2020, el año en el que la televisión tuvo que reinventarse

Mónica Pérez
M. Pérez REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

David Aguilar | EFE

El consumo televisivo batió todos los récords durante el confinamiento

31 dic 2020 . Actualizado a las 10:51 h.

El año 2020 estaba destinado a ser recordado como el primero en el que Gran Hermano, el reality por antonomasia, no se emitiría en las últimas dos décadas. Pero la pandemia del coronavirus tenía otros planes. El 2020 se despide como un año de récord, ya que durante el confinamiento se batieron todas las marcas de consumo de la historia de la televisión: de media cada español pasó durante el mes de abril más de cinco horas frente a la pantalla de su televisor.

Y justo en ese momento, cuando el Gobierno decretó el estado de alarma y la cambió radicalmente sin poder salir a la calle, la televisión también tuvo que reinventarse. Los platós se quedaron vacíos de público y los presentadores salían sin pasar por maquillaje y peluquería, porque esos departamentos se suprimieron durante las primera semanas. Se pararon rodajes y grabaciones que hubo que aplazar sine die para intentar frenar la pandemia.

En los primeros meses, los de antes del covid-19, lo más recordado fue el fenómeno de La isla de las tentaciones (sí, parece que fue hace mucho más tiempo, Telecinco ha emitido la segunda edición y está punto de estrenar la tercera, que contará con una pareja gallega). El grito de ¡Estefaníaaa! en la playa de República Dominicana después de que Christopher viese las imágenes de su novia besándose con Rubén, uno de los tentadores, se convirtió en viral. Antes de que terminase el programa, se descubrió que seguían juntos, y en la gran final hubo alguna que otra sorpresa. Mónica Naranjo, autora de la canción de cabecera y presentadora del programa, se apeó en pleno éxito y dijo que no seguiría en las siguientes ediciones.

La isla de las Tentaciones llegó a Telecinco casi como un apaño. El escándalo de la supuesta violación de Carlota Prado que salpicó a Gran Hermano, hizo que Mediaset decidiese darle descanso (aunque anunció que prepara una edición para el 2021) y programó La isla de las Tentaciones también en Telecinco, cuando en los inicios estaba anunciada solo para Cuatro. Se reveló como un auténtico éxito. Y obligado también por el aplazamiento de GH, adelantó Supervivientes, su otro reality de cabecera.

El programa llevaba apenas unas semanas en emisión cuando estalló la crisis del coronavirus, y solo la primera expulsada, Bea Retamal pudo regresar con normalidad a España. Con los siguientes se acabó el público en plató, se redujeron colaboradores y también la duración de algunas galas y los expulsados fueron regresando a España a cuentagotas, con conexiones vía Skype, bien desde Honduras o desde sus casas ya confinados. Para la gran final, hubo que adelantar la vuelta de los finalistas y todo el equipo y los trasladaron a un hotel de Madrid, que se convirtió en plató para los últimos programas.

Supervivientes y Telecinco no fueron los únicos que tuvieron que reinventarse a marchas forzadas. Lo hicieron los informativos de todas las cadenas, con programas especiales para informar de la última hora del coronavirus, pero también los programas de entretenimiento. Durante esos meses, según explica el analista de televisión Borja Terán, «la televisión tradicional demostró que sigue siendo el gran medio de masas, el medio referente y el medio que nos mantiene conectados en directo a lo que está sucediendo en el mundo, por eso la televisión ha sido clave durante el confinamiento: acompañó al espectador».

Destaca también el caso de Sálvame, que dejó de lado sus contenidos más frívolos, para ofrecer testimonios y entrevistas sobre el coronavirus, incluyendo incluso la visita diaria de un doctor que resolvía las dudas de la audiencia día tras día. «Hubo momentos en los que Sálvame hablaba del covid de una forma muy didáctica en unos días que fueron muy claustrofóbicos», recuerda Terán.

«Late Motiv» y otros programas desde casa 

Con la irrupción del estado de alarma llegaron los programas hechos desde casa. El Intermedio, El Hormiguero, Zapeando y Late Motiv tiraron de ingenio para poder seguir ofreciendo un soplo de aire fresco y de entretenimiento a un espectador apoderado del miedo y la incertidumbre. Todos los programas pararon durante unos días para volver con invitados por videoconferencia y ver cómo organizar un sistema para seguir en el aire confinados. Solo Late Motiv siguió en antena. «No podían grabar en el plató cuando hubo el confinamiento absoluto y se empezó en tiempo récord, mientras que los norteamericanos pararon y otros programas como El Hormiguero tuvq2rwfac Deieron que parar para ver cómo lo hacían, Late Motiv y Buenafuente, no pararon, hicieron todos los programas concertados», recuerda Borja Terán.

