Xunta y hostelería proponen un fondo de cooperación para canalizar las futuras ayudas

SOCIEDAD

Martina Miser

«Seguimos sintiéndonos criminalizados. Fue un grave error permitir el descontrol de las Navidades», dicen los empresarios

14 ene 2021 . Actualizado a las 00:40 h.

La hostelería gallega y la Xunta acordaron ayer, el mismo día en el que el Gobierno autonómico decretó aumentar las restricciones sobre el sector, el impulso de un fondo de cooperación en el que la Xunta aportaría el 50 %; las Diputaciones, el 30 y los ayuntamientos, el 20, y que canalizaría una nueva línea de ayudas que el Ejecutivo gallego aprobará en las próximas fechas. Las conversaciones para definir forma y fondo continuarán estos días.

El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda recordó que «a Xunta se comprometeu a axudar e o está facendo» y destacó que más del 80 % de las solicitudes de ayudas están atendidas. «Toca seguir mirando adiante nesta situación difícil. Hai que seguir axudándolles mentres sexa necesario, pero é necesario que outras Administracións tamén se impliquen. Ata o de agora o esforzo se fixo en solitario por parte da Xunta», apuntó.

El presidente de la patronal lucense, Cheché Real, señaló: «Isto nos saca desa amenaza de falta de liquidez, que pesa nas nosas propias familias». Cesar Sánchez Ballesteros, dirigente de la pontevedresa calificó la reunión de «interesante», destacando la importancia de saber qué tipo de ayudas percibirá el sector. «Esperemos que los contagios desciendan y podamos seguir trabajando». Destacó la colaboración de la Xunta, pero pidió implicación a todas las Administraciones para un «rescate de verdad con fondos de verdad».

Héctor Cañete, presidente de la asociación de hosteleros coruñeses, afirmó: «Es durísimo para el sector un nuevo cierre. Seguimos sintiéndonos criminalizados y estamos preocupados porque esto puede ir a más. Fue un grave error permitir el descontrol de las Navidades. Ahora necesitamos que las Administraciones se involucren y que las ayudas lleguen ya. A ver si es verdad que hacen algo por el sector».

Cesáreo Pardal, presidente del Clúster Turismo Galicia, señaló: «Las ayudas son importantes y necesarias, pero insuficientes. Aún no se ha anunciado ninguna medida económica que se adapte a las necesidades reales del sector más castigado por la pandemia. Lo que no puede ser es que, con el dinero que están recibiendo de la Xunta, los autónomos y empresarios del turismo estén pagando los impuestos de otras Administraciones. Se está cumpliendo el peor escenario previsto. Implicará la pérdida de unos 30.000 empleos».

Lois Lópes, directivo de Hostalaría Compostela, califica lo acontecido de «enredo». «Non hai un plan de rescate definido, todo é improvisado. Non se corresponden as restriccións da hostalaría coas doutros sectores». María Cancela, dueña de dos locales en A Coruña, añade: «Encajamos las medidas al principio con miedo, incertidumbre y pánico a no recibir ayudas. Entendemos que el cierre es necesario, hay que afrontarlo. Pero las ayudas deben ser inminentes».

El PSdeG reclama un apoyo económico a la hostelería

El secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, ha instado al Gobierno gallego a acompañar las restricciones anunciadas este miércoles, que considera que implican un «cierre encubierto de la hostelería», con el «respaldo económico» a todos los sectores afectados.

En declaraciones a los medios tras reunirse con el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, Caballero aseguró que su formación acata, respeta y asume todas las medidas que, según ha indicado, se deben de tomar «con sustento clínico», pero también con «respaldo al conjunto de la economía gallega». En un escenario en el que la hostelería tendrá que cerrar a partir del viernes a las 18.00 horas en toda Galicia, subrayó que estas decisiones tienen que acompañarse «desde el primer momento» de ayudas económicas.

El BNG pide que el DOG recoja ayudas a los sectores afectados

La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, ha pedido al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que sea «claro y contundente» en la adopción de medidas y que el mismo Diario Oficial de Galicia (DOG) que recoge las restricciones para frenar los contagios de la covid incluya también ayudas directas a los sectores más afectados.

«A situación non é culpa da cidadanía, que maioritariamente está a cumprir cas normas e, por iso, o intento de Feijóo de responsabilizala é indigno, máxime indo de alguén que se fixou como obxectivo salvar o Nadal», manifestó Pontón.

La líder nacionalista criticó que ahora Feijóo se «despache» pidiendo a la gente que «non traslade os bares aos seus domicilios». «¿Realmente pensa que es é a preocupación dos galegos e as galegas en medio da pandemia?», ha preguntado.

Insta al presidente de la Xunta a dejar de reñir a la gente y «asumir as súas responsabilidades». «O resto é incompetencia na toma de decisións e covardía á hora de asumilas», dijo.

Iria Rodriguez

«Hibernaremos para volver con más fuerza»

por rubén nóvoa

Uno de los restaurantes de la ciudad de Ourense, según que ha optado por cerrar de manera indefinida hasta que la situación sanitaria mejore y que las restricciones dejen de ahogar al sector de la hostelería es el Sybaris 2.0. La vinoteca y restaurante situada en el casco histórico de Ourense anunciaba este miércoles, a través de sus redes sociales, la decisión casi al mismo tiempo que la Xunta ponía sobre la mesa nuevas medidas. «Con esta situación no hay mucho que podamos aportar. Nosotros no contamos con terraza y el servicio de take away no da para mantener una estructura como la nuestra que está pensada para un restaurante», explica Jacobo Mojón, propietario de Sybaris 2.0, que se encuentra en la calle Cardenal Quiroga.

El hecho de que anunciaran el cierre indefinido del local el mismo día que la Xunta lanzaba nuevas restricciones no fue más que una mera casualidad: «Era algo que llevábamos tiempo temiendo. Analizando los datos y el período de pandemia que llevamos, preveíamos que esto podía pasar y a diferencia de otras ocasiones estuvimos alerta para tratar de minimizar los daños. Hibernaremos para poder volver después con más fuerza. Ojalá con los primeros brotes de la primavera, que esperemos vengan con una situación sanitaria mejor», señala el responsable de Sybaris 2.0.

Estos días son de ajetreo burocrático para este hostelero. Es la situación que les ha tocado a vivir a un sector, que se ha tenido que acostumbrar a la fuerza a tener a su asesoría como salvavidas. El siguiente paso que seguirá es el de solicitar un ERTE por impedimento para sus siete empleados, toda vez que no tienen terraza ni ninguna manera de trabajar de forma «viable».

Este paréntesis indefinido llega para el proyecto gastronómico de Sybaris 2.0 tras seis años de actividades. Jacobo Mojón hace balance: «El balance ha sido muy bueno y satisfactorio. Hemos ido progresando, aunque este año hemos sufrido el test de estrés más duro al que nos podíamos enfrentar. Confiamos en salir reforzados». Su apuesta por la gastronomía de autor se ha ido afianzando con el paso del tiempo. «Nuestro concepto se ha ido definiendo con el paso de los años y hemos abierto otras vías de negocio, como es el caso de la comida para llevar. Estamos convencidos de que a la vuelta podemos completar este proyecto gastronómico», explicó Jacobo Mojón.

Santi M. Amil

«Con la inmediatez de las medidas pierdes dinero»

por r. n.

Alberto Rodríguez es el alma de Le Coq, un restaurante que abrió en Ourense en el último cuatrimestre del 2019 en Sáenz Díez y que está especializado en platos de pollo a la parrilla. Tras un inicio ilusionante y con una clientela cada vez más consolidada, llegó la pandemia que lo truncó todo. Con estas nuevas restricciones, el propietario asegura que están al límite: «Estamos en una situación extrema. No me puedo plantear cerrar porque tengo que seguir pagando el alquiler o la Seguridad Social. Abierto facturaré poco, pero cerrado nada. Los gastos mínimos son salvajes y estas nuevas medidas nos dejan solo con el servicio a domicilio y para recoger, además de una pequeña terraza que ya te obliga a tener personal para atenderla».

Para detallar el impacto que han tenido y tendrán las duras medidas en la hostelería para tratar de atajar el covid-19, Alfonso García señala: «En un enero normal habríamos equilibrado las cuentas de ingresos y gastos que es de lo que se trata. Nosotros en enero del 2020 facturamos más del doble de lo que hicimos este diciembre». En la actualidad cuenta con cinco empleados y todavía no sabe cómo se las ingeniará para intentar equilibrar las cuentas.

El propietario de Le Coq considera que las medidas anunciadas por la Xunta y que entrarán en vigor este viernes tendrán un impacto directo en sus cuentas por anunciarlas con solo día y medio de antelación: «La incertidumbre que genera el anuncio de las medidas y la inmediatez con que se toman ya te hacen perder dinero. Hay platos que en el delivery no funcionan y no los podemos llevar. Toda esa mercancía que teníamos comprada pensando que podríamos seguir funcionando hasta las seis de la tarde en el interior del local la pierdes». Sobre la posibilidad de que el servicio a domicilio y para recoger pueda ser rentable, el dueño de Le Coq concluye: «No todo el mundo está familiarizado con las aplicaciones para pedir la comida. No es suficiente para mantener el negocio y para poder afrontar los gastos mínimos que genera un negocio de estas características».

Además, Alfonso García entiende que la desilusión en el sector de la hostelería es «absoluto» y que la clientela se encuentra perdida ante tanto cambio en la normativa para frenar el avance de la pandemia: «Los clientes están perdidos y lo que optan es ya por no salir a la calle. Desde que entraron esta semana las últimas medidas de la Xunta se ha notado mucho el bajón».

CESAR TOIMIL

«Abrir solo las terrazas es inviable»

por Carla Elías

Con resignación y cansancio recibió ayer la hostelería de la comarca el anuncio de las nuevas restricciones. En Ferrol ya saben lo que es tener que limitar la actividad solo a sus terrazas, y también han encarado en los últimos meses el cierre durante semanas, al igual que en Fene y Narón. «Esto es inviable», advierte Patxi Ferreiro, responsable de los restaurantes naroneses El Colonial, Mama Flora -«cerrado desde el 14 de marzo», indica- y Clandestino Urban Food -«solo con servicio a domicilio», explica-. Señala que el «frío» supone otro hándicap, pero trata de adaptarse habilitando una terraza de invierno en El Colonial. «Cuando esté acabada veremos como está la cosa y valoraremos abrir», explica Ferreiro. Contaba con 25 trabajadores, siguen 7 y, mañana, «entran todos en un nuevo ERTE».

En el Rich Café, en Ferrol, su responsable, Juan Carlos Mora, lamenta que solo se permita consumir en terraza exterior ya que ellos cuentan con una zona interna con el frontal y un lateral abierto. «La gente está cansada de tanto cambio, ahora, a las seis de la tarde, normalmente tendríamos esto bastante lleno», advierte. Se ve obligado también a solicitar el ERTE. Pero no pierde la esperanza de recuperar la normalidad. «Volveremos con más fuerza», desea. Coinciden en que se culpa al sector injustamente.

CESAR TOIMIL

El teléfono no paró de sonar en la Asociación de Empresarios de Hostelería de Ferrol y Comarca. La gerente, Luisa Barro, señala que en los municipios que registran la restricción por primera vez están «muy estresados» y los que ya han vivido esta situación reciben la noticia «muy enfadados». «La gente cierra, abre, cierra... Ya decían que hubiese sido mejor cerrar desde noviembre».

«Era mejor que nos hubiesen cerrado»

por C. e.

«Esto nos mata. ¿Tengo que mantener a cuatro empleados vendiendo cafés en la terraza hasta las seis de la tarde? Era mejor que nos hubiesen cerrado directamente. Nos están machacando», lamentaba ayer la encargada de la cafetería Stollen, en Pontedeume, Iria Lamas. Cabanas, Ortigueira y Pontedeume entran por primera vez dentro de las restricciones excepcionales por el covid que afectan a la hostelería, un duro golpe para el sector. Lamas afirma tajantemente que si mañana abre sus puertas, sale «perdiendo». También está lleno de incertidumbres el futuro de la cafetería Neferet, en Cabanas, municipio que también encara por primera vez medidas tan restrictivas en su hostelería. «No nos lo esperábamos aquí, para nada», reconoce Cristina López, responsable del establecimiento. Tras escuchar el anuncio del presidente de la Xunta, trató de ponerse en contacto con su gestoría ya que su cafetería cuenta con cuatro trabajadores. «Llevo media mañana llamando a la gestoría pero no nos dan atendido, están colapsados», reconoce. Y es que, señala, necesita asesoramiento para saber si acudirá al ERTE para algún trabajador o cerrará directamente el local. «Además es que no nos ha dado ni tiempo para ver qué podemos hacer», añade.

Los municipios separados por un puente, desde mañana, no pueden cruzar la frontera ya que en estas localidades también entra en vigor el cierre perimetral. «Nos afecta muchísimo que solo pueda venir gente del pueblo. Aquí tenemos mucho trasiego, sobre todo, de gente de Cabanas», explica Iria de la Stollen. Una misma queja que repiten en Ortigueira. «Aquí somos muy pocos habitantes. Tenemos que cerrar, hace un frío que pela, lo de consumir solo en terrazas es una tontería», explica Antonio Iglesias, de Galaripos. Cuenta con una veintena de mesas, que debería restringir a la mitad de aforo, pero reitera que «no es la solución». A diferencia que en el Eume, en Ortigueira sí auguraban restricciones más importantes por la evolución epidemiológica del municipio.

MARCOS MÍGUEZ

«Nuestro horario fuerte es a partir de las 17.00 horas y solo tenemos una hora de caja»

por alberto mahía

Andrés Quijano, de El Dorado, en la plaza de la Cormelana, en A Coruña, no cerrará. Dentro de la desgracia, su amplia terraza le hace ser un privilegiado. Pero tiene un problema gordo. Su Horario fuerte es a partir de las 17.00 horas. Es decir, una hora de caja. Aunque el negocio es pequeño por dentro y grande por fuera, que a partir del viernes es lo importante, ve las cosas muy negras. Pero aguantará «hasta que podamos». La situación en la hostelería la califica de «muy grave». Ya no por lo que dejan de ganar, sino por lo que tienen que pagar. «Que si alquiler, que si impuestos de aquí y de allá... Esto es imposible», dice.

Andrés Quijano defiende con uñas y dientes la hostelería. «No es la culpable del aumento de los contagios», asegura. Aunque son feas las comparaciones, se pregunta «si otros sectores toman las medidas sanitarias que asumimos los hosteleros». Cada vez que va a un centro comercial o paseaba por la calle en Navidad se le venía a la cabeza lo mismo: «Esto sí es peligroso».

Otro asunto del que habla y se queja es de la venta de alcohol en los supermercados. «Habría que controlar eso. Porque todos sabemos donde terminan esas botellas, que es en botellones», afirma.

MARCOS MÍGUEZ

«Hay que sobreponerse y abriré los 7 días de la semana»

POR A. M.

Nana Pancha es un restaurante Mexicano de la calle coruñesa de San Andrés que apenas tiene dos mesas fuera. Por lo que con las restricciones que entrarán en vigor este viernes parece que lo más coherente sería bajar la persiana. Pero Ana Elorza no lo hará. Nadie ni nada la frena. Es más, dice que abrirá «los 7 días de la semana». Que ante las dificultades, «lo mejor es sobreponerse, poner toda la carne en el asador y doblegar esfuerzos». Obligada a no poder servir dentro, solo ofrecerá comida para llevar. Pese a que eso solo le reporte el 20 % de su facturación. Para esta hostelera mexicana, que retirará las dos mesas de su terraza, las medidas impuestas son «desproporcionadas». Sobre lo de «reinventarse» para salir adelante, como piensan muchos hosteleros, Elorza no está de acuerdo. Dice que «ya está todo inventado y reinventado». Lo que hay que hacer, aconseja, es «esforzarse en mejorar lo que se tiene».

Mientras el Nana Pancha se volcará con la comida para llevar, Toño Doforno, del Monkee Ramen, en la calle Picos, le resultaría imposible. No ya es que esté obligado a cerrar, «es que me cierran», dice. No tiene terraza y «los que estamos en esta situación no nos queda otra alternativa». A Toño, como al resto de hosteleros, con las nuevas restricciones se le viene el mundo encima. Por lo de pronto, se le viene pagar el IVA el día 20. Desde que la pandemia llegó al país, su facturación cayó entre un 50 y un 70 %, dependiendo del mes. «Trabajamos para, al menos, no perder. O perder lo menos posible», lamenta.