El fenómeno previsto para comienzos del 2021 altera la circulación atmosférica en el hemisferio norte
29 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.La comunidad científica no le quita ojo a la estratosfera ya que los modelos están insistiendo en las últimas actualizaciones que podrían producirse cambios importantes a comienzos del 2021. La temperatura del aire en esta capa de la atmósfera, situada entre los doce y los cincuenta kilómetros de altura, se mantiene en torno a los ochenta grados bajo cero. Sin embargo, la interacción con la capa que tiene justo por debajo, la troposfera, elevará su temperatura originando un fenómeno conocido como calentamiento súbito estratosférico (CSE). «Se produce en la zona polar. En esta época del año el vórtice polar mantiene una masa de aire muy fría confinada en la estratosfera. Pero en algunas ocasiones el vórtice se debilita y puede romperse o incluso desaparecer y eso hace que esa masa de aire muy fría se mueva a latitudes más al sur y entre aire más cálido a sustituirlo. Este proceso sucede en pocos días y la elevación de temperatura puede superar en algunos puntos de la estratosfera polar los 50 grados bajo cero», explica el meteorólogo Juan Taboada. La previsión es que ese ascenso térmico sea de unos 30 grados en menos de una semana.
Todavía no está claro si el evento que observan ahora mismo los modelos meteorológicos a largo plazo, para mediados de enero, será un calentamiento súbito en el que el vórtice se da completamente la vuelta o una situación en la que simplemente se debilite y se rompa momentáneamente. «En el hemisferio norte este fenómeno produce dos efectos. Por un lado el aire frío que es desalojado de la zona estratosférica polar se mueve hacia latitudes medias y puede eventualmente alimentar borrascas profundas con procesos de desarrollo explosivo. Por otra parte, si la dirección del vórtice polar se da la vuelta esto influye también en la corriente en chorro, que se debilita y adopta un modo más meridional, con el consiguiente riesgo de llegada de masas de aire muy frío procedente de zonas polares o árticas», sostiene Taboada.
Como Galicia está en las latitudes medias y es la puerta de entrada a la Península de todas las influencias atlánticas este es un evento atmosférico que tiene un gran impacto sobre el tiempo en la comunidad. «Dependiendo de cómo el CSE afecte a la corriente en chorro podríamos quedar expuestos a la llegada de aire ártico con el consiguiente riesgo de nieve en cotas bajas o bien podrían darse borrascas activas con desarrollo explosivo que llegasen desde el Atlántico. En este caso el riesgo principal serían los fuertes vientos asociados y eventualmente episodios de lluvia fuerte. Pero todo esto habrá que concretarlo durante la próxima semana en caso de que se confirme y veamos sus características», concluye Taboada.
Mientras esperamos confirmación de lo que nos deparará el comienzo del 2021 en el apartado meteorológico, despediremos el año con aire frío de origen polar que genera inestabilidad, favorece que las temperaturas sean bajas y la cota de nieve se sitúe entre los 800 y 1.000 metros.