Feijoo descarta el cierre total de la hostelería en Galicia

Emma Araújo / Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Sandra Alonso

Hay ciudades con «situacións límite» en las que sí peligra el horario que tienen actualmente. A Coruña, Santiago y Ourense han pasado de ser las de mejores datos a inicios de diciembre a las de peor evolución. Las nuevas medidas restrictivas se anunciarán el miércoles

11 ene 2021 . Actualizado a las 17:11 h.

No, no habrá cierre total de la hostelería en toda Galicia. Pero sí, cabe la posibilidad de tomar decisiones drásticas en aquellas zonas que se encuentran en «situacións límite». Así lo ha explicado el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, este lunes al término de su reunión con Inés Rey, alcaldesa de A Coruña, una de las ciudades con peor situación epidemiológica en la actualidad y en la que el deterioro de los indicadores se está acelerando con mayor rapidez.

El presidente ha recalcado que la responsabilidad no es de los hosteleros, pero que precisamente esta actividad es la que genera mayor interacción social y la que obliga en algún momento, para comer y para beber, a quitarse la mascarilla, lo que facilita el contagio. Los datos, explicó, dejan claro que esta actividad, en todo el mundo, no solo en Galicia, funciona como un vector de transmisión: «Cando se pecha diminúen os contaxios e cando se abre se intensifican». Con todo, ha recordado que se han empezado a pagar con rapidez (ya se han abonado el 60 %) las ayudas al sector y que en este momento, las de la Xunta «son as maiores do Estado».

Sobre la mesa habrá mañana una serie de cuestiones clave, como el debate sobre si hay que ampliar las limitaciones a otros sectores económicos, como el del comercio para frenar la expansión del coronavirus. Diversas voces expertas han expresado estos días la necesidad de tomar decisiones sobre las grandes superficies comerciales para evitar aglomeraciones que puedan facilitar el contagio y más en un momento complicado como el actual. Feijoo no ha querido entrar en profundidad en la cuestión antes de la reunión de mañana del comité clínico, pero sí ha reiterado que «nós non improvisamos». La situación comenzó a analizarse ya el pasado viernes y mañana se hilvanarán las medidas concretas y que «actividades xeran máis interacción social».

El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, adelantó este fin de semana que cabe la posibilidad de abordar de nuevo el conocido como modelo O Carballiño o alguna variante del mismo para limitar la movilidad de los gallegos y reducir la tasa de contagios, que por sexto día consecutivo se sitúa por encima de los 650 diarios. El modelo O Carballiño supuso el cierre de toda la actividad no esencial en ese concello y posteriormente, se aplicó una variante más laxa en el conjunto de Galicia, para «resetear» y reducir al mínimo posible la incidencia antes de Navidad.

El presidente de la Xunta ha recordado que la toma de decisiones se hace con una batería de indicadores que incluyen tanto las incidencias acumuladas a tres, siete y catorce días como la transmisión entre los mayores de 65 años, así como el porcentaje de PCR positivas, la trazabilidad de los casos y la presión asistencial, que aunque crece sigue siendo, junto con la de Murcia, la más baja del Estado. El hecho de trabajar con la previsión de tener las residencias inmunizadas con las dos dosis a final de mes también supone un buen dato, porque probablemente reduzca la mortalidad a causa del virus.

Ese indicador es el que deja lugar para pensar que «poderemos gobernar esta situación» mejor que otras zonas de España y mejor que otras regiones europeas, según ha confiado Feijoo, que no ha ocultado su preocupación por la evolución de los datos. A Coruña, junto a Santiago y Ourense, eran las tres ciudades que arrancaron la desescalada tras la implantación de aquel modelo O Carballiño en Galicia con los mejores datos epidemiológicos. Apenas un mes después, son las que presentan la peor situación.  

El presidente también ha reconocido que la actual situación es consecuencia de la Navidad y que aunque recomendó a la población que solo celebrase las fechas con los convivientes, no se ha conseguido y lo ha achacado al protocolo aprobado en el consejo interterritorial que marcaba el límite de 10 personas allegadas para estas celebraciones y que genera «una enorme inseguridad».

Galicia había optado en un primer momento por limitar a seis el número de adultos y defendió que los menores de diez años no computasen para el límite de reuniones, pero finalmente se estableció un máximo de diez personas (incluso con la recomendación de seis adultos procedentes de más de dos burbujas familiares). El 90 % de los gallegos cumplen, resaltó Feijoo, pero con la capacidad de transmisión del coronavirus, que un 10 % incumpla las restricciones genera tensiones.