El médico, escritor y activista palestino afincado en Cee Mohamed Safa muestra la otra cara, la de su pueblo, donde, con apenas cinco millones de habitantes, ayer murieron 19 personas por covid y que va a seguir probablemente meses al margen del beneficio de las vacunas. «Invirtieron mucho dinero y son los primeros que la han recibido y los que antes empezaron, pero es un éxito para los judíos no para un porcentaje de la población nativa de aquella tierra, casi mayoritaria globalmente; porque la ciudadanía israelí no existe. Es un caso único en el mundo. Yo aquí tengo nacionalidad y ciudadanía española, pero allí lo que configura la ciudadanía es la identidad judía, todo el que no es judío no es ciudadano», dice Safa para evidenciar como el conflicto político y humanitario se refleja también en el acceso a la vacuna. «Es un colonialismo de territorio y recursos solamente. Israel, como potencia ocupante, se ha desatendido de todas esas personas y desprecia la vida de esos ciudadanos que están bajo su ocupación», abunda el oftalmólogo, que también incide en las escasas esperanzas de un pronto acceso a la inmunización. «No hay nada previsto aún. Tenemos ofertas de donaciones de Rusia y China. Los palestinos no estamos en condiciones de exigir», concluye.