«El de Late Motiv es un claro ejemplo de matricula de honor. Se supo adaptar a un programa que fue muy inspirador y hay que valorarlo mucho, creo que es uno de los programas del año. Porque demostró que la televisión y la comedia sabe adaptarse, sabe seguir, la buena televisión es la que está al compás del espectador, no deja de acompañar, desde el entretenimiento que también inspira, porque el entretenimiento que aporta es mejor entretenimiento», explica el periodista y crítico televisivo.

«Creo que Movistar ha demostrado que se podía hacer algo más allá de informativos, Late Motiv ha mantenido desde el tono del programa sin dejar de escuchar al espectador ni a colectivos como los miembros de la cultura o los médicos, por ejemplo», añade. El presentador y creador del programa, Andreu Buenafuente, fue galardonado el pasado mes de septiembre con el Premio Nacional de Televisión de este año.

El inesperado éxito de «Mujer» 

El consumo televisivo se fue normalizando a medida que se relajaban las medidas y comenzaba la desescalada, pero aún así, la pandemia ha influido en el éxito televisivo de la serie turca Mujer o de otras más ocultas en la selva de la TDT como Doctor en los Alpes. Antena 3 estrenó en verano la telenovela en prime time, en un principio parecía que con la idea de que fuese una manera de trasvasar parte del público a Nova, el canal dirigido a la mujer y que emite sobretodo este tipo de seriales tanto de origen latinoamericano como turco (y que son todo un éxito). Pero resultó que conquistó a un público que hizo que Mujer siga en el prime time de Antena 3 meses después y con dos emisiones semanales (ha habido momentos de hasta tres). «Los personajes sufren, viven y padecen unas situaciones muy complicadas. Tienen un tesón por vivir como la protagonista, una moral, una ética. Hay unos procesos de identificación con el espectador bastante fáciles y que pueden propiciar este éxito», aseguraba tras su estreno la profesora Anna Tous, de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Antena 3 no solo ha saboreado las mieles de la gloria con Mujer. En una jugada maestra, se hizo de nuevo con Pasapalabra que volvió en mayo a la parrilla para volver a servir de brújula a su fiel audiencia. Desde entonces cada día se bate en duelo contra su principal competidor, Sálvame Tomate, que nació como una solución de urgencia tras la fulminante retirada de parrilla hace más de un año. Y aunque cueste creerlo, sigue su batalla judicial en los juzgados, para dirimir quién es el verdadero dueño de El Rosco

El último gran acierto de la cadena fue Mask Singer: Adivina quién canta con el que logró crear un fenómeno un tanto perdido en la cadena: el de generar un fenómeno de acontecimiento real o lo que es es lo mismo, que las redes ardiesen especulando qué famoso se escondía bajo el disfraz y que al día siguiente no se hablase de otra cosa. Y no era para menos, bajo las máscaras se ocultaban nombres como Georgina Rodríguez, Pepe Navarro, Terelu Campos, Norma Duval, Máximo Huerta, Jorge Lorenzo, Paz Vega, Genoveva Casanova y hasta Toni Cantó. 

Las plataformas bajo demanda

También las plataformas bajo demanda han batido récords, con un público objetivo que buscaba como matar las horas. El confinamiento pilló a Disney+ recién aterrizado, y series como The Mandalorian han sido acogidas por los fans con gran éxito. Por el camino se quedaron Quini, que no logró encontrar su sitio en el panorama del streaming y Sky. Y en Estados Unidos nacieron HBO Max, que llegará en el 2021 a España y Peacock, del que no se sabe fecha de lanzamiento. Pero aún así, Borja Terán defiende el papel de las cadenas en abierto en este año tan atípico. «En la televisión tradicional es muy importante el entretenimiento que acompaña, en circunstancias como estas, que te acompaña sin dejarte, sin despegarte de la realidad y ahí es donde tiene la fuerza la televisión tradicional. Porque sigue pegada a la realidad, a la actualidad y sabes que si pasa algo te lo van a contar», destaca. «En cambio la televisión bajo demanda sabes que es para evadirte, un videoclub. No va tan pegada a la actualidad porque el producto es enlatado», finaliza.