativos a los datos de contagios por concellos, el número de rastreadores o la aplicación «irregular» de unas 200 vacunas en el área de Pontevedra. Convocó al jefe del Ejecutivo gallego a que cese en la estrategia de confrontación con Madrid. «Póñase a gobernar», le dijo, tras remarcar que tenía todas las competencias que precisa en el marco del estado de alarma.

En la comparecencia también intervino Pedro Puy, como portavoz del PP, para defender la gestión de la Xunta y advertir que la oposición, Pontón y Caballero, «propoñen cousas contraditorias». La primera, un confinamiento; el segundo, «non se sabe ben», puntualizó, pues sugiere hacer lo que dicta el Gobierno central, que a su vez delega en las comunidades y sostiene que estas «estano facendo moi ben», zanjó.