Bocadillo en Pedrafita, churrasco en Vega de Valcarce

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Un responsable de las obras de los viaductos de la A-6 recogiendo comida en el Villacol, en Noceda, As Nogais, entregada por su dueña, Inés Rodríguez
Un responsable de las obras de los viaductos de la A-6 recogiendo comida en el Villacol, en Noceda, As Nogais, entregada por su dueña, Inés Rodríguez Óscar Cela

El cierre de la hostelería en Galicia contrasta con cierta apertura en Castilla y León, lo que ha permitido a los camioneros y viajantes llenar el área de servicio de La Portela

27 ene 2021 . Actualizado a las 20:01 h.

Las diferentes maneras de evitar la propagación del coronavirus obliga a que a veces los vecinos separados por apenas unos minutos en coche vivan en dos realidades opuestas. Eso ocurre desde este miércoles entre los municipios limítrofes de Galicia y Castilla y León. Y si no que se lo digan a las decenas de camioneros que este mediodía llenaban el área de servicio de Valcarce, en La Portela (León), donde pudieron degustar en el interior de su restaurante un menú, por ejemplo, de ensaladilla y churrasco, o tomarse el café tranquilo en la terraza.

Como contraste, a pocos kilómetros, en Pedrafita, solo Casa Rebollal estaba abierta para ofrecer bocadillos, y el Villacol, en Noceda (As Nogais), punto de referencia de los transportistas, servía comida en táperes para que los clientes comiesen el menú en el interior de los vehículos.

«É inxusto que en poucos quilómetros haxa estas diferenzas, pero non temos outra opción», se quejaba este mediodía Inés Rodríguez, propietaria del Villacol. «Están chegando os clientes habituais e dáme rabia non poder atendelos como sempre fixen, e só me queda dicirlles que teñen que comer no camión ou explicarlles que a pouco minutos si que poden comer de plato, en Vega de Valcarce». La dueña de este restaurante junto a la N-VI, entre Pedrafita y As Nogais, señala que decidió abrir para ofrecer comida para llevar «porque teño clientela fixa e que levan anos mostrándome o seu cariño, e eu creo que merece a pena que lles poda dar un café, un bocadillo ou un menú digno para levar». Si un día de semana habitual puede recibir alrededor de cien comensales, en el primer día de cierre de hostelería en Galicia atendió una veintena de pedidos, entre ellos los responsables y trabajadores de las obras de los viaductos de la A-6 en el Bierzo.

Ana, de Casa Rebollal, en Pedrafita, entrega un bocadillo a un trabajador de una empresa de Lérida
Ana, de Casa Rebollal, en Pedrafita, entrega un bocadillo a un trabajador de una empresa de Lérida Óscar Cela

En Pedrafita el panorama era similar. Todos los bares y restaurantes estaban cerrados, salvo Casa Rebollal, que ofrecía café y bocadillos. «Case que o facemos por servizo público, para non deixar tirada á xente», explica Ana, junto a su marido, Fernando Rebollal, dueños de otra referencia gastronómica en la montaña lucense. «Estivémolo meditando moito e ao final decidimos abrir e estamos contentos porque vimos que dámos un servizo, e a experiencia deste primeiro día demostrounos que acertamos», explica Ana, después de darle un bocadillo y un café a un joven de Lleida que trabaja en el calibrado de la fruta de la zona y que se encontró hoy con el cierre de la hostelería en Galicia.

De un pueblo fantasma como Pedrafita este miércoles, a otro totalmente lleno de camiones y coches. La Portela, en Vega de Valcarce, es un lugar habitual de parada para miles de camioneros y viajantes de toda España, pero este miércoles se convirtió aún más en punto de encuentro: «Sí que notamos que hoy en Galicia está cerrado, no paramos de servir menús desde primeras horas», explica José, el encargado del restaurante del área de servicio. 

Un camionero de Cuenca que hace la ruta con Galicia comiendo en la área de servicio de Valcarce, en La Portela, León
Un camionero de Cuenca que hace la ruta con Galicia comiendo en la área de servicio de Valcarce, en La Portela, León Óscar Cela

En Castilla y León está prohibida la consumición y la restauración en el interior de los locales, pero no así en la terraza. Por ejemplo, en los pocos locales de hostelería abiertos a pie del Camino Francés, como en Vega de Valcarce o Ambasmestas, se podían ver las terrazas abiertas. Y en casos excepcionales, y con el permiso de la Junta de Castilla y León, se pueden ofrecer los menús en el interior a los profesionales de los servicios esenciales. Por este motivo, el comedor, a las 15.30 horas, aún estaba abarrotado de camioneros de diversas partes del país. Los camareros no paraban de recibir pedidos de menús, mientras salían y entraban nuevos clientes del interior del local. Inés Rodríguez, del Villacol, se lamentaba que la Xunta nos les permita dar un servicio a los transportistas: «E que non podemos nin deixalos entrar aos baños, e xa me dirás ti que mal facían aquí comendo fora en mesas ou nesa carpa que montei, en vez de que teñan que comer na cabina».