La mayoría de los geriátricos seguirán desprotegidos en lo peor de la tercera ola

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Una enfermera del Hospital Clinic de Barcelona prepara una dosis de la vacuna de Pfizer
Una enfermera del Hospital Clinic de Barcelona prepara una dosis de la vacuna de Pfizer Toni Albir

Galicia acabará de vacunar este mes, pero otras comunidades se irán a febrero

11 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Falta una semana para que Araceli Hidalgo, la primera vacunada contra el covid en España, pueda recibir la segunda dosis del preparado de Pfizer, y otros siete días más para que desarrolle una inmunidad completa contra el SARS-Cov-2. Esta interna de una residencia de Guadalajara y varios miles más, entre mayores y trabajadores de estos centros, empezarán a quedar protegidos contra el coronavirus cada día en España. Sin embargo, varias decenas de miles más tendrán que seguir esperando y sobrellevar lo peor de esta tercera ola de la epidemia sin esa protección, primero porque no hay vacunas para todos y, segundo, porque algunas comunidades se están demostrando especialmente remolonas o ineficientes a la hora de administrar las que van llegando.

Al margen de la discusión sobre si es mejor gastar los viales todos o guardar una parte, como hace Galicia, para garantizar la segunda dosis, o las recomendaciones de sacar seis dosis de cada envase en lugar de cinco, está claro que el producto disponible no alcanza aún -hoy se espera otra entrega- para cubrir las necesidades. Las 743.925 vacunas recibidas sí que alcanzarían, prácticamente, para administrarle las dos inyecciones necesarias a los 372.985 residentes de geriátricos que hay en España según la última encuesta del CSIC que data de finales del 2019. Sin embargo, las cuentas ya no salen porque también hay que tener en cuenta a los trabajadores de estos centros, que se vacunan a la vez.

Sin embargo, es solo cuestión de muy pocas semanas -además con la entrada en la ecuación del preparado de Moderna- que las vacunas alcancen para estos colectivos. Incluso para ir empezando con el siguiente grupo prioritario, que son los sanitarios en primera línea. Llegar al conjunto de ellos ya es otra cuestión, porque solo entre médicos y profesionales de enfermería colegiados hay casi 600.000 y quedan por sumar todos los auxiliares y muchas otras ramas que integran el conjunto del sistema. Ahí sí que la disponibilidad chirría mucho, porque con las dosis llegadas hasta hoy al País Vasco solo le alcanzaría para el 30,6 % de los mayores en geriátricos, médicos y enfermeros, mientras que Murcia podría llegar casi al 65 %. Aunque de momento no se está todavía en ese supuesto, porque por ahora solo se pretende llegar a las residencias y a los sanitarios de primera línea, los más expuestos.

El Sergas ya ha adelantado que Galicia pretende acabar esta semana con la administración de la primera dosis y se compromete a que todos los implicados hayan recibido la segunda a finales de mes. Sin embargo, hay comunidades como Madrid que solo lleva administradas el 14,3 % de las vacunas recibidas y Cantabria el 19,7. Hasta un total de 12 están por debajo del 35 %, con lo que, por mucho que se apuren, se ponen en mediados o incluso finales de febrero, con lo que eso implica en la actual situación epidémica.

Inmunizar a los internos de las residencias debe recortar, y mucho, la mortalidad 

De las 50.000 víctimas del covid confirmadas en España el año pasado prácticamente la mitad eran mayores que vivían en geriátricos, lo que da una idea de la importancia que tiene este primer hito en la larga carrera de la vacunación. «Nos permitirá reducir mucho los fallecimientos y los ingresos en unidades de cuidados intensivos», asegura el presidenta de la Sociedad Española de Vacunología, Amós García Rojas, para quien resultan difícilmente explicables algunos retrasos porque «esta es la parte más fácil», ya que las personas a vacunar están localizadas, concentradas y, además, en lugares que cuentan con personal sanitario.

Dar el siguiente salto, a todas las personas mayores y los grandes dependientes sería, si todo va según lo previsto, darle otro golpe fundamental a la epidemia, porque al menos el 80 % de las víctimas mortales tienen más de 75 años.

Sin embargo, para lograr todo eso y acabar el verano con un 70 % del país inmunizado, además de vacunas, que ahora mismo no hay suficientes, España en su conjunto necesita administrar cada día más o menos las mismas dosis que ha aplicado en estas dos primeras semanas de la campaña.

No es ni mucho menos imposible, porque ahí está la prueba de los millones de vacunas contra la gripe puestas en dos meses y media, pero se necesita una organización que en muchas comunidades aún no se ve